Capitulo 74: De nosotros

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Traición.

Esa palabra resonaba en su cabeza una y otra vez.

Mark Smith, el hombre al que le había confiado la seguridad de su familia, su propio jefe de seguridad, había sido aquel que lo apuñalo por la espalda entregando a su esposo e hijos.

Aleksander sentía rabia, impotencia. Todo este tiempo aquel hombre estaba allí, frente a sus narices, un traidor, un maldito traidor.

Se despojo de su saco negro, quedando solo en camisa. Tenía algo que hacer y eso era hacer pagar al bastardo que había provocado el accidente de su esposo.

Entro a la casa roja, los hombres con los que se encontró le dieron una pequeña reverencia y siguieron con sus deberes; entrenar, boxeo, manejo de armas, etc.

Pero se acercó principalmente a un lugar: el centro.

Tres de sus hombres estaban usando a Mark como saco de boxeo. Aleksander tomo asiento en el sofá frente a ellos, uno de sus hombres se acercó a él con un vaso de whisky.

— Suficiente. — habla el albino para luego llevar el vaso de whisky a sus labios y darle un sorbo.

Los hombres se hicieron a un lado, dejando de golpear al alfa.

Mark tenía sus manos sobre su cabeza atadas con cadenas de acero reforzadas, para que no logrará liberarse. Su rostro estába cubierto de sangre; labio partido, ojos derecho inflamado y morado.

Su cuerpo tenía heridas de unas cortadas, moretones comenzando a formarse. Aleksander estaba seguro de que Mark tenía los huesos rotos.

— ¿Confesaras?— pregunta serio Aleksander poniéndose de pie.

El alfa negó y escupió sangre sobre los pies del alfa. Aleksander asintió y chasqueo la lengua antes de proporcionarle un golpe en el estómago al hombre. Mark apretó los dientes, ahogando un  quejido de dolor.

Aleksander desabrocho los botones de las mangas de su camisa y lo arremanga hasta por encima de los codos, revelando de esa manera los tatuajes en su brazos, al menos los que podían verse.

Se acerco a la pequeña mesa donde se encontraban etmúltiples herramientas de torturas. Desde un bate, hasta pinzas para sacar los ojos.

— Necesito entender...—Aleksander a su antiguo jefe de seguridad. — Lo tenías todo, incluso te dimos tierras por tu arduo trabajo hacia la familia en todos estos años. Tu hijo, está en una de las mejores escuelas militares de Alemania, incluso tiene una pequeña residencia en la cual alojarse por si desea seguir en Alemania más años luego de terminar su servicio militar.— Mark sonrió. — ¿Por qué? ¿Porque nos traicionaste?

El alfa encadenado soltó un risa.

— ¿No...es obvio? — se las arregla para preguntar. — Poder...— tose — ¿Quien...en este mundo...no desea poder?

— ¿Eso te prometio Roan? ¿Poder?

— No. Me prometio más que eso. — sonrió. — Poder, tierras, fortuna... Todo eso a cambio de un simple omega. — añade — Un omega que no es más que un pedazo de carne desechable.

Aleksander golpeo el estómago del alfa dos veces.

— Ten cuidado de como te refieres a mi esposo.— advierte el alfa albino .

Mark suelta una risa, mostrando su dientes con sangre.

— ¿Esposo? — rie — Tu esposo seguramente se está retorciendo de placer ahora mismo.

La irá se adueña del albino, quien sin contenerse comienza a darle puñetazos en el rostro del alfa. Pero eso solo hace que el alfa ría, lo cual lo enfurece aun más.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora