Capítulo 28 : Una propuesta

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La niña salió de la mansión, de puntillas. Su familia estaba pasando por un mal momento, y ella por más que quisiera ayudar, no serviría de nada. Apenas y podía controlar su actitud.

Mientras caminaba por la villa, saludaba a algunos, paraba para admirar el paisaje u otras cosas, podía escuchar los murmullos detrás de ella.

Podía escuchar como hablaban a sus espaldas. No importaba que fuera la hija de los líderes, para muchas personas en esa aldea, ella era una inútil.

Su humor cambiaba constantemente, mejor dicho su personalidad. Había veces en las que permanecía en silencio, daba pequeñas sonrisas y pasaba por desapercibida. Había otras, en donde su personalidad era la de una niña pequeña e ignorante que vivía feliz sin preocupaciones. Y había otras veces en donde a pesar de tener quince años era lo suficientemente madura e inteligente para manejar un arma, hablar por si misma, hacerle frente a las personas e incluso hasta disparar sin vacilar o pestañar.

Alyra camino y camino hasta llegar a su lugar favorito de la villa. No muy lejos de su hogar, había un pequeño arroyo. En ese pequeño arroyo, recuerda que sus hermanos la llevaban a distraerse e incluso a veces jugaban con ella.

La albina tomó asiento bajo el gran árbol frente el arroyo, y sonrió al ver a los pequeños insectos cerca de ahí. Extendió sus manos hacia el suelo y cargo en ellas una pequeña araña negra.

Algunos la consideraban loca, otros decían que era una bruja. Pero la niña era tan extraña que los insectos no le causaban miedo alguno.

— Eres hermosa — susurro la albina admirando a la araña en sus manos.

— ¿Ahora hablas con los insectos? — la joven miro a su lado, encontrándose con aquel alfa de cabellera marrón quien sonría con burla.

— Idiota — susurro la joven y volvió a centrar su mirada en la araña

Ares se acercó a la niña y tomó asiento a su lado. Alyra se apartó un poco, reacia al contactó con aquel alfa.

— ¿Te doy miedo, mocosa? — pregunto burlón el alfa y ella lo miro.

— Apestas a animal muerto — se burló — seguramente vienés de cacería, deberías bañarte antes de burlarte de mí — ella sonrió y dejó a la pequeña araña en el suelo.

La niña abrazo sus piernas y apoyo su mentón sobre sus rodillas. Ignorando por completo la presencia del alfa. 

— ¿Como debería llamarte, mocosa? — preguntó y Alyra lo miro — Es la segunda vez que te veo, mocosa. Necesito saber tu nombre, o de lo contrario te seguiré llamando mocosa

— Alyra.

— ¿Alyra? — ella asintió — Vaya, Alyra. Ese es un horrible nombre. Prefiero seguir llamándote mocosa.

La albina levanto su puño — Eres un bruto, ¿Sabes? — ella le dio un golpe en el hombro y el sonrió levemente. — ¿Cual es tu nombre, sinvergüenza?

— Ares, mocosa. — respondió.

— ¿Alguna vez dejaras de llamarme mocosa? — él nego — Idiota. — susurro y siguió mirando el agua del arroyo.

— Eres realmente rara, ¿Sabías? Cambias de humor constantemente. Pareces una niña. — se burla.

— Y tú un sinvergüenza. ¿No puedes irte a otro lado? Perturbas mi paz

— El bosque es público, mocosa.

— Pero mi espacio personal no — musito apretando los dientes haciendo sonreir al alfa.

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora