"Que…"
Le sonreí y puse las manos sobre sus hombros, luego me subí a su regazo. Lovia parpadeó repetidamente, sus manos flotando a los lados en sorpresa. Atrapé su rostro entre mis manos y bajé la cabeza para que mi cara estuviera frente a la suya.
"Entonces, ¿quién es ella?" Dije.
"Ella… fue enviada por mi familia" respondió.
Nuestras narices se tocaron cuando mi labio superior rozó su boca levemente. De cerca, sus ojos se veían como cristal claro, relucientes e inteligentes. Eran hermosos ojos verdes, tan dulces que quería morderlos y tragarlos como dulces.
"¿Por qué tu familia envió a alguien?" Continué.
Lovia tragó fuerte. "Aparentemente… ah, mi representante falleció de repente. Así que ella… vino a pedirme, em, que eligiera a alguien nuevo".
Nuestros labios se tocaron con cada palabra que dijo. Lovia bajó las manos que habían estado embarazosamente en mi cintura, y las apretó en el sofá.
"¿Representante?"
"Mi padre murió hace algunos años. Supongo que no importa si la línea de sangre familiar termina conmigo, pero no podemos deshacernos de los negocios de la noche a la mañana, ni tampoco venderlos".
"¿Negocios?"
"Sí. Verás, mi familia es asquerosamente rica. Tenemos dinero de sobra incluso después de que mi abuela cumplió su deseo de comprar un título nobiliario" Lovia apresuró su respuesta. Se veía tan lindo en ese momento, pero cuando perdí mi agarre en su cara, se notó visiblemente aliviado, lo cual me irritó un poco.
"¿Entonces cuál es tu relación con esa mujer?" Pregunté. "No parecía que la vieras por primera vez ahora".
Jugué con un par de mechones de su cabello, entonces pasé mis dedos a lo largo de su cara y alrededor de sus ojos. Probablemente él no tenía idea de lo hermosos que eran sus ojos, la forma en que su piel se arrugaba ligeramente cada vez que sonreía.
Lovia evitó mi mirada. "Nos conocemos… desde hace casi 10 años"
"Ya veo…"
Entonces apretó firmemente mis brazos y me vio directamente a los ojos. "Nada pasa entre nosotros" dijo.
"¿Cómo se supone que voy a creer eso? Podrías estar mintiéndome".
"No estoy–"
Levanté su barbilla con ambas manos y lo besé. Entonces me detuve para tomar aliento y lo besé de nuevo, presionando mis labios con los de él con un ligero golpe. Sus manos resbalaron por mi espalda hasta que sus brazos me envolvieron. Gentilmente, pasé mi lengua por el interior de su labio antes de apartarlo. Exhaló profundamente, sin darse cuenta de que había estado conteniendo el aliento, y entonces terminó su oración.
"... mintiendo". Las mejillas y orejas de Lovia estaban rojas. Cuidadosamente, acaricié su mejilla con mi pulgar y sonreí.
"La conoces desde hace 10 años… ¿cómo podría no haber nada entre ustedes?"
"Realmente nunca le he hablado mucho. Solo la conozco porque es hija de alguien que solía trabajar para mi padre".
"Pero la dejaste tocar tu cara… así" dije.
"Me molestaba sobre cómo mi piel se veía áspera y que mi cara se había adelgazado, así que…"
"¿Así que?"
"No lo pensé mucho".
"¿Por qué no?"
"Bueno, porque–"
