Desde la ventana de su habitación, Jayden vio como unos hombres llevaban el cuerpo de Danil en el maletero del coche. Aquello término de romper por completo su corazón.
Lo habia jodido. Había arruinado todo, completamente todo. Estaba al merced de la orden rusa. Y sobre todo, al merced de su madre.
El teléfono de la habitación sonó. Jayden se aparto de la ventana y camino hacia el teléfono.
— Diga.
— Bien hecho, omega. — un escalofrío recorrió la espalda del omega al oir aquella voz.
— ¿Que quieres? — pregunta el omega.
— De cierta manera, felicitarte. Danil era un obstáculo del que debíamos deshacernos. Y tú, mi angel, nos ayudaste con eso — a Jayden se le revolvió el estómago al oir la palabra angel.
— Él iba a matar a mi esposo. Debía protegerlo. — una risa se oye del otro lado de la línea.
— No me importan tus razones, Jayden.
Hubo un silencio en la línea por unos minutos.
— Por cierto, olvide felicitarte. Eres el nuevo heredero del Imperio Ivanovic. — Jayden trago en seco.
— ¿Como...?
— Digamos que no pudimos evitar revelar cierta información a tu abuelo. El anciano se alegro de saber que su hijo dejó descendencia antes de morir.
— No lo hize para volverme heredero.
— Nadie hace las cosas porque quieren, Jayden, las hacen porque deben. — Jayden guardo silencio — Cuidate, mi angel — se burló el alfa antes de cortar la llamada.
Jayden le dio un golpe al mueble de la habitación cuando la llamada se corto. Fue entonces cuando no fue capaz contener las lágrimas. Realmente no quería asesinar a Danil, pero estaba por presenciar la muerte de su esposo, del padre de sus hijos.
Era Danil o era su esposo.
— ¿Mama? — Jayden se limpio las
las lágrimas al oir la voz de su hija. Cuando se volteó, Cassandra se acercó a él junto con Alekséi, el niño de tres años caminaba en pasos torpes hacia su madre, sostenido por su hermana.— Mis amores — Jayden les sonrió a sus hijos y tomó en brazos al más pequeño. Al mismo tiempo que Cassandra tomo asiento en la cama junto con su madre.
— ¿Estas bien? — Jayden miro los ojos color miel de su hija.
Cassandra, a sus ocho años, era una niña hermosa; cabello castaño ondulado, que le llegaba a la cintura, ojos color miel, los cuales eran tan hermosos que cautivaban a cualquiera.
Con tan solo ocho años, su hija era una belleza. Y esa belleza le dio el título de "La joya rusa".
— ¿Sabias que te quiero? — Cassandra sonrió
— Lo se, mamá. — Jayden sonrió y dejó un beso en la frente de su hija, cerrando sus ojos lagrimosos por un segundo.
— Tú y tu hermano, son todo para mi. Son lo más importante y lo más hermoso que me ha sucedido. — La niña sonrió, el pequeño de tres años también lo hizo, como si hubiese entendido las palabras que salieron de boca de su madre.
— Señor. — Jayden miro en dirección a la entrada de la habitación. Zinnia entró en ella con un rostro que reflejaba preocupación.
— ¿Que sucede? — pregunta.
— Es sobre el señor Aleksander. — Jayden miro a sus hijos nuevamente. Dejó un beso en la frente de ambos, al mismo tiempo que depositaba en la cama a Alekséi y se ponía de pie para ir hacia donde Zinnia.
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Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1
RomanceSus familias se odian desde siempre. Incluso ellos debian odiarse por los problemas del pasado, pero cuando un operativo sale mal, Vlad Románov y Victoria Ivanov, llegan a un acuerdo. En un intento de unir ambas mafias y familias, ambos líderes, co...