El alfa camino hacia la casilla que se encontraba unos metros lejos de la mansión. Se encontraba extremadamente feliz, Julieta había dado a luz a un niño, pero su felicidad se hizo aun mas grande al oír las noticias.
Su querido Jayden había sido dado por muerto, y también los bastardos que llevaba en vientre.
— ¿Despertó? — pregunta el alfa a uno de sus guardaespaldas.
Antes de que el hombre pudiera si quiera responder, unos gritos se oyeron, Roan sonrió al obtener su respuesta.
— Nadie entra ni sale sin mi autorización. — ordena el alfa y los gorilas que tiene de guardaespaldas asienten.
Roan se adentra en aquella casilla, e inmediatamente el olor a sangre, el olor a putrefacción y humedad inunda sus fosas nazales, él hizo una mueca, ya estaba acostumbrado a aquello.
El se dirigió hacia una celda en particular, ignorando los gritos del omega.
— ¡Dejame ir! ¡Dejame ir! —. Roan blanqueó los ojos al oír los gritos del omega. Cuando entro a aquella habitación reforzada los gritos cesaron.
— Finalmente despiertas, mi amor.
— ¡Maldito idiota! — grita el omega. — ¡Dejame ir! — Roan negó.
— Llevas semana inconsciente y cuando despiertas, lo primero que haces es insultarme.
— Roan, estoy embarazado y cubierto de sangre. Dejame ir, ¿Para que me necesitas aquí? — el alfa se acerca al omega y lo toma del rostro.
— Tú, me has arruinado la vida. Destruiste a mi madre, provocaste la muerte de mis hermanos y peor aún, me negaste tu amor.
— ¡Estás loco! — grito empujandolo.
Jayden soltó un gemido de dolor llevando las manos a su vientre aún abultado.
Sus bebés se movían fuertemente generándole dolor.
— Si. Pero loco por tí. — confiesa. — Desde que acabaste con mi familia, te estuve observando y cuando finalmente estuviste solo, cuando tú esposo te dejó, no pude soportarlo más, te necesitaba para mí, entonces aproveche la oportunidad y mira... Estamos juntos finalmente — Roan intento acercarse pero Jayden retrocedió.
— Me das asco.
— Pues lo siento, cariño. Pero no saldrás de aquí hasta que admitas que eres mío.
El alfa se acercó lo suficiente. Jayden sintió náuseas cuando el alfa estampó sus labios contra los de él y se abrió paso en su boca con su lengua. Jayden forcejeo pero Roan lo sostuvo de la nuca impidiéndole moverse. El alfa se apartó rápidamente cuando el omega mordió su labio.
— ¡Bastardo! — exclamó el rubio abofetenandolo y Jayden retrocedió, sintió el sabor metálico en su boca y su mejilla arder.
— No me vuelvas a besar. — advierte el omega escupiendo.
— Pues te guste o no, tú eres mío ahora. — le recordó con rabia el alfa, Roan se volteo furioso y fue hacia la puerta — Ah, y una cosa más. Estás muerto. O eso es lo que creen todos. — los ojos de Jayden se llenan de lágrimas. — No tiene caso que grites, la habitación insonorizada y estamos a las afueras de primorks. Nadie te oirá aun si gritas con todas tus fuerzas. — Roan sonrió y salió por completo de aquel lugar.
— ¡ROAN! ¡Dejame salir! ¡Dejame salir!
Jayden lloro. Pero lloro de rabia. De asco, de impotencia. Miro a su alrededor y sintió su estómago devolverse, no fue posible no vomitar.
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Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1
RomanceSus familias se odian desde siempre. Incluso ellos debian odiarse por los problemas del pasado, pero cuando un operativo sale mal, Vlad Románov y Victoria Ivanov, llegan a un acuerdo. En un intento de unir ambas mafias y familias, ambos líderes, co...