Capitulo 84: Las Vegas

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- Despierta, cariño.

Jayden abre con los ojos con pesadez, mira a su alrededor intentando aclarar su vista, pero solo puedo oir voces a lo lejos, intenta incorporarse pero al intentarlo siente que algo le impide moverse, mira su cuerpo y ve como lo tienen amarrado al igual que sus muñecas.

El miedo se hace presente a en sus ojos. La habitación era blanca, con poca iluminación Pero a su alrededor tenía máquinas y él las conocía, había creído que la maldita terapia, como Roan le decía había acabado, pero se equivocó.

- ¿Que mierda haces? ¡Suéltame! - exclamó intentando liberarse de los amarres pero no podía, estaban demasiado ajustado.

- Necesito que bailes hoy en la noche.

- ¿De que mierda hablas? - habla entre dientes.

- ¿No lo sabías? - pregunta con un tono burlón - Bueno, no es como si pudieras saberlo, llevas inconsciente dos semanas. -. Sonrió con burla - Estamos en Las Vegas, cariño.

- ¡¿En las Vegas?! ¡Roan maldito desgraciado! - grito con rabia el Omega intentando librarse de las ataduras.

- No, cariño. Si haces eso solo dañarás tu linda y suave piel - el alfa acaricia su mejilla con la yema de sus dedos y sonrie -. Necesito que te comportes. Hoy por la noche tienes que dar un show, cariño. Un show que me dará mucho dinero.

- No. No lo haré. ¡Estás loco! - grita forcejeando.

Roan lo toma del mentón con fuerza, obligándolo a mirarlo.

- He sido demasiado paciente contigo, dulzura. Y estás agotando mi paciencia. No me provoques Jayden, porque de lo contrario sufrirás las consecuencias.

El castaño le escupe en la cara, Roan aprieta la mandíbula y lo suelta con brusquedad, limpiando su rostro.

- Bastardo...- masculla al mismo tiempo que lo abofetea. Lo vuelve a tomar del mentón, está vez con mucha más fuerza clavando sus dedos en las mejillas del omega. - Hoy a la noche serás un buen Omega y bailaras en el jodido club delante de todos los hombres de las Vegas. No quiero oir ni una sola queja, Jay.

- ¡Jodete! - Roan sonrió con ironía.

- Vaya. Tiene carácter. - Jayden miro a su costado, observó con sorpresa a la mujer que se acercó.

- Lianna. - ella sonrío.

- Hola de nuevo, Jayden. - la mujer sonrió y se acercó a él con un niño detrás de ella. - Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos.

- ¡Roan suéltame! - el rubio negó.

- Debes aceptar, Jayden. - Lianna sonrió - El club necesita un Omega, tu, debes bailar delante de varios hombres. - Jayden negó aún forcejeando para liberarse. - No es algo que no hayas hecho antes.

El rubio lo soltó y se dirige hacia la pequeña mesa que había en aquella habitación. Jayden no podía ver que estaba haciendo, pero sea lo que sea no le gustaba. Roan volvió a girarse, está vez con una jeringa en manos. Él pánico se hizo presente nuevamente en el rostro de Jayden.

- No. - movió la cabeza en modo de negación - Aleja eso de mi. ¡Aleja eso de mi! - grito al ver como Roan se acercaba con la droga en manos.

- Necesito que seas obediente. - dice Roan acercándose. - Solo será un pinchazo. - sonrió - Dicen que la droga y los electroshocks son una mala combinación. Pero necesito someterte, al menos para esta noche.- el presiono su brazo con fuerza, buscando la vena donde le inyectaba normalmente.

- ¡Por favor, no! ¡Suéltame! - pataleo desesperado al ver las intenciones de inyectarlo - ¡Mátame, torturame, pero no me lo inyectes! - grito con desesperación.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora