Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1

Capitulo 92: Fue un gusto conocerte...

— ¿Una boda? —pregunta Alice con una expresión de sorpresa que rápidamente se transforma en alegría. Jayden asiente con una sonrisa que ilumina su rostro.

— ¡Eso es maravilloso! —exclama Cassandra, sus ojos brillando de emoción. Mira a su prometido, Damien mantiene una pequeña sonrisa en sus labios y la rodea con sus brazos desde atrás, compartiendo la alegría del momento.

— Pero ustedes ya están casados —comenta Alyra, con una ceja levantada, como si cuestionara la lógica detrás de esa decisión, pero a la vez estaba feliz al oir esa noticia.

— Y lo sabemos muy bien —responde Jayden, su voz llena de un matiz de nostalgia—. Pero todos estamos al tanto de que nuestra unión no fue por amor. — Alyra asiente, pero aún así sonrio. — Queremos volver a casarnos, un nuevo comienzo definitivo, nuevas oportunidades. Y qué mejor momento para hacerlo que ahora. Esta vez, por amor, con todos ustedes aquí para compartirlo —aclara, mirando a cada uno de los presentes.

— No sabes lo feliz que me hace oírte hablar de esa manera —dice Alice, sonriendo con ternura mientras toma la mano de su yerno entre las suyas—. Celebraremos una gran boda, más grande que la primera que tuvieron.

Jayden sonríe, sintiendo una oleada de calidez en su pecho. La idea de una nueva ceremonia, rodeado de amor y apoyo, lo llena de esperanza. Estaba a punto de casarse nuevamente, pero esta vez con el hombre que realmente amaba. No habría rastro de la primera boda, donde se sintió como un objeto de intercambio, donde el miedo lo acompañaba en cada paso, dónde temia que Aleksander le hicera algo.

No.

Ahora, todo era diferente.

Amaba a Aleksander Romanov, y a la hermosa familia que habían construido juntos, a esos cinco niños que ocupaban su corazón: Hades, Cassandra, Aleksei, Ethan y Emma Romanov Ivanovich. Una familia numerosa, sí, pero era suya, y eso lo hacía inmensamente feliz.

— Mamá... —la voz de Hades interrumpe sus pensamientos, y Jayden aparta la mirada de la ventana mientras se vuelve hacia el joven.

— ¿Qué sucede, dulce niño? —pregunta Jayden, una pequeña sonrisa adornando sus labios.

— ¿Puedo pedirte algo? —Hades lo observa con una mezcla de timidez y seriedad. Jayden asiente, intrigado.

— Claro, ¿qué es? — Hades suelta un suspiro antes de responder.

— Quiero ir a España.

— ¿España? —Jayden frunce el ceño, sorprendido—. ¿Por qué a España?

— Quiero ser piloto.— aclara.

— ¿De carreras? —pregunta, tratando de comprender.

— No, de aviones. —Hades responde con firmeza, sus ojos brillando con la pasión de un sueño.

— ¿Quieres meterte en el servicio militar? —el joven asiente, y Jayden siente que su corazón se detiene un momento.

— Si, mamá.

— ¿Sabes lo que eso significa? —pregunta, su voz se vuelve seria.

— Según el mandamiento de la familia, no debemos tener contacto con la ley —susurra Hades, un tanto apenado.

— Es cierto —Jayden asiente, pero una idea comienza a tomar forma en su mente—. Pero... no hace falta que nadie lo sepa.

— ¿Qué quieres decir? —interroga Hades, con una curiosidad que hizo sonreír a Jayden.

— Tu tío Kaiden viajaba a todos los países y volvía después de meses, jamás dio explicaciones, ni reveló su identidad. Si realmente deseas ser piloto, entonces hablaré con tu padre. Podrás ir a España y, cuando termines el servicio, podrás volver y...