53. Heather

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Era jueves por la noche y mis padres habían tenido la idea de cenar de verdad en familia. Tenía que decirles todo, ya no podía ocultarlo más.

Perdón mamá, pero tu guiso de carne no sabrá muy bien después de esto.

Fuimos a sentarnos en el comedor los tres juntos y comenzamos a comer pacíficamente.

-¿Y entonces el jefe te dijo podrías hacer un ascenso? -dijo mi mamá mientras pinchaba un trozo de carne con el tenedor.

-mmhmm...-mi papá asintió con la cabeza y después se limpió las manos con una servilleta de papel. -pero creo que tendré que agarrar algo de dinero.

-¿de qué hablas? -preguntó mamá mientras congelaba su mano que sostenía el tenedor.

-el coche, Sarah. -explicó papá

-ah...esa llanta no va a durar demasiado si no fuera por tus frenones espantosos.

-tengo que cambiarla...el domingo.

-¿el domingo?

-el tipo me hace descuento. Tenemos que ahorrar.

Y luego la cena continuó de manera tranquila.

Tienes que hacerlo todo.

-Hebs, no has tocado tanto tu comida.

Levanté la mirada hacia mi madre y después mi papá comenzó a argumentar:
-Últimamente te veo más seria...sales más....¿estás bien?

-¿qué? No...no es nada... -dije mientras me volvía a mi cena y comenzaba a juguetear con una raja de verdura.

Pero mi mamá me siguió la mirada.
-¿Bailey te ha dicho algo?

-¿qué? No.

-pero es que has estado viendo muy...

-seria, callada, cortante. -concluyó papá.

-No es nada.

Las cartas.

-¿segura?

El trato.

-eres muy tragona... Y apenas has tocado la comida

Mi diagnóstico.

-no tengo hambre.

Sam.

-siempre tienes hambre.

otra vez, los problemas.

Me exalté ligeramente soltando el tenedor sobre el plato, causando un ruido alto y algo molestoso. Recargué ambos codos sobre la mesa y entrelacé mis dedos para después recargar mi barbilla en ellos.

-sí pasa algo. -Dije sin que mi mente pudiera creer que estaba haciendo esto. - están pasando muchísimas cosas. Y me molesta, me frustra y me confunde no encontrar la razón del por qué.

-¿a qué te refieres? -dijo mamá con preocupación tentada a convertirse en enojo.

-me refiero a que, papá y mamá... sé todo.

-¿de qué hablas? -preguntó en simple confusión.

Me volví hacia él y tensé mi mandíbula.
-hablo de que, ya lo sé todo.

-¿pero de qué? -volvió a decir mamá.

-¡de Sam, las cartas, el trato y todo! , ¡ya lo sé todo y lo he sabido desde hace un buen tiempo!

Mis padres quedaron estupefactos. Mi mamá tenía una cara perdida, como si se hubiera dado cuenta de que todo se había echado a perder y mi papá miraba su comida como si fuera la cosa más interesante del mundo.

You Are My Best Gift.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora