Capítulo 15: Una noticia

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El alfa intento abrir la puerta de la habitación, pero fallo en el intento. Al volver a intentarlo, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada con llave.

— Señor Aleksander — el alfa miro a la sirvienta de confianza de su omega — ¿Que ace?

— Quiero entrar a la habitación, pero esta cerrada con llave — respondió Aleksander y la joven sirvienta frunció el ceño.

— ¿Cerrado con llave? Es imposible — Zinnia se acerca al alfa e intenta abrir la puerta nuevamente.

— ¿Mi esposo cerro la puerta? — Zinnia niega con preocupación. — ¿Que te dijo? ¿Que hizo?

— El señor Jayden estaba tomando un baño, antes de salir me  dijo que se sentía mal, entonces le di unas pastillas y luego lo deje solo— respondió.

— ¿Cuando fue eso? — pregunto el alfa pero la joven se quedó en silencio — ¡Zinnia! — exclamó y ella lo miro saliendo de su trance — ¡¿Cuando fue eso?! — volvió a preguntar.

— Hace una hora... — susurro la joven.

El miedo habito en el pecho del alfa albino, Aleksander se abalanzó contra la puerta, comenzando a golpearla, no se escuchaba el ruido del agua, ni siquiera se escuchaban movimientos dentro de la habitación.

Aleksander retrocedió y luego se volvió a abalanzar nuevamente hacia la puerta de la habitación, esta vez rompiendo la cerradura y logrando entrar. Cuando entro recorrió la habitación preocupado, pero no lo encontró, ni siquiera durmiendo.

Corrió hacia el baño, y la puerta también estaba cerrada, solo hizo falta darle unas cuantas patadas para que la cerradura de la puerta del baño se rompiera y se abriera. Pero cuando entró, jamás espero encontrarse con aquella dolorosa escena.

Lo vio ahí, sumergido en el agua de la bañera, sus ojos cerrados, sus labios morado, y su rostro palido. Se acercó a él rápidamente, reteniendo las lágrimas y se arrodilló frente a la bañera tomando entre sus manos el rostro frio y palido de su omega.

— Jayden — lo llamó fallidamente — ¡Llama a Arwen! — le grito a Zinnia y la joven corrió rápidamente en busca de ayuda.

Aleksander miro a su alrededor, en el cuarto de baño, y localizó un frasco blanco tirando en el suelo al lado de la bañera con varias pastillas esparcidas por el suelo. Al darse cuenta de lo que había hecho su omega, se apresuró a introducir dos dedos en la boca del contrario, empujando a dentro con todas sus fuerzas.

— Por favor... — suplico el alfa.

La primera lágrima bajo por la mejilla del alfa. Se había equivocado, había cometido un error, había mentido. El bebé que esperaba Lianna no era de él, ni siquiera la había visto desde que se había casado con Jayden. Si, era cierto, durante todo ese tiempo que se mantuvo alejado de su omega, era porque no sabía cómo amarlo, no sabía que hacer, había dejado de sentir cosas por Liliana, y las había comenzado a sentir por Jayden, pero tenía miedo, porque no quería hacerle daño, pero al parecer fallo.

— No me hagas esto, por favor — rogó en voz alta con la voz rota, sumergiendo sus dedos de manera que sabía que lo haría expulsar lo que sea que se había tomado —. Quedate conmigo, Jay, te lo pido — suplico llorando. Saco sus dedos de la boca de su omega cuando este escupió todo, y luego volvió a caer inconsciente, Aleksander lo apretó contra su pecho, pero eso no evitó que sienta miedo al ver el rostro relajado de su omega.

El alfa lo cargo entre sus brazos, ignorando el agua que manchaba su camisa, se apresuró a llevar el cuerpo de su omega y lo recosto en la cama, cubriéndolo con las sabanas.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora