59. Sam

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Había amado infinitamente a Paul por llevarme al hospital mas temprano de lo que yo planeé. Por la tarde estaba lloviendo un poco, pero era una lluvia amistosa que no iba a empeorar.
Entramos y paramos en la sala de espera porque Paul le estaba llamando al padre de Heather para saber si se podían hacer visitas y el número de cuarto.
Por un rato yo estuve inquieto sentado en la silla mientras jugaba con mis pulgares y movía mis piernas. Pensé en cómo ella luciría, en cómo estaría despierta...

-Sam, no puedes entrar a verla -dijo Paul sin expresión alguna.

-¿por qué no?

-no somos familiares de ellos.

-¿y no puedo siquiera ver a Sarah?

Él se volvió al teléfono y al poco rato me volteó a ver.

-podemos ver a Sarah.

Yo me levanté de la silla sin pensarlo y luego nos acercamos a una enfermera para saber la ubicación del cuarto, entonces subimos un piso en el elevador y buscamos la habitación entre todos los pasillos. Al parecer, Sarah estaría fuera del cuarto esperándome. Era el mismo cuarto en donde había ocurrido su hemorragia más grave. A los veinte minutos de tanto buscar y preguntar a enfermeras logré mirar a Sarah parada en medio del pasillo.

Literalmente corrí hacia ella para darle un abrazo, pero noté que su rostro se veía cansado, triste y desanimado.
-¿cómo estás?, ¿cómo está ella?, ¿está bien?

Ella sólo una sonrió con tristeza y sin ganas. Eso me deprimió y me espantó un poco.
-pensé que vendrías pronto, Bob me había dicho que...

-tú sabes que yo siempre vengo. Siempre estaré con ustedes.

Estaba temblando, tenía miedo de hablar, tenía miedo de escuchar algo que no quería imaginarme...algo insoportable.

-Sam, sabes que no puedes ver a Heather.

-¿cómo está?, ¿está bien?

-eso creo.

-¿por qué?

-no ha despertado, pero está estable por ahora.

-¿qué?, ¿por qué no ha despertado?, ¿es normal?

-aveces sucede y lo sabes, no sabemos hasta cuando estará en coma.

Heather está en coma, Sam. La chica que tanto amas está detrás de esa puerta y permanece en coma, sin que puedas verla. Sin que le puedas decir cuánto la quieres.

Mis lágrimas no se aguantaron y decidieron salir sin control.
Sarah me abrazó en consolación y creo que también ella comenzó a llorar.

Heather llevaba alrededor de cuatro días en coma, y me destrozaría la idea de que...

-¿y qué tal si no despierta? -dije en miedo mientras me separaba de Sarah. -¿no te dieron un documento sobre...?

-no quiero firmar eso... Pero siento que si ella ya nunca despierta, tal vez esa sea la mejor opción...

Si ella nunca despierta...

-¿por cuántos días?

-hemos hablado con el doctor y quedamos que si en treinta días ella no despierta...tendremos que dejarla ir.

-¿dejarla ir? -dije sin creerlo. Me separé medio metro de ella y la miré como si no pudiera procesarlo. -¿la dejarás ir?, ¿después de todo?

-Sam, tal vez todo lo que hice fue algo...

-¿lo que hiciste?, ¡yo también hice mi parte!, yo la cuidé mientras estabas en el trabajo, yo la auxilié en esa misma habitación y en otras miles de veces más.

-lo sé, lo sé y perdón pero...

-¿Y AHORA ME ESTÁS DICIENDO QUE PIENSAS DEJARLA IR?

-A LOS TREINTA DÍAS, SAM. ELLA PUEDE DESPERTAR.

Me quedé viéndola estupefacto. ¿Cómo podría hacerle eso a su hija?

-La miraba desde siempre, la cuidaba, me divertí mucho con ella y tomamos un cariño inmenso tal como yo lo tengo contigo. Sarah, mierda que estoy tan agradecido por lo que has hecho por mí y ahora permíteme decirte que no debes rendirte en tan sólo treinta días. Sabes que Heather es muy aventurera, es muy curiosa y tiene mucho por delante. Y demonios que ella me enseñó a vivir tanto que, ambos estamos perdidamente enamorados como nunca. -solté un respiro de alivio y volví a obligarme a hablar:- ella debe vivir y lo sabes.

Ella simplemente me miró de otra manera: de una forma en la que ella nunca me había mirado. Estuvo así casi por medio minuto y luego se soltó a llorar más. Se acercó a mi y me susurró que todo estaría bien. Luego se despidió de mí y se adentró de nuevo al cuarto, en donde vi un brazo de Heather que permanecía en la cama mientras se cerraba la puerta. Me volteé y busqué a Paul, que al parecer, estaba sentado en la sala de espera del piso. Nos fuimos y durante el camino a casa pensé en Heather. No podía dejar de pensar en ella. ¿Y qué tal si no despertaba a los treinta días?

Llegamos a la casa y Denisse me preguntó por ella de una manera feliz y simpática.

Yo sólo me volteé hacia ella fríamente y abrí mi boca para hablar:
-no ha despertado.

Luego de eso subí silenciosamente las escaleras y me encerré en mi cuarto tirado en mi cama escuchando canciones deprimentes de Taylor Swift en mi audífonos.

Creo que me estoy volviendo más cerrado.

Me estaba dando cuenta de lo cuánto Heather me había ayudado en tener más confianza. Antes era un callado y un miedoso, aunque tal vez lo siga siendo, al menos lo soy menos. Saqué mi mejor lado y creo que lo peor que esta pasando entre nuestra historia es esto. Me estoy oscureciendo de nuevo y sin Heather no podré hacer nada, a pesar de que tenga a mi familia.
¿Cuándo dijeron que iba a terminar esto?

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-Michelle:)

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