Capítulo 25 : Atentado

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Jayden salió de la bañera, seco su cuerpo y se puso su camisón habitual para dormir. Era de noche, bastante tarde. Su suegra había ido con Apura y Vlad a una fiesta, él se había rehusado a ir, así que pasó todo el tiempo en los orfanatos con su niña, con Cora, o caminando por la villa con Zinnia.

Su cuerpo dolía, al igual que sus pies, se sentía agotado y bastante cansado. Pero sobre todo, se encontraba triste. Sus ojos estaban rojos e hinchados, aun no se hacía la idea de que moriría. Jayden se recosto en la cama y cerro sus ojos.

Pero los ruidos que se escucharon afuera no le inmutaron demasiado mientras yacía hecho un ovillo sobre esa cama que se sentía vacia, ignorando el hecho de que su pecho aún seguía doliendo tal cual infierno quemando su piel. No hasta que la puerta fue abierta de golpe y su mirada borrosa cayó sobre unos hombres que usurparon su privacidad, obligándolo a ponerse de pie cuando ellos sonrieron con malicia al verlo.

— Mi señor — saludo uno de ellos y Jayden tembló en su lugar, ya que no tenía nada como arma de defensa — Olimos a omega, no sabíamos que era usted.

— Deben retirarse, están en mi habitacion — trato de ordenarles pero uno de ellos solo río y Jayden limpio sus mejillas sonrojadas y llenas de lágrimas — Dije que se deben retirar, es una orden.

Los tres hombres rieron antes de cerrar la puerta de la habitación, acorralando al omega dentro de ella. Olfatearon el aroma a debilidad y fertilidad del omega mezclado con su tristeza y miedo, volviendolo vulnerable ante ellos, sobre todo porque no cargaba ninguna arma consigo. El omega intento sobrepasarlos y caminar hasta la salida de la habitación antes de ser empujada por uno de ellos y regresarlo hasta la cama.

— No se acerquen — gruño. Los guardias rieron en su lugar mientras comenzaban a quitarse la armadura y Jayden tembló en su lugar  — Si se acercan, mi esposo los hará pagar incluso yo los matare. — los tres alfas rieron de nuevo y uno de ellos dió un pasó hacía adelante.

— ¿De verdad? Hace más de un mes que el señor Aleksander no está — se burló — ¿De verdad cree que él vendrá a su rescate?

Jayden tembló tratando de ponerse de pie pero le fue inútil cuando uno de ellos lo tiro sobre la cama y él forcejeo para ser soltado.

— ¡No! ¡Déjenme, les ordenó que me dejen! ¡Malditos hijos de puta!

— Descuida, Omega. No queremos lastimarte — le dijo el hombre — Solo queremos darle una lección a tu esposo, y que mejor lección que hacerlo con su omega y su cachorro — soltó una risa otro guardia.

— Es posible que este bebé no sea de su esposo. Seguramente usted sigue necesitado — se burló — Podríamos ayudarlo, como Nikolái lo hizo.

— Te cortare la lengua si sigues hablándome de esa forma — Amenazó el omega mientras flexiónaba su pierna y golpeaba la entrepierna del guardia escuchándolo maldecirlo y aprovechó para correr hasta la puerta siendo detenido por el brazo que lo tomó y empujó contra una pared, haciéndolo gritar del miedo mientras su omega se inquietaba al ver las claras intenciones de los hombres de abusar de él.

Por su instinto de omega, Jayden cubrió su vientre rápidamente, al sentir las miradas de los hombres en su abultado vientre.

«Alfa, Alfa, por favor ven»

— Maldito Bastardo, te enseñaremos a comportarte — dijo uno de los guardias mientras desgarraba su ropa, dejando al niño con el camisón roto y descubriendo su piel un poco más bajo de su cadera.

El omega líbero sus feromonas, distrayendo a los guardias y haciendo que retrocedan un poco por el denso y agrio aroma que el omega estaba liberando. Nuevamente intento correr hacia la puerta pero una mano en su cabello rizado lo jalo hacia atrás tirandolo boca a bajó contra el duro suelo, lastimando su frente por el golpe.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora