You Are My Best Gift.

56. Sam

Sentía la necesidad de salir a correr al hospital. Mi cabeza no dejaba de transmitir la imagen de Heather en un estado así de grave, jamás había sido algo peor con ella...

Tienes que saber.

-¿¡COLE?!

Escuché un "¿queeeeeé?" Por el pasillo y después él entró a mi cuarto con crema de afeitar en la barbilla.

-que sea rápido, Samuel -dijo en apuros esperando con ansias mi llamado - esta crema arde como los brazos de Atlas.

Lo ignoré por completo y me centré en lo que iba a decir.

-es Heather -dije con un aire intranquilo.

-¿si llegó a su casa?

-no, no es eso...ella está...-suspiré en frustración y me llevé las manos a la cara.

-¿qué tiene?

-no sé...no sé...-dije con la cara tapada.

-¿estás bien? -dijo él como si hubiera notado que ella me estaba afectando.

-¡no! -me volteé hacia él y pude sentir mi cara arder. No estaba llorando, pero mis ojos estaban en amenaza dé. - Heather está en el hospital

Cole abrió muy bien sus ojos y se acercó a mí.

-¿está bien?, ¿hablaste con ella?

-no...-dije mientras trataba de calmarme por un momento. - su mamá contestó. No le han dicho nada pero...

-¿pero qué? -dijo él con ansias.

-cree que tuvo una hemorragia cerebral.

Ambos quedamos estupefactos. Cole vino a sentarse a mi lado y estuvimos así por un momento. No sabía qué hacer, no sabía qué decir...simplemente escuchábamos el sonido de las gotas caer y los fuertes truenos que sonaban en toda la casa que hacían a Susan morirse de miedo. En eso, estaba pensando: ¿por qué la vida puede cambiar de manera tan drástica?...todos lo dicen, y no lo había notado pero; mi vida da cambios tan drásticos que ni me doy cuenta de que todo puede sucederme. E incluso lo peor, y lo peor para mí era no tener a mis padres biológicos. Ahora lo peor para mí sería perder a Heather y no poder hacer nada al respecto.

-¿crees que esté bien? -dije sin aguantarme las lágrimas.

Cole juntó sus labios y miró al suelo. Sabía que yo era sensible, y el también es demasiado sensible como para llorar también.

-ella estará bien. - él me rodeó con su brazo, sentía las lágrimas recorrer mis mejillas y estaba llorando tan calladamente que me dio miedo, porque en mi interior yo estaba llorando tan desconsoladamente que no había tiempo de preguntarme por qué.

¿Por qué estaba pasando esto?, ¿por qué a ella?

-¡Cole, Sam, bajen a la cocina! -gritó Denisse desde abajo.

Ambos intercambiamos miradas y él entendió lo que tenía que hacer.

-ahorita vuelvo. -dijo mientras me daba unas palmadas en la espalda y se levantaba para después salir del cuarto y bajar las escaleras.

-¿y Sam?, ¿ya se bañó?

-ya.

-bueno, también dile que se baje... Quiero que me ayuden a tapar estas goteras.

-yo te ayudo...pero ocupo enjuagarme esta crema de la cara.

-ve, yo voy por tu hermano.