Capitulo 22 parte 3

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“¿Qué? ¿Lo perdiste?”, espetó el príncipe Itte. 

“Bueno, nosotros–” empezó el caballero. 

“¿Estás bromeando? ¿Cuántas veces te lo dije? Si él regresa vivo–” Itte estaba a punto de agarrar por el cuello al hombre frente a él cuando una voz fría se escuchó detrás de él. 

“¿Perdido? ¿Qué significa eso?”

“Madre…”

La emperatriz frunció el ceño en desaprobación. 

“Su majestad,” se corrigió Itte con una sonrisa aduladora. “No es nada, su majestad. Puedo encargarme–”

La emperatriz chasqueó la lengua ante la excusa y la sonrisa del príncipe desapareció. “Te dije una y otra vez que apresurarse nunca ayuda, y mira– ahora te encuentras dentro de este desastre.”

“¡Pero su majestad! ¡Él está trayendo a la princesa del otro imperio!”

“¿Y?”, dijo fríamente la emperatriz.

Pareciendo incluso más agitado ahora, Itte levantó la voz y lloró, “¡Él dijo que no está interesado en el trono, pero mira lo que está haciendo! Él viene por mi posición–”

“¿Cuándo fue tu posición?”

Itte apretó los puños. “Todos sabemos que es mi justo derecho desde que nací.”

Itte se dio la vuelta y se fue sin esperar una respuesta, incapaz de contener su propia furia. Dejó el pasillo, resoplando furiosamente, mientras que el asistente corría detrás de él. 

La emperatriz hizo una mueca de desaprobación. “Es tan impaciente y con una mente estrecha.” Ella lanzó una rápida mirada a los sirvientes que estaban de pie a un lado y ordenó, “Manténganlo en silencio.”

Su dama de compañía principal a su lado inclinó la cabeza en silencio. 

***

“Maldición, ¡todo se va a la mierda! ¿Dónde está ese bastardo ahora?”, gruñó Itte mientras irrumpía en su habitación. 

“¡Perdimos contacto después de que cruzara la front– Aaack!” El ayudante siguió a Itte sin pensarlo, cuando repentinamente cayó sobre la alfombra al ser pateado en la quijada. 

“¿Qué? ¿Perdieron contacto? ¡No puedes hablar en serio!”

“P-perdóneme su alteza… De acuerdo al portero, él se fue por la noche cuando todos estaban dormidos… Su séquito era lo suficientemente grande para haber sido visto en cualquier lugar, pero aparentemente, todos se escondieron de alguna manera…”

“¡¿Qué?!”

Justo entonces…

“¡Su alteza! ¡Creo que hay un tema urgente!”

“¿No puedes ver que estoy ocupado?” gritó Itte.

“¡El príncipe heredero ha regresado!”

La cara de Itte, roja y manchada de furia, lentamente se volvió pálida antes de torcerse en una fea mueca. 

“Ese hijo de…”

***

“¿Estarás bien?” pregunto Kairos con la cara palida. 

“¿Vas a estar tú bien?” disparé de regreso. 

“Yo…”

“Si no, puedo cargarte en mi espalda.”

“¿Qué…? No hablas en serio, ¿verdad?”

Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora