20. Sam

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Era el jueves más aburrido que pudo existir.
Cole había salido con su otro amigo, Dhani que, por cierto... No me caía muy bien.
Cuando él me invitó a acompañarlos, se acordó que no podía salir y me dejó solo en este lugar horripilante. Al instante noté mi mal humor así que preferí encerrarme en el cuarto como siempre y escribir en el diario recostado en la cámara.
De repente escuché que la puerta se abrió lentamente y levanté la vista.
-¿Sam? -Ginger tenía una cara preocupada y bajé la vista de nuevo a mi diario y volví a escribir.
-¿Mmhm?
-¿sabes a dónde fue Cole? -preguntó con un tono dulce.
-Está con Dhani. -dije con frustración.
-¿el chico castaño pecoso? -Preguntó
-Sí. -La miré- pero yo también soy pecoso y castaño
-pero eres mí pecoso, Sam. Y no eres castaño. Eres rubio.
-es lo mismo.
Ginger me miró como siempre miraba a los demás: con autoridad y perfección.
Nunca me gustó esa mirada en su cara.
-No tengas celos por Cole...
-¡no tengo celos! -repliqué, dejando el lápiz y la libreta
-¿y ese tono por qué?
-Pues porque... ¡No sé! -Estaba entrando en un estado de sofocación al estar encerrado en este lugar. Nunca había tenido un tiempo tan largo para no salir por el mundo.
Y eso era horrible para mí.
Ginger suspiró y entró en la habitación. Cerró la puerta y yo me senté en la orilla de la cama para que ella se sentara también.
-¿es por el castigo?
-No...
-¿entonces?
-No es nada.
Ginger hizo una mueca y me miró como si comprendiera la situación.
-Te conozco, Sam. Desde...
Sabía por donde quería ir.
-¿podemos cambiar de tema? -dije rápidamente
Ella suspiró y me miró con una sonrisa para animarme.
-Falta poco para tu cumpleaños... -Ginger me abrazó con su brazo derecho y me acarició la mejilla. Miré al suelo y asentí con timidez. Ginger era una de las mejores personas para animarme... Aveces.
-¿seguiré castigado desde ese entonces?-levanté la vista hacia ella.
Ella negó con la cabeza.
-Haré una excepción. -explicó - Dejaré a que vayas donde tú quieras con quién sea. Siempre y cuando...
-No me escape como la penúltima vez... -Suspiré - Ya lo sé...
-Pues no pienso eso muy bien... Llegaste tarde la última vez.
-Ya te lo expliqué: no fue culpa mía. Ni de Heather... Solo estábamos...
-¿Quién era Heather? -interrumpió.
Volví a suspirar con una sonrisa en el rostro.
-Es una amiga -dije con nerviosismo en mi voz.
-¿una amiga? -preguntó Ginger - ¿de la escuela?
Asentí.
-La conocí el primer día.
-¿y cómo es? -Ginger me estaba mirando como si quisiera saber todo sobre ella.
No tuve otra alternativa.
-Tiene unos ojos verdes muy bonitos y su cabello castaño es corto hasta los hombros. -Si decía algo como "Y su cabello perfecto caía hasta sus hombros..." Ella tendría seguro de que me gustaba Heather. Ginger era de esas personas a las que trataba de unir a una posible pareja perfecta y renacer el amor entre ellos.
Pero, ¿y si usaba la excusa de que me gusta Heather para poder volver a verla?
No diría ninguna mentira porque realmente me encanta Heather, y me gusta ir a verla en su casa así como la última vez.
Consideré la opción: -Ella usa unos lentes rectangulares que la hace ver muy inteligente. Es muy divertida y bromista. -Dejé de mirar a Ginger y miré el resto del cuarto y me dejé llevar. - Cuando se ríe sus hombros se sacuden ligeramente y sus ojos casi están cerrados. -sonreí por recordar la primera vez que la vi reír frente a mí. - Es muy aventurera. Siempre le gusta algo nuevo y relevante con el que pueda estar a gusto. -reí al recordar pequeños detalles no tan importantes de ella: - Tiene un lunar pequeño en la punta de la nariz, al igual con unas pocas pecas dispersas en sus mejillas que se están borrando. Y le gusta comer. Ella ama comer. -Recordé la imagen que se reveló en todas las fotos instantáneas que habíamos tomado. Ella siempre salía perfecta. - Es fotogénica. Siempre sale bonita en las fotos aunque no esté posando...
Yo estaba sonriendo con un aire soñador, o mejor dicho: como un idiota.
-¿cómo dijiste que se llamaba?- Ginger me cortó la inspiración. Casi olvidaba de que estaba a mi lado, era algo extraño y vergonzoso pasarse del límite cuando te propones decirle a una persona de confianza que te gusta alguien... Aunque no sea directamente así.
-Heather. -Dije cortante.
-¿cuál es su apellido? -Preguntó interesada.
Ni idea le daría el apellido de Heather. Talvez ocurra algo inesperado y ... No. Nunca le daré su apellido. Es peligroso.
-Turner. -Dije con un tono ahogado. Fue lo primero que se me ocurrió. Tenía una canción en mi cabeza llamada "Your man". El ídolo country de Cole me ayudó a mantenerme discreto. Gracias, Josh Turner. Gracias por tu voz exageradamente grave.
-¿Heather..Turner? -El tono que usó Ginger hizo darme cuenta de lo tonto que se oyó. Pero al menos no era su apellido verdadero.
-Sí. -Dije rápidamente
-¿Le gustas? -Preguntó rápidamente
-¿que si yo le gusto o si ella me gusta?
-Ella a ti.
-¿por qué preguntas eso?
-¿por qué no? -ella levantó los hombros
-¿Y por qué debería saber eso? -Sonreí - No tengo ni la menor idea sobre ser atractivo para las chicas.
-Por dios.. -Ella puso una mano en mi hombro para animarme - Vive tu vida. Es solo tuya y de nadie más. Tú mandas y tú decides lo que quieres hacer.
-Entonces lo de la escapada...
-Hay límites -interrumpió con el índice en alto
Reí ligeramente.
-¿entonces qué insinúas?
-Insinúo que si te gusta alguien, háblale. Si quieres hacer algo, actúa. Y si quieres ser lo que siempre quisiste ser, sueña. La vida no debe ser planeada, las cosas deben de pasar al momento. Entonces... Si te gusta, ¿por qué no se lo dices?
Sonreí.
-Porque no sé cual sería su reacción...
-¡por dios! -exclamó ligeramente - Eres bonito y muy amistoso. Vales la pena, Sam. Las personas que observan el mundo lo valen. Y tú... Tú eres como el trabajador especial en los ojos de Gea.
-Entonces... Necesitaría decírselo... -dije lentamente
Ginger soltó una risa como si quisiera verle la cara de tonta.
-En la escuela -aclaró - o cuando tu castigo termine.
Solté un suspiro de frustración. Y ella me miró con compasión.
-Ya verás que todo saldrá como siempre esperaste que fuera. -dijo con ánimo
-¿enserio? -Oír cosas así desde la garganta de Ginger hace sonar todo perfecto y lleno de esperanza. Y era lo que ella hacía: llenar almas vacías.
Ella asintió con una sonrisa y después su celular sonó.
-Ah... Bueno... -La voz de Ginger me hizo perder esperanza sobre poder ver a Heather. Ella sacó el celular y le dio unos cuantos toques a la pantalla: - Me avisaron que como la tormenta está bajando de fuerza, habrá clases mañana.
-¿mañana?- Dije con entusiasmo.
- No vayas a otro lugar después de la....
-Lo sé...
-Bueno, pues. -Ginger suspiró y luego me dedicó una sonrisa. -Tengo trabajo que hacer aquí... Me voy. -Y después se marchó dejando la puerta cerrada.
Mañana habrá clases. Mañana posiblemente veré a Heather.
Y una sonrisa se volvió a marcar en mi rostro.
Escucharé a Ginger. Ella siempre tiene razón. Seré la persona con la que siempre soñé y trataré de vivir mi vida al máximo.
Suspiré y miré al reloj de la mesita de noche: eran las cinco trece de la tarde.
Si tan solo...
Miré como loco a la puerta y tomé mi mochila para después ponérmela y pasar por el espejo y echarme un ojo a mi apariencia. Volví a mirar la puerta desde lejos con un aire confiado y decidido: saldría sin permiso y sin que nadie lo note. Sonaba mal y muy decepcionante pero, tenía que hacerlo. Por estar afuera, por ver el cielo y por ver a Heather.
-Vamos, hay que vivir tu vida. - Y salí por la puerta de la habitación en camino a ver el exterior de nuevo.

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Seguiré pronto :D
-Michelle xx.

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