Gael miro la habitación de lujo a su alrededor. Aquel desconocido lo había llevado a un hotel de lujo, al principio había dudado pero ahora estaba seguro de que ese hombre era un mafioso.
¿Como no darse cuenta?
Si ese hombre apenas habían salido del club fue rodeado por un grupo de betas, armados y uniformados.
— Bienvenido a mi humilde hogar — Gael salió de sus pensamientos y miro al hombre frente a él.
— ¿Humilde? — el albino nego, reprimiendo una pequeña risa.
El italiano sonrió y camino hacia el sofá lujoso de la habitación, mientras comenzaba a desvestirse quedando en camisa negra y sus pantalones del mismo color. Fue hacia la mesa de bebidas y sirvió dos tragos de whisky.
Volvió a acercarse al albino, el cual le había llamado la atención desde que había entrado al club.
— Ten. Necesitarás algo fuerte antes de comenzar la noche. — sonrió arrogante y le tendió el vaso, Gael lo miro con duda pero aceptó.
Tomó asiento en la gran cama matrimonial de telas de seda negras y bebió aquel líquido de golpe. El italiano sonrió satisfecho antes de tomar un sorbo.
Al ver que el albino estaba comenzando a abrir y cerrar sus ojos, dejó el vaso de lado y se acercó a Gael, mientras acariciaba sus brazos.
Gael nego e intento pararse de la cama, pero el italiano lo aventó contra esta y se posicióno sobre él.
— ¿A donde crees que vas, amor? — pregunto burlesco.
— Sueltame. No te conozco, quiero irme — intento apartarse del otro alfa pero este solo río.
— Mi nombre es Emiliano Russo — susurro y mordió el cuello del albino.
— ¿Que fue lo que me hiciste? — pregunto mientras comenzaba a sentir calor.
— Un afrodisíaco. Bebiste el whisky tan rápido que no te diste cuenta — sonrió — Sabía que intentarias irte, amor. Pero me has llamado la atención desde que entraste a ese club.
Lo escuchó jadear pasados unos minutos y la resistencia en sus músculos se desvaneció. Lo soltó poco a poco y no hubo intento de huir. El albino se sentó en la cama, Gael parecía tener dificultad para respirar normalmente y empezó a tocarse el cuello y la cara con incomodidad. Emiliano tomó su mentón y lo hizo alzar el rostro para mirarlo.
Sus ojos azules oscuros parecían nublarse poco a poco. Sus mejillas se sonrojaban cada vez más y hacían resaltar las pecas que cruzaban sus pómulos y el puente de su nariz. Incluso sus labios parecían más gruesos y sonrosados que antes. Emiliano sintió algo palpitar en su interior.
— Quítate la ropa — le dijo en voz baja. Gael obedeció, comenzando a desvestirse para quedar expuesto.
Las prendas quedaron descartadas en el suelo y él mostró su cuerpo desnudo. Emiliano lo miró con detenimiento.
Sus clavículas resaltaban, proyectando sombras sobre su pecho. Los dedos del alfa apenas tocaron la piel suave de Gael. No había sentido nada igual. Era como tocar seda... Seda que cubría los músculos que apenas empezaban a definirse en su cuerpo algo robusto. No había visto nada parecido.
Él era... Perfecto.
Entonces Gael tomó con ambas manos su muñeca, tensándolo de pronto... Pero solamente acomodó su mano sobre su abdomen para que recargara toda la palma en su piel cálida. Emiliano lo miró a los ojos.
— Tócame...
No tuvo que pensarlo demasiado. Estaba ahora influenciado por el aroma dulce de su alfa. Lo tocó más. Recorrió toda la piel que podía, acercándose más y más hasta que de nuevo sus labios se juntaron y Gael dejó escapar un suspiro de puro alivio.
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Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1
RomansaSus familias se odian desde siempre. Incluso ellos debian odiarse por los problemas del pasado, pero cuando un operativo sale mal, Vlad Románov y Victoria Ivanov, llegan a un acuerdo. En un intento de unir ambas mafias y familias, ambos líderes, co...