Maratón 3/3
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Cerré los ojos, suspirando, cuando noté las caricias de Kaiden sobre mi piel desnuda. Llevábamos así una semana y no podía hacer más que preguntarme cómo había podido vivir sin esto toda mi vida. Sus manos se deslizaron por mi estómago, subiendo y bajando lentamente; torturándome. Me removí sobre el colchón, girándome para verlo.
No sabías lo que era felicidad hasta que te despertabas con las manos de Kaiden sobre ti.
Le seguí el juego y contorneé sus abdominales con las yemas de mis dedos. Subí la mirada a sus ojos, que me observaban fijamente. Sonreí.
—Buenos días —murmuró, acercándose a besarme.
Lo empujé ligeramente hacia atrás, deteniéndole.
—No vas a besarme cuando ni siquiera me he lavado los dientes. Debo de tener un aliento horrible.
—¿Qué importa?
Me ignoró y volvió a inclinarme para darme un beso que consiguió robarme el aire. Cuando se apartó hizo una mueca de asco.
—Uf, si, tenías razón. Qué mal aliento.
—¡Kaiden!
Le lancé uno de los cojines de la cama mientras se burlaba de mí.
—Tú sabes como una chimenea y no te digo nada.
Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro.
—Mentirosa. Siempre me lo dices.
—Porque es verdad.
—Pues te encanta esta chimenea.
Volvió a besarme, riéndose sobre mis labios. Su risa producía cosquilleos en mi corazón. Fingí una mueca de asco, escapándome de la cárcel que había formado con sus brazos en torno a mí. Pero él no lo puso tan fácil, en un movimiento sus caricias se volvieron cosquillas de las que no me dejó huir.
—¡Kaiden! —me quejé, retorciéndome entre sus brazos.
—¿Qué? ¡No te escucho! —se burló.
—¡Traeré a... —hablé con la respiración entrecortada— Elvis para que te... pique!
—Oh, vaya, que gran amenaza. Que miedo.
Él no conocía la furia de Elvis. Podía ser muy agresiva cuando se lo proponía. No me rendí y seguí removiéndome, intenté alejarme de él sin poder dejar de reír.
—No puedes huir... —murmuró.
Cuando más me apartaba yo más se acercaba él. Hasta que de un momento el colchón debajo de mí desapareció.
—¡Sam! —gritó Kaiden atrayéndome hacia él antes de que golpeara el suelo. —Tú ganas, voy a parar antes de que te partas la crisma contra el suelo.
—Muy amable por tu parte —murmuré con sarcasmo.
Tiré de la sábana que nos cubría, robándosela para cubrirme con ella mientras me levantaba. Degusté con la mirada su cuerpo atlético durante unos segundos antes de ponerme a buscar mi ropa interior por la habitación.
Habíamos tenido tanta prisa que la ropa había terminado esparcida por ahí. Lo que no me explicaba era en qué momento Kaiden había recuperado sus boxers.
—Podrías quitarte esa sábana y volver aquí conmigo —insinuó Kaiden, subiendo y bajando las cejas.
—He quedado con Lily, no puedo simplemente no aparecer.
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A Bad Badboy || EN CORRECCIÓN
RomansaSamantha ha huido de sus padres, sus amigas, su antigua vida, de sí misma y su ex novio. Sean. Pero Nebraska no puede esconderla de todo, sobre todo porque Sean es un encantador agente de policía que no entiende un no por respuesta. Así que cuando a...