045.ʀᴀᴍᴏ

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ʀᴀᴍᴏ

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━━━10 de Febrero

UNA BODA INVERNAL ERA UN SUEÑO.

Habíamos conseguido un chalet bonito, pequeño pero bastante elegante. Lo había decorado con cascadas de flores y luces colgantes. Tal como se había previsto, los invitados no llegaban a treinta, y la mayoría eran de la familia de Paul.

Observé mi planilla, asegurándome que todo estuviera en orden. Cada detalle meticulosamente planeado, incluso, los minutos de los últimos rayos del sol a través del cristal, justo cuando Sally y Paul dieran el beso.

Datos que podía saber gracias a la enorme ventaja de ser la novia del dios del sol.

Miré mi reloj. Bien, aún faltaban tres horas para que la gente empezara a llegar. Todo estaba resultando bastante bien, no habían roto nada, el DJ estaba terminando de acomodarse, el catering ya estaba listo, mamá se había encargado de la mesa dulce y pastel, Paul me había dicho que de la tintorería ya le habían dado el traje.

¿Por qué tenía la sensación de que me estaba olvidando de algo?

—¡El ramo! —grité de golpe. Corrí hacia el camión de la florería que estaba en la entrada, habían descargado los adornos florales, pero ninguno me había dado el arreglo de Sally—. Disculpe —Llamé a la chica que había traído todo—. Aún no me han dado el ramo.

Ella me miró, enarcando una ceja y luego a la lista que tenía en la mano. Negó con la cabeza.

—No, no encargaste ningún ramo.

—¡¿Qué?! ¡Claro que sí! —espeté enojada. Le mostré mi propia lista, un cuaderno con diez hojas de cosas tachadas—. Yo nunca tacho nada si aún falta, el ramo fue lo primero que encargué antes que todo lo demás. Pedí un ramo de rosas rojas, peonías rosadas y lavandas con velo de novia. 

La chica volvió a mirar su lista y volvió a negar.

—No, lo siento. No lo tengo anotado.

—¡¿Es una broma?! ¡Me cobraron 200 dólares! 

—No es mi problema —dijo encogiéndose de hombros. Cerró el camión y ordenó a todos sus compañeros ponerse en marcha.

—¡Sepan que no pondré una buena reseña! —grité. Solté un gemido de frustración—. Sabía que debía pedirle ayuda mejor a los hijos de Demeter.

Me mordí el labio, pensando qué hacer. Tenía tres horas para conseguir un buen ramo. 

El sonido de mi handie me llamó la atención. Lo tenía enganchado en el pantalón, los había comprado hace un mes en una tienda de supervivencia, y les había dado uno a cada grupo: uno a mi mamá y Sally, uno a Paul, uno a mi abuelo, uno a Nico y otro a Percy. 

ʟᴏꜱ ʀᴇɢᴀʟᴏꜱ ᴅᴇʟ ᴀᴍᴏʀ || 𝗔𝗽𝗼𝗹𝗼 #1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora