Capitulo 16 parte 1

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“¿Perdona?”

Yuriel agarró su capucha para impedir que se deslizara de su cabeza mientras se volvía hacia la persona con quien chocó.

“¿Quién eres? Muéstrate” demandó un guardia, tomando fuerte a Yuriel de la muñeca.

Mierda. ¡Los guardias habían aparecido de la nada! Hace un momento, no había nadie alrededor. Había revisado dos veces que no la siguieran, y falló en mirar hacia adelante solo unos segundos.

“Quítate la capucha e identifícate” ordenó el guardia. “¿Crees que no te detendrán cuando caminas por el palacio luciendo sospechosa? Ya hemos recibido una alerta”

¿Una alerta? ¿De quién? ¡Tenía que ser de esa dama de compañía…! En ese momento, el guardia le quito a la fuerza la capucha y vio los ojos de Yuriel. Entonces él saltó de sorpresa e inmediatamente se puso de rodillas.

“Su alteza”

“Su alteza” los guardias detrás de él repitieron, siguiendo el ejemplo al arrodillarse frente a ella.

“¿Qué creen que hacen?” Yuriel hirvió agitada.

“Mis disculpas, su alteza. Sin embargo, es peligroso viajar sin escolta, incluso dentro del palacio”

“Sí, peligroso en efecto. No sabía que hubiese guardias tan atrevidos que podrían atacar sin reconocer a su maestro.”

Uno de los guardias detrás dijo, “Su alteza, nos dieron órdenes por lo que no tuvimos opción. Esperamos que pueda entender.”

“¿Órdenes? ¿de quién?”

“Su alteza la princesa Yeldriah dijo que podríamos encontrarla aquí…”
.
Antes de poder darse cuenta incluso de su reacción, Yuriel apretaba sus faldas con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

“¿A mí? ¿Pero por qué…?”, preguntó, su voz temblaba levemente. ¿Por qué? ¿Cómo? Maldición, ¿por qué? Su mente repetía las mismas preguntas.

“Ella no nos dio más explicaciones” respondió el guardia. “Se nos ordenó arrestar a cualquiera que se viera sospechoso y esperar hasta que usted apareciera… su alteza, por favor permítanos acompañarla hasta dentro de su palacio. Si planea salir, tal vez podría vestirse y elegir una dama de compañía que vaya con usted…”

“Olvídalo” dijo Yuriel bruscamente “Puedo ir sola, ¡déjame ahora!”

“Si continúa desde aquí, no tendré más opción que reportarle a su alteza”

¿Cómo lo supo? ¿Qué pudo haber recibido? ¿Plantó un espía en el palacio? Pero la única persona que la había visto recibir esa nota fue esa dama, y ni siquiera ella sabía a dónde se dirigía Yuriel. Además, Yuriel había quemado la nota inmediatamente después de leerla. ¿Cómo es que los guardias estaban esperando aquí antes que ella?

¿Cómo, cómo?

¿Cómo diablos había hecho esa mujer, esa princesa…?

“¡Ella sigue metiéndose en mi camino…!”

***

El conde Romaine –que también era el líder de la delegación de Rothschild– y los dos embajadores que habían ido con él, regresaron al palacio donde se estaban quedando, profundamente indignados. Para ser más exactos, el conde era el único realmente enojado, pero cualquiera fuera el caso, los aristócratas eran lo suficientemente listos como para complacer la furia de su jefe.

“¿Cómo en el mundo educan a las mujeres por aquí?”, dijo el conde echando humo mientras hacía su camino por el pasillo hacia su habitación.

“Solo quería ver si los rumores sobre su belleza eran verdad pero, ¡por todos los cielos!”

Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora