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Mini maratón proque me apetece 2/2

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Que Kaiden me tratara de esa forma solo conseguía confundirme más y más; enamorarme de alguien que no existía. Sobre todo cuando usaba esa actitud protectora y encantadora.

Joder, empezaba a gustarme incluso cuando me llamaba minion rabioso.

No se puede caer más bajo a la vida.

Salir con Sean.

He presenciado demasiadas veces el funeral de tu dignidad.

Me giré en la cama intentando buscar una postura más cómoda en la que dormir. No conseguía conciliar el sueño. Al final me quedé mirando al techo, contando las estrellas que brillaban en un tono verdoso. Kaiden era probablemente el único muro que me separaba completamente de Sean, así que por mucho que hubiera sido más fácil dejar de verle, no podia.

Quizás si me alejaba de él podría olvidarlo, pero tenía que encontrar la forma de hacerlo sin acabar con nuestro trato. Igual si añadía una nueva normas que redujera las muestras de afecto a solo cuando estábamos en público...

La pantalla de mi móvil se iluminó mientras vibraba desde la mesilla de noche. Estiré el brazo y tanteé la madera hasta agarrarlo. De lado y a oscuras leí la notificación que acababa de llegarme.

Un mensaje Kaiden.

¿Tenía un don para saber cuando estaba pesando en él o algo así?

Es fácil que pase si siempre estás pesando en él.

¡Eso es mentira!

Suspiré y abrí el chat.

Mañana tienes el día libre

O sea

Libre de ir al trabajo

No de mí

Tenemos una cita

Le fruncí el ceño a la pantalla.

Kaiden no puedo tener días libres cuando te apetezca

Posdata: ¿Qué haces despierto en mitad de la madrugada?

Sí cuando yo soy el hijo de tu jefa

Liessen apoya completamente mi idea

Posdata: ¿Qué haces tú despierta tan tarde?

No sé si es buena idea...

Posdata: yo he preguntado primero

Es la mejor idea de la historia y va a encantarte

Estáte lista a las nueve, ropa deportiva otra vez

Y abrigada

Posdata: soy una ave nocturna.

No necesito dormir mucho para rendir, ¿cuál es tu excusa?

Me mordisqueé el labio dudando. Pues claro que quería tener otra cita falsa con Kaiden. Me moría de ganas, pero tenía que demostrarme a mí misma que podía mantener mis emociones a raya.

Sigo odiando las sorpresas

¿Dónde está tu posdata?

Sonreí como una boba al móvil.

Posdata: No puedo dormir cuando estoy nerviosa.

Vive el presente, Sam. Viniste a Nebraska para sentir, ¿no? Pues déjate llevar

Apagué el teléfono, dejándolo a mi lado mientras devolvía la vista al techo. Kaiden no tenía ni la menor idea de lo que significaba dejarme llevar; un juego peligroso que le incluía y me atraía tanto como me hacía desear huir de él.

Debía contenerme y en la cita me demostraría que podía hacerlo.

Y todo volvería a ser como antes.

Como siempre debió haber sido.

A Bad Badboy || EN CORRECCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora