Capitulo 18 parte 1

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Había un evento especial programado para el segundo día del banquete. Históricamente, era una tradición sagrada que había pasado por generaciones, incluso cuando no estaba relacionada con ningún poder religioso. Había empezado con las primeras personas del imperio que venían a hacer ofrendas a su nuevo emperador fundador. 

El ritual había sido continuado por el emperador frente a los nobles cada año, y aparentemente, la princesa se habían unido empezando desde el año anterior, ya que había llegado a la edad. 

Había una creencia popular relacionada con este evento –que cualquiera que aceptara un trago del emperador sería el siguiente en ascender al trono. Sospechaba esto porque, típicamente, el heredero siempre asistiría junto al emperador. 

Sonó la campana, largo y fuerte. 

Levanté la cabeza y vi una línea de aristócratas frente a nosotros, arrodillados y vestidos con batas negras. El emperador y yo estábamos parados en la cima de los escalones de la plataforma. Ministros con velos negros sobre la cara se acercaron para quemar incienso antes de retirarse de nuevo. 

La luz del sol fluía sobre nosotros y aterrizaba en mis pies. Estábamos en el ancestral santuario del imperio, justo detrás del palacio del emperador. Tenía un techo extremadamente alto, con largas y amplias ventanas en las paredes. La estructura estaba hecha para permitir que el sol y el viento entraran a cantidades. Hubo un tiempo cuando acababa de llegar a este mundo, que cada pequeña cosa se sentía desconocido. Suponía que me había aclimatado a muchas cosas bastante rápido porque, por primera vez en mucho tiempo, el aire se sentía extraño. 

Tome un profundo y lento suspiro. La mitad de un año había pasado. Ya había conocido casi todas las estaciones en este mundo ahora. Si me las arreglaba para sobrevivir la primavera y llegar al verano… ¿Sería capaz de dejar de añorar un pasado que ni siquiera recordaba? Es decir, una vez que pasé todas las estaciones aquí –estaciones muy parecidas a las de casa.  Esperaba que el verano de aquí sería tan exuberante y verde, que mi sudor brotaría profusamente en el calor deslumbrante, y que las hojas crujirían con el viento, haría sombra en mis ojos con la mano y las observaría como siempre lo había hecho. 

El verano se veía tan lejos, y aun así tan cerca. 

“Haz la primera reverencia” llamó el sacerdote. El emperador se paró frente al altar para el emperador fundador. Me encontré observando fijamente, recordando la historia del Dragón Rojo que Lovia me contó una vez. Mis ojos viajaron más arriba y aterrizaron en una gigantesca pintura colgando de una pared de piedra. No pude ver el rostro de la mujer en la pintura, pero ella tenía una espada en cada mano, sosteniéndolas como si estuviera bailando. Su largo y ondulado cabello se torcía elegantemente alrededor de su cuerpo, transformándose en un gran dragón con ojos amarillos. El dragón rojo tenía dos cuernos  y una boca llena de colmillos afilados, y su cabeza estaba encaramada justo sobre los hombros de ella. 

“Haz la segunda reverencia.” El emperador se inclinó de nuevo. 

Era el crepúsculo. 

Una vez que el sol se pusiera completamente, comenzaría el baile. Duraría hasta tarde  entrada la noche, y una vez que terminara, sería el amanecer de la ejecución. 

Apreté los puños. 

Estaba tan cerca ahora. 

El emperador se puso de pie y ahora era mi turno. Me arrodillé ante él, sintiendo el frío del suelo reptar por mis piernas.

 Me arrodillé ante él, sintiendo el frío del suelo reptar por mis piernas

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Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora