30. Heather

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Habíamos desayunado y me preparé para salir hacia la calle con Bailey.
-¿cómo se llama el...?

-Grave. ¿Conoces la Grave?

-creo que es por allá. -señalé a la izquierda.

-vamos. -e iniciamos a caminar.

Mi corazón estaba totalmente acelerado y tenía una rara sensación en el pecho. Estaba nerviosa y lo sabía. Me preguntaba qué estaba pasándome por la cabeza al decidirme a hacer esto... Era una locura.

Pasamos un semáforo corriendo y después de unos pocos minutos llegamos (creo) a la avenida Grave.

-¿es aquí? -preguntó Bailey en confusión. -No hay muchas casas.... Una... Dos...cuatro... Seis. Sólo seis casas. Es depresivo.

-Yo vivo alrededor de doce vecinos y no es bonito. -volteé a verla- vivir con cinco casas al lado es como una bendición.

-¿qué hora es? -preguntó cambiando de tema.

-Ocho cincuenta y dos.

-Bueno, esta es la esquina de todo el lugar ¿no? Esperemos en esta valla.

-¿de quién es la casa?

-Ni idea. Tú sólo escóndete debajo de la valla. Yo vigilo.

-bueno... Avísame cuando salga.

-hecho.
Y me escondí detrás de la valla de madera que aislaba un jardín mientras Bailey estaba media agachada en la esquina de la calle vigilando.

-...¿Tú crees que sea uno de los Brokk?

-deja de leer los buzones de todos.

-¿Sam Brokk? No queda. -Luego siguió buscando con la mirada - ¿Hayes? ¿Sibone? ¡Uy! Lepore...

-Deja de leer los...

-¡Shh! -Me calló con una mano en alto- Echaré un vistazo más de cerca.

-¿y yo qué?

-tú quédate aquí. Si él te ve, estamos fritas. -Ella sacó unos lentes oscuros de su mochila y se los puso. -Yo puedo disimular. Tú no.

Bufé.
-pero no tardes. No quiero quedarme tirada aquí como pendeja retrasada por tu culpa.

-No tardaré. -y luego se fue derecho a caminar en el lugar. Yo me acomodé en donde ella estaba anteriormente y la seguí con la vista.
Bailey caminaba y miraba todas las casas. El lugar tenía casas en venta, terrenos vacíos y algunas tiendas de pastelería o restaurantes sencillos. Era un lugar grande, vacío pero bonito y tranquilo.
Bailey llegó a la esquina de la calle y volteó a la izquierda y se paró en seco. Ella se volvió rápido y comenzó a correr cómo si fuera su vida en la que estaba en juego.
Ella corrió y después de un minuto llegó a mi lado con el aliento agitado.

-¿qué pasó? ¿Qué? ¿Qué? -preguntaba sin parar. Ella se sentó en el suelo y después de un momento recuperó un poco la respiración y me miró.

-ahí va.
Miré con discreción la calle y noté a alguien cruzar la calle con calma. Ese alguien tenía el cabello rubio y llevaba una mochila puesta.
Sam había salido de su casa camino a detención.

-¿viste la casa, Bailey, la viste?
Ella asintió y luego se levantó a mi lado.

-no lo creerás, esa casa es una puta mansión.
Pelé los ojos.

-¿mansión? -dije sin creerlo- ¿más genial que tu casa?

-Jardín enorme, casa enorme. Hermosa.
Me quedé parada en seco reflexionando....

-¿entonces Sam es un niño rico? -pensé en voz alta

-¡Más razones por las que deberías estar con él!

-cállate. ¿Y si hay guardias o algo?

-no lo sé.... Vamos.
Nos tomamos de la mano y caminamos en la orilla.
Sam era un niño rico... Talvez por eso no decía su apellido... ¿Sería un apellido famoso? ¿Qué tal si él es hijo de una estrella de cine? ¿O de un cantante exitoso?
Talvez por eso sus padres según viajaban mucho... Porque eran unas celebridades.
Padres famosos, casa enorme, vida genial, cero privacidad.
Sí. Eso era, talvez durante todo este tiempo Sam solo quizo mantener esto en secreto porque quería ser normal o algo parecido...
Sabía que todo podía cambiar entre nosotros si me enseñaba su casa.

Aunque esos escritos sobre mí no encajaban en la cosa.

-Ven, es aquí. -Bailey me jaló del brazo y noté semejante mansión: se trataba de un edificio sencillamente rústico con un jardín delantero que estaba cercado por unas vallas negras de metal que la hacían lucir vieja, pero retro al mismo tiempo.
Era como estar en los cincuentas.

-espera... ¿Qué es eso? -La puerta de metal negra era grande y estaba en forma se arco. Estaba frente al jardín y arriba de ella tenía un logo que se me hizo extrañamente familiar.

-¿qué? -dijo Bailey mientras buscaba mi referencia.

-Ese logo... En la puerta...-dije sin quitar la mirada- yo lo he visto... Pero no sé dónde... -volteé a ver toda la casa para buscar pistas, pero nada sirvió.

Y entonces Bailey entrecortó su respiración de manera nerviosa.
-¿Heather?

-¿qué?

-Sam no vive en una mansión.

-¿a qué chingados te refieres?
Ella señaló con su índice algo, noté que era un gran letrero de cemento blanco que estaba a la esquina de las vallas, pero no logré leerlo porque estaba algo distanciada.

-Sabes que soy una pinche ciega ¿no? Dime qué pasa.

-Creo que es...

-¿qué es qué?

-Maryvale.

-¿y qué es eso? -dije entre dientes

-Mis padres siempre pasan por Maryvale. Pero yo no sabía que estaba por aquí...

-¿me vas a decir qué es Maryvale o no?

-Heather... Maryvale es un orfanato.

5/7
Crisis...crisis...revelaciones...verdades...
Muchas cosas tomarán sentido... Hora de saberlo todo.
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Enserio esta novela es de tu agrado? Me esfuerzo mucho por escribirla y ustedes me dan ánimos de seguir y seguir...
-Michelle :)

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