CAPITULO 21
GREGOR
Extrañaba a Sam y extraño a Margery, pero no puedo acercarme a ellas aún, Mikhail sigue haciendo la investigación sobre el imbécil de Diego y no voy a estropearla apareciendo junto a ellas antes de lo necesario.
— ¡Ahora, chico! — grita Mikhail en italiano.
Hoy debía responder con mis obligaciones como uno de los subordinados del jefe de la mafia italiana, lo que me trajo al norte de la ciudad donde he crecido junto a mis chicas, encontrando una maldita base rusa con armas lo suficientemente peligrosas como para acabar con un ejército militar.
Al final las suposiciones del italiano eran ciertas, aquí se estaba concentrando algo más grande.
Salí de mi escondite detrás de la pared a medio derrumbar, con el arma en alto y el pasamontañas cubriendo mis rasgos y solo dejando a la vista mis ojos cubiertos por las lentillas negras. Disparé a los dos sujetos que gritaban órdenes en ruso para ir contra Mikhail y corrí detrás del mafioso con traje táctico que está acabando con todo a diestra y siniestra.
Giovanni estaba al cuidado de Margery y Sam en el instituto, y los otros hermanos del italiano están ocupados en Italia intentando no revelar la ubicación de su hermano y jefe mientras le hacen frente a la mafia calabresa, el otro clan italiano que quiere la caída de Mikhail. Así que ahora éramos solo él y yo.
Disparé a los sujetos que me apuntaron, sin remordimientos o dudas, como esa vez en el almacén cuando no sentí absolutamente nada al acabar con la vida de tres personas.
A veces me pregunto si no perdí mi humanidad en ese lugar.
Mikhail regresa con uno de los rusos sangrando, arrojándolo en medio de la habitación y haciéndome una señal para que le apunte al rostro mientras él se ocupa de sacarle información. Es la primera vez que lo veía hablando en ruso y sonaba tan amenazante como lo era en italiano.
Miré alrededor con el ceño fruncido, este era un edificio abandonado, una construcción de un nuevo centro comercial alejado de la civilización para tener áreas verdes atrayentes y relajantes para los habitantes de este lugar; pero al final el inversionista dio marcha atrás y todo este lugar quedó a medias, los explosivos que arrojó Mikhail de camino aquí solo lo hicieron ver más deplorable.
El ruso le escupe a Mikhail en el rostro, diciéndole algo que no logro comprender del todo, a lo que el italiano le responde con una sonrisa, enterrando una de sus manos al suelo con su navaja. El hombre chilló.
Le dije a Sam que estaría resolviendo el problema con mis padres para que no se preocupase, pero a ellos los veré en un par de horas, cuando su avión aterrice en Estados Unidos y yo me haya quitado la sangre de la ropa. Yo mismo les avisé antes que anunciaran mi muerte a todos en España, dándoles el gusto a los malnacidos que me enviaron a esos sujetos del almacén.
Que ella y Margery estén cerca de Santander solo avivan mis ganas de apretar su cráneo hasta destruirlo.
Los gritos del ruso me están dejando sordo, miro a Mikhail con una mueca, viendo el trabajo que está haciendo para sacarle información. Las manos las clavó al suelo con navajas, y las piernas tienen cortes profundos e irregulares en los muslos, de donde provienen todos los gritos del sujeto mientras Mikhail le da cachetadas con el dorso de su mano para que se concentre en su pregunta.
Ya entendí por qué es el jefe de la mafia italiana.
¿Ser su subordinado me hace como él? Sinceramente no creo que el jefe de la mafia italiana llore porque la mujer que ama estuvo a punto de morir frente a sus ojos, este hombre tiene todo menos una emoción remotamente humana en cuanto a empatía se refiere.
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Enamorada del CEO Imbécil
RomanceÉl ha estado enamorado de ella desde que son niños. Ella piensa que es solo una amiga ante sus ojos. Ambos tendrán que vivir juntos por casualidades desfavorables del destino que los hará ver esos pequeños detalles donde antes daban por pérdida cua...