CAPITULO 56
GREGOR
Cuando me desperté esta mañana en los brazos de mi prometida, sintiéndome el hombre más feliz del mundo, no esperaba encontrarme de cara con mi realidad en un mundo lleno de muerte y traición sin que mi jefe esté cerca.
— Yo no...
Intento justificarme, pero Christopher levantó una mano con una mueca, haciéndome callar con lo imponente de su presencia en la habitación. Se levantó fuera de la silla junto a la cama con las manos en los bolsillos, me acomodé en posición de combate y rió, cerrando la puerta con seguro.
Maldita sea.
— Giovanni me escribió hace dos días para pedirme ayuda en mí territorio. — explica, dándome escalofríos con sus palabras mientras regresa a su lugar junto a la cama del enfermo.
Enfermo que parecía igual de sorprendido que yo.
¿Su territorio? Si Giovanni conocía al jefe de la ciudad como decía eso quiere decir que él es...
— Eres el dueño de Nueva York, la razón por la que es territorio neutro. — digo con el ceño fruncido, parándome firme frente a él.
No pienso mostrar miedo. No cuando no sé qué tan peligroso es este sujeto.
— Soy dueño de una parte de Nueva York. — admite, encogiéndose de hombros.
Me mira con la misma seriedad que Mikhail la primera vez y volví a insultarme por idiota, debí escuchar a mi instinto desde el primer día que me dijo que algo en este sujeto no estaba bien.
— Mi sicario de confianza es el que tiene las reglas sobre el territorio. — sonríe, haciéndome temblar imperceptiblemente — Es el que lo mantiene neutro por razones personales, yo solo sostengo negocios con tu jefe.
— ¿Por qué me dices esto ahora? — pregunto con desconfianza, mirando de él a Alessandro — ¿Qué quieres?
— Ayudar a mi amigo. — responde con simpleza, me muestra una imagen en la galería de su teléfono y asiente en mi dirección — Mikhail y yo somos amigos desde el instituto, y también estoy consciente de que no es bueno que el jefe de la Camorra esté fuera por tanto tiempo.
Si no conociera a Mikhail no lo habría reconocido, en la foto que Christopher tiene no se ve como el sujeto rubio y rudo que veo todos los días molestando por ahí. Es un joven de mi edad, con cabello oscuro y sonrisa risueña que está abrazando a una mujer muy parecida a Margery. Ese no es el hombre que conozco ahora, es alguien completamente diferente, incluso Christopher es diferente. Allí se ve menos intimidante, más feliz y a su lado estaba la que creo que es su esposa, pero se veía más como una niña que como la mujer de mirada filosa que me mostró.
— Voy a ayudarte a entrar a esa ciudad. — dice lo que me temía.
Me siento en un banco en la esquina de la habitación, mirando al suelo, derrotado.
Desde que me subí en el avión en España sabía que no volvería con Sam y Vivianne, mi trabajo no me permitiría seguir siendo tan libre. Por eso hice todo lo posible para pasar el mayor tiempo a su lado, porque no estoy seguro que vuelva con vida de ese lugar. Mucho menos si Mikhail cayó teniendo tanta experiencia.
— Sé que eres joven, pero la ficha que Mikhail tenía en mente está fuera de combate. — explica con un suspiro, llamando mi atención.
— ¿Conoces al hijo del cazador?
¿Por eso estaba en el bar?
Señala a Alessandro con la mano, cruzándose de brazos con el ceño fruncido. Este nos miraba con una mueca de hastío y cansancio que conocía muy bien, porque yo la veía en mí cada que me recordaban que pertenezco a este lugar.
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Enamorada del CEO Imbécil
Lãng mạnÉl ha estado enamorado de ella desde que son niños. Ella piensa que es solo una amiga ante sus ojos. Ambos tendrán que vivir juntos por casualidades desfavorables del destino que los hará ver esos pequeños detalles donde antes daban por pérdida cua...