29. Heather

44 5 0
                                    

Era sábado y Bailey no dejaba de llamarme por el celular en plena madrugada.

-eres una maldita -dijo en frustración- hoy vamos a ir quieras o no. Ya sabes, Sam está en detención por culpa de Haden y no estará en su casa durante un bueeen tiempo.

-¿Pero iremos ya que llegue o qué? -escupí- recuerda que no sabemos en donde vive

-Ayer conseguí información sobre eso, querida. Él vive a dos cuadras de ti. -presumió- no sé en que casa, pero sé el vecindario. Será pan comido.

-Bailey sigo diciendo que...

-será por un momento, lo prometo.

-¿enserio?

-ahá. De hecho, ábreme querida que he estado durante veinte minutos parada frente a tu puerta.

Entonces el timbre de la casa sonó una vez y salí de mi cuarto descalza, rezando para que mis padres no me oyeran.
Bajé las escaleras y me dirigí a la puerta para abrirla:

-hola -susurro Bailey con entusiasmo. Ella llevaba una mochila colgada en sus hombros.

-sólo, pasa. -Ella entró y cerré la puerta lentamente. Subimos y nos encerramos en nuestro cuarto.
Eché un vistazo al espejo y miré mi cabello despeinado, la saliva seca que tenía en la barbilla y mis ojos dormilones.
Estaba hecha un asco.

-¿lista para esto?
Puse una mano en alto.

-Son las siete dos de la mañana y es sábado. -informé como si fuera demasiado importante- las detenciones son a las nueve. ¿Cómo se te ocurre llegar a esta hora?

Ella volteó los ojos.
-Quería estar preparada. Luego me quedo dormida.

Me volteé a ella y me senté en mi cama.
-bueno... ¿Y cómo es que conseguiste saber el vecindario de Sam?

Ella se sentó a mí lado. Ella tenía puesta una playera negra con unos shorts negros y unos zapatos deportivos para caminar.

-Eso no es de tu incumbencia -dijo entre sonrisas nerviosas.

La miré con recelo y sonreí para hacerla hablar.

-Claro que sí. -dije entre risas- nadie te mandó a buscar información sobre él. Y además es mi asunto. Tú me estás ayudando para averiguar que ocurre. Dime y ya

Ella se mordió el labio.

-Me colé para ver el expediente de él ¿de acuerdo? -dijo con la cara llena de pena- estaba vacío y... Sólo fue eso y ya.

Reí con más fuerza.
-¿te colaste a la oficina de la directora para ver el expediente de Sam? Pendeja que eres.

-¡cállate! Pude haber sido cachada y...

-ya sé ya sé... Perdón. -Me calmé con lentitud y volví a recuperar la compostura - mis padres no tardan en levantarse e irse a trabajar. El plan será quedarse dormidas hasta las siete veinte. Entonces ellos se habrán ido y podremos iniciar con todo... El asunto.

Bailey hizo un gesto de aprobación.

-Hagamos esto. Mientras podremos hacer alternativas por si alguien en la casa está y pues... Podremos safarnos y evacuar la misión.

You Are My Best Gift.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora