Capitulo 81: Miedo a olvidar

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Dos años antes de la boda.

Podía oír el sonido de la máquina a su lado, o eso creía.

Jayden abrió los ojos poco a poco, la tenue luz del lugar le molestaba haciéndole doler la cabeza. Sus ojos se plantaron sobre la habitación sólo provista con la cama donde se encontraba acostado, el lugar era tan pequeño y oscuro que todos sus nervios se crisparon. Gimió recordando la forma en que había huido de Roan, la llamada con su esposo, los gritos de sy esposo y como miro a Aleksander antes de caer por el acantilado sin poder hacer nada. Joder, su esposo debía estar muerto de la preocupación y él estaba entrando en pánico, la ultima vez no fue muy acogedor para él.

Miro sus brazos y vio unos malditos cables e intravenosas en él. Rápidamente se sacó todo cable de su cuerpo ignorando el dolor.

Bajó de la cama encontrándose de bruces contra el suelo, su ropa no estaba en ningún lugar por lo que se encontraba desnudo, Jayden hizo una mueca y se amarró una sábana en la cintura. Recorrer el lugar no hizo nada por él, sus piernas estaban tan débiles que apenas hacían algo para sostenerse y el lugar no mostraba puntos débiles.

Estaba configurada con la intención de mantener a alguien ahí dentro.

La puerta lo hizo espabilar, pero sus piernas no respondieron, simplemente se dejó caer al suelo, Roan, el maldito loco que alguna vez considero su hermano, el desgraciado que lo tenia en sus manos desde hace ya un año, ese desgraciado había planeado esto de nuevo entró con una sonrisa que lo hizo estremecer, se arrastró dos pasos, pero no llegó demasiado lejos. Roan lo subió a la cama con un sólo movimiento y acarició su pecho antes de alejarse y apoyarse en la pared.

— Volvemos a vernos, mi amor — Jayden agarró con fuerza la sábana y trató de actuar lo más calmado posible frente a ese monstruo.

— Desgraciadamente.

Roan sonrió mirándolo de arriba abajo, Jayden se felicitó internamente por colocarse la tela cubriéndole al menos las partes nobles, tampoco es que hiciera demasiado por él, teniendo en cuenta lo débil que estaba Roan podía hacer lo que quisiera.

— Mi compañía no es tan mala — murmuró peinándose la mata de pelo rubio hacia atrás, Jayden gruñó, era incluso peor que mala.

— ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué no puedes dejarme en paz?

— Porque no me has hecho caso Jayden, porqué eres obstinado— dijo Roan sentándose muy cerca, Jayden intentó alejarse, pero en la cama a penas cabía él solo.

— Me despedí de él, ¿Qué más querías? — Roan negó como si estuviese decepcionado, Jayden nunca sabía que esperar de él, lo que no le sorprendía, era un maldito psicópata.

— No seas tonto, Jayden. ¿Crees que por haberte despedido de él, te iba a dejar de buscar? El muy desgraciado destruyó todas mis bases luego de que te vio caer de ese acantilado. — musitó tocándole la mejilla pretendiendo ser cariñoso y fue como si le hubiesen prendido con una mecha su temperamento, manoteó la mano que le tocó y gruñó.

— ¿Hasta cuándo fastidiarás mi vida?

— Solo quiero lo mejor para ti y él no es lo mejor — Jayden torció los ojos y se colocó contra la pared, no importa que eso lo hubiese alejado unos pocos milímetros, sólo quería estar lo más alejado posible.

— No me importa si es lo mejor o no, era perfecto para mí. Él y mis hijos son todo para mí — Roan sonrió y tocó su muslo, su mano acarició mas de lo necesario o confortable.

— Si pensabas eso, ¿Por qué lo has dejado ir? ¿Por qué no huiste cuando tenías la oportunidad? — Jayden gruño

— Me amenazaste, ¡maldita sea!

Un Voto De Honor Y Sangre | Duologia Dulce Condena #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora