SAMANTHA
Hoy me sentí hermosa en el instante que vi tantas personas atendiéndome con mimo sin poder dejar de sonreír a cada instante.
Para cuando me vi en el espejo ya me esperaba un resultado espectacular, la vibra de una persona a tu alrededor podía influir mucho en lo que sientes ahora y eso quedó perfectamente claro hoy, cuando no me sorprendió escuchar de Gregor que me encontraba hermosa. Le digo que exagera para conservar un poco de mi modestia, pero dentro de mí sé y me siento maravillosa.
— Van a anunciar a los invitados en la entrada al salón. — explica Gregor, caminando conmigo de su brazo en el pasillo de entrada del salón de fiestas donde se llevara a cabo la fiesta.
Muchos ya se encontraban dentro, gente influyente, importante, empresarios grandes y pequeños. Este evento era el más esperado del año, no solo porque los Castilla se alzaban sobre el mercado comercial de nuevo con una gran unión con diversas personas de diferentes mercados. Si no porque también se anuncia oficialmente a Gregor como el cabecilla de la organización de su padre y toda la noche tendrá la mira sobre sí mismo, mientras él cuida que nadie me incomode.
Es un día importante, no puedo evitar estar nerviosa.
— ¿Estas lista? — pregunta con media sonrisa, tomando mi mano entre la suya con su brazo entrelazado con el mío — Si esto te supera solo dímelo y correré a rescatarte.
— ¿Incluso si son señoras mayores con críticas absurdas sobre nuestra irresponsabilidad al ser padres tan pronto? — bromeo, mirándolo con media sonrisa.
— Incluso así. — responde con el ceño fruncido, dándome seguridad — Tu seguridad está por sobre todas las cosas en ese lugar. Tenlo presente para cuando crucemos esa puerta.
— Gracias. — dije con un suspiro, mirando al frente.
Allí tengo que estar segura de mí, de nosotros, de toda nuestra vida. No será un misterio para mí saber que me va a odiar el ochenta por ciento de la población femenina ¿Una aparecida siendo la esposa de un magnate? Me van a devorar viva.
La puerta de roble del hotel se levantó frente a nosotros, Gregor dio la señal a los guardias para que abrieran la puerta; colocando su máscara de frialdad y poderío absoluto que tanto lo caracteriza en este lugar.
— Con ustedes. — dice el locutor encargado de las presentaciones, mirándonos con una amplia sonrisa, señalándonos — El señor Gregor Castilla y la señorita Samantha Harris, su prometida.
Todos los presentes en el salón se voltearon a vernos, mujeres y hombres enjutos, hermosos, con diversas vibras que sonreían o nos juzgaban, pero al fin y al cabo estábamos en la mira de todos estos sujetos. La entrada tenía una escalera de caracol a ambos lados, dejándonos como unos reyes en presencia de sus súbditos.
¿Se me está subiendo la confianza a la cabeza? ¿Por qué me siento tan poderosa con toda esta atención?
— Vamos. — murmura Gregor, caminando con la frente en alto al interior del salón.
Cada paso de la escalera era un paso más en este mundo lleno de riquezas, críticas y maldad. Porque lo tengo claro, todo es muy lindo, pero no todo lo que brilla es hermoso o inofensivo. Estas víboras no dudarán en atacarte por la espalda si así lo ven oportuno, no todos son como Margery y Gregor.
— Bienvenido señor Castilla. — nos saluda un señor de unos cincuenta años, con una mujer pelinegra completamente operada a su lado — Una maravillosa entrada, como siempre.
¿Cómo sé que está operada? Bueno, no creo que los globos que tiene en el pecho sean naturales, mucho menos cuando estos no rebotan en lo absoluto por más que se mueva mirando a todos en el salón con frialdad. No digo que los míos se muevan con una ventisca, pero joder, estoy segura que no parecen dos cazuelas ovaladas ocultas bajo el brasier.
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Enamorada del CEO Imbécil
RomanceÉl ha estado enamorado de ella desde que son niños. Ella piensa que es solo una amiga ante sus ojos. Ambos tendrán que vivir juntos por casualidades desfavorables del destino que los hará ver esos pequeños detalles donde antes daban por pérdida cua...