Capitulo 48

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CAPÍTULO 48

GREGOR

No me he reincorporado a mis trabajos con Mikhail por el nacimiento de mi hija, le dediqué todo mi esfuerzo y dedicación a ambas porque no confiaba en nadie para cuidarlas como yo. Por eso estoy tan cansado. Aunque muy dentro de mí sabía que tarde o temprano ellos regresarían a mí, después de todo escapar de este estilo de vida es casi imposible.

— Tenemos problemas. — explica Giovanni, entrando conmigo al despacho de la casa.

Sea lo que sea que tenga que decirme no quiero que Sam lo escuche luego del desastre que sus padres hicieron ayer al presentarse aquí con ella tan volátil y sensible.

De verdad que a veces Harold Harris no conecta más de dos neuronas.

— ¿Qué sucede? — pregunto con seriedad, tomando mi puesto en el escritorio.

Giovanni, como uno de los Rossi más educados, tomó asiento frente a mí con un suspiro.

— No he podido hablar con Mikhail en dos semanas. — dice con el ceño fruncido, confundiéndome.

Cuando entré aquí a Mikhail le pareció correcto explicarme que puede llegar a desaparecer sin razón alguna y si no ha vuelto en un mes debíamos buscarlo. No entiendo por qué Giovanni quiere hablar con él luego de dos semanas, parece un chiste.

— Giovanni, los protocolos de...

— Me sé los putos protocolos, Gregor. — me corta, apoyando su codo en la mesa — Algo no me cuadra, deberías viajar a Estados Unidos

— Mi mujer y mi hija acaban de salir de la clínica. — le recuerdo con el ceño fruncido, no pienso volver hasta que ellas estén bien y yo lo considere correcto — No voy a viajar.

— Algo podría pasarle a tu amiga, Castilla. — gruñe, mirándome con molestia — De verdad, algo no...

Ambos nos callamos con el sonido de su teléfono llenando la habitación, lo toma con confusión, haciéndome ladear una sonrisa oculta porque ya creo saber de quién se trata.

— ¿Por qué no habías...? Sí, sé los protocolos, pero... Bien.... Al menos cuídate. — dice rápidamente, gruñendo con frustración al terminar la llamada.

Conozco el sentimiento, no muchas veces corres con la suerte de hablar medianamente normal con el gran Mikhail Rossi, mucho menos cuando está trabajando.

— Quiere que ubiques al hijo del cazador. — dice con una mueca de hastío, mirándome — Tiene un contacto que le importa.

— ¿Y cómo carajos sé quién es? — pregunto aún más descolocado.

Está no es la forma en la que me imaginé que despertaría el día de hoy.

— Comienza en Nueva York. — explica, girando los ojos, aburrido — Allí está el club de la banda de asesinos "Los Cazadores", queremos al hijo del jefe.

— No puedo tocar territorio estadounidense, el desgraciado de Diego sigue suelto, y Sam...

— Ese territorio está tomado. — me corta con el ceño fruncido — Un don y un sicario manejan parte de ese territorio, ni los rusos ni Diego pueden entrar allí. Mucho menos Mikhail, pero como no saben que estás con nosotros eres el único que puede entrar.

— Dejar a Sam sola ahora es lo peor de todo, no puedo hacerlo.

— Entonces llévala. — se encoge de hombros, levantándose con un suspiro — Como te digo, el territorio está tomado, estarán seguras de Diego y cualquier ruso que lo acompañe. Solo mueve bien tus cartas al preguntar por el hijo del cazador.

Enamorada del CEO ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora