Capitulo 72: Una oportunidad.

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Jayden mecía a su hijo en sus brazos mientras caminaba por la isla cerca del fuego. Llevaba quince días en aquel lugar. Por suerte, no habían tormentas. Sus bebés dormían en el baúl, el cual tenía solo una manta y algunas provisiones. Lo más preocupante era el agua, pero había aprendido a racionar, así que podría sobrevivir unos días más.

Emma dormía plácidamente en el baúl frente al fuego, mientras que Ethan intentaba conciliar el sueño mientras Jayden tarareaba.

— Сынок, Хорош плакать. Рядом с тобой я буду И они никогда больше не причинят тебя вреда. Твои маленькие глазки сияют. Они не должны проливать слёзки. Иди сюда, мой милый. Никто нас не разлучит

»Hijo del corazón, deja ya de llorar, junto a ti yo voy a estar, y nunca más te han de hacer mal. Tus ojitos de luz, el llanto no ha de nublar. Ven aquí, mi dulce amor, nadie nos ha de separar.

Jayden caminó de regreso al lugar donde yacía su hija y el fuego. Recostó al niño junto con su hermana y los arropó. El omega tomó asiento al lado de sus hijos, observándolos dormir. Una ráfaga de viento le causó escalofríos, se abrazó a sí mismo mientras miraba a sus hijos. No quería apartar su mirada, no quería mirar hacia otro lado.

— Aleksander...¿Dónde estás? — susurró el omega mirando hacia el cielo. Pero su pregunta se perdió con el sonido de las olas, dejando sin consuelo al omega.

Un mes. Ya llevaba un maldito mes en aquella isla. Jayden estaba recostado sobre la arena mientras los niños jugaban a su lado con sus manitas y pies. Jayden sonrió al ver a sus pequeños tan entretenidos.

— Su padre estaría feliz de verlos — dijo el omega mirando a sus hijos. — Tienen una hermana mayor, su nombre es Cassandra, ella también es una princesa — sus ojos se llenaron de lágrimas — También tienen un hermano, su nombre es Aleksei, es un gran niño. Y sé que ellos los amarán muchísimo más que su papá y yo juntos — Jayden soltó un sollozo al recordar la última vez que vio a sus hijos mayores.

De repente, un ruido en el cielo lo alertó. Un helicóptero se acercaba rápidamente. Jayden se puso de pie y cargó a sus hijos, los bebés se aferraron a su madre. Jayden retrocedió cuando el helicóptero descendió, destruyendo su refugio. Roan bajó del helicóptero, buscándolo con la mirada. Jayden hizo una mueca de desagrado y apretó aún más a sus bebés contra su pecho.

— Mi amor — dijo Roan acercándose, pero Jayden retrocedió. — Oh, vamos, cariño. Fue solamente una broma, solo quería ponerte a prueba.

Jayden lo observó con asco, la mirada de Roan se dirigió hacia los bebés en los brazos de su omega.

— Creí que morirían... — murmuró Roan, extendiendo su mano hacia los bebés.

— No te atrevas a tocarlos — dijo Jayden, dando un paso atrás. — No te atrevas a tocar a mis hijos.

Roan soltó un suspiro de frustración.

— Como sea. Tampoco me agradan esos mocosos — resopló. — Vámonos. Tú y tus bastardos.

Roan lo obligó a subir nuevamente al helicóptero. Cuando el helicóptero se elevó, el alfa quiso atarle las manos.

— Puedes vendar mis ojos, pero no atar mis manos. No soltaré a mis hijos — Roan resopló y vendó los ojos del omega.

Jayden presionó a sus hijos contra su pecho, intentando sostenerlos a pesar de no poder verlos. No quería soltarlos, no confiaba en Roan. Al cabo de unos minutos, el helicóptero aterrizó y lo bajaron. Fue lo mismo que la primera vez: lo hicieron subirse a un coche y luego a otro. Cuando finalmente retiraron la venda de sus ojos, se dio cuenta de que estaba en el mismo asqueroso lugar de antes. Incluso las ratas estaban allí.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora