Capitulo 17 parte 1

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“¿Estás bien?”, me preguntó Kairos cuando abruptamente me agarró del brazo, sus ojos llenos de preocupación y confusión. 

No tuve tiempo de responderle, ya que en el momento de levantarme vi a alguien acercándose por detrás a Kairos. Saqué la daga y me lancé al hombro del hombre. O, supongo que podría decir que la tiré de alguna forma, puesto que fallé totalmente.

El hombre detrás de Kairos había sido apuñalado en el ojo en su lugar, y se tambaleó hacia atrás, moviendo su espada alrededor sin poder ver. Kairos vio hacia atrás alarmado y lo cortó con su espada. Ahora que tenía las manos vacías, no tuve opción más que tomar una espada de los cadáveres tirados frente a mi. Nunca había usado una espada antes…

Cuando la recogí y la blandí, me di cuenta que era más pesada de lo que había pensado. Essen me hizo hacia atrás mientras rápidamente derribaba a otro de los asaltantes. 

“Déjala” dijo él. “Puedes lastimarte.”

No lo escuché. Essen me disparó otra mirada de advertencia, pero no pudo hacer mucho al estar ocupado lidiando con otro de los hombres al mismo tiempo. Más atacantes vinieron hacia mi de forma tenaz. No eran agresivos con Kairos, pero al tratarse de mi podía verlos apretar los dientes y arremeter en mi contra como si su vida dependiera de eso. 

Uno de ellos, eventualmente se las arreglo para acercarse. Cuando levantó su espada, cargué hacia adelante para atacar y moví mi espada de lado a lado… ni siquiera pude rozar el dobladillo de sus ropas. 

Cuando el peso de la espada me hizo tambalear inestablemente en el lugar, el hombre fue a por mi cuello. Apreté los dedos sobre la empuñadura de mi espada e instintivamente levanté mis brazos para bloquear su ataque. Nuestras espadas chocaron y, por medio segundo, realmente pensé que podía contenerlo, pero entonces él aplicó más presión y mando a volar mi espada hacia el piso. Mis codos dolían y mis manos palpitaban. 

El hombre balanceó su espada hacia mi de nuevo, rozando mi hombro. Cuando la volvió a bajar, rodé fuera del camino. Justo cuando pensé que finalmente moriría por el próximo golpe, una espada lo atravesó por detrás y perforó su estómago. Suspiré de alivio. 

“Te dije que te lastimarías” Essen estiró su mano, la tomé y me tiró hacia arriba para ponerme de pie. 

El resto de guardias y caballeros, quienes finalmente nos alcanzaron, rodearon a los atacantes y empezaron a acercarse intentando capturarlos con vida. Sin embargo, los asaltantes pronto detuvieron todo lo que estaban haciendo  y se retiraron por completo como si lo hubieran ensayado. 

Cuando el último de ellos, que tenía una pierna herida, cayó al piso sin intentar escapar, corrí hacia él por instinto y lo empujé para subirme encima de él.

Quería asegurarme de que se mantuviera con vida, asi que lo agarré de la barbilla para impedir que se volteara y meti la mano en su boca. Mordió mis dedos como si quisiera cortarlos, pero no saque la mano. Arrugué la frente en concentración, peleando con los gruñidos de dolor que amenazaban con escapar de mi garganta. 

“¡Su alteza!”

Finalmente lo encontré –una pequeña bolsita de veneno escondida detrás de sus molares, con la que habría cometido suicidio en lugar de rendirse. Cuando pude sacar mi mano de su boca de forma segura y lo entregué a los guardias, vi que mi mano estaba empapada de sangre. Limpié mis manos gentilmente para quitarme un poco de sangre, luego recogí mi daga del suelo. 

“El veneno podría haber entrado en tu herida, su alteza” uno de los guardias dijo gravemente, mientras se acercó rápidamente y lavó mi mano con agua varias veces. Entonces me dijo que me quedara lo más quieta posible. Después de eso, alguien vino a tratar la herida de mi hombro. 

Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora