46. Sam

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Estaba esperando a Heather desde hace unos pocos minutos.
Estaba recordando todo lo que habíamos hecho el día del partido: la fogata, la venganza hacia Jackson, las canciones...la hermosa voz de Heather cantar en viva noche.
Ese día había sido genial y desastroso a la vez.

-Hey.
Me volteé y ahí estaba. Con el mismísimo suéter negro con letras blancas que olía a ella.
Se veía sencilla, normal y floja.
Estaba hermosa.

-Hola -dije como idiota

Ella hizo una mueca y no pude evitar pensar en la carta.
Nos acercamos a las rocas y nos recargamos en la misma de aquél día.
Heather tenía sus mejillas rozadas y había notado una pequeña hemorragia interna en su muñeca. Sus converse viejos junto a su suéter y sus jeans negros la hacían ver fría y dramática.

No podía evitar ver las pupilas de sus ojos verdes y sus tiernos labios que marcaban una ligera y simple sonrisa.

Estaba en un momento de inspiración romancista.

-bueno...¿Has estado bien? -dijo ella por fin.

Sonreí al ver sus dientes descubiertos.
-Eso creo, ¿tuviste problemas con lo que pasó en la fiesta?

Ella negó con la cabeza mientras tenía los brazos cruzados.
-Bailey me contó que jugamos intensamente con el tanque de helio que no había sido usado porque se nos había olvidado inflar los globos antes de la fiesta. -comentó con una risa admirable al final. -También descubrí que Colby estaba fumando al lado de Denis, y que después nosotros nos robamos sus cigarrillos y comenzamos a imitarlos.

Levanté una ceja al no recordar nada de eso.
-¿Bailey tomó o algo parecido?

-No. -Miró a los árboles y después se volvió a mí. -Bueno un poco, pero sólo fue ligero según ella.

-Entonces pudo ver todo y...

-Creo que me estaba cuidando. -dijo sin dejar de verme a los ojos. -Luego creo que también estuvo al tanto con nosotros porque andábamos sin control.

Solté una risa por lo último que dijo.
-Fue una noche loca.

Ella sonrió como si estuviera recordando lo que apenas tenía en su memoria sobre la fiesta y luego sus labios dejaron de curvearse y supe que estaría llegando al grano.
Hubo un silencio profundo por unos segundos.
-...¿Por dónde deberíamos iniciar?

Junté los labios de manera inquieta y me obligué a hablar.
-desde el principio.

-Bueno...¿cuál es el principio?

Sonreí mientras miraba el pasto verde.
-La historia inicia cuando a una linda chica de catorce años le sangra la nariz sin razón alguna y sus padres la llevan al hospital para auxiliarla y saber qué ocurrió. -Mis dedos temblaban ligeramente y sentía que cada palabra me estaba dando más nerviosismo e inseguridad mientras avanzaba. - Su madre estaba demasiado preocupada por recibir una noticia devastadora, pero la verdad es que los doctores no sabían diagnosticarla porque ella sangraba constantemente de su mentón, encías y piel. -La miré a los ojos y seguí hablando:- Pero entonces después de tantas semanas, los doctores dieron un diagnóstico extraño, pero real. -continué- La chica no sabía nada, porque sus padres no querían que supieran lo que le estaba ocurriendo con el fin de no espantarla.

Heather me miró como si no entendiera.
-Espera, sí. Ocurrió eso, aunque no sabía de que me habían diagnosticado... Mi madre me dijo que...

-Déjame terminar y las preguntas al final. -Dije de manera tranquila. -Entonces, -proseguí- La mamá de esta chica se conocía con este niño rubio que siempre se la pasaba al lado de un señor que daba clases de francés y un día, ella se atrevió a hablarle. -Podía imaginarme todo: Sarah, mi maestro... E incluso el bonito collar de perlas que llevaba puesto la mamá de Heather ese día que estaba combinado con una blusa roja suave. - La mamá y el chico se hicieron buenos conocidos. El chico le había dicho con mucha vergüenza que él era huérfano, y la madre en vez de disculparse por oír eso, lo animó. Le dijo que la vida tenía sus ventajas y desventajas. Y entonces surgió un trato entre ellos dos a cambio de dos cosas importantísimas que harían al chico realmente feliz de por vida, y a la mamá con esa sensación de tranquilidad y seguridad en su vida.

-...¿mi madre te dijo eso?

-Sí y shh. -la callé y proseguí:- Entonces, habían acordado que el chico tenía que vigilar a la hija para asegurarse de que nada malo estaba pasando con ella y...

-ESPERA, ¿QUÉ?

Quizá no lo dijiste de una manera más...

-Eh...

-¿QUE MI MADRE QUÉ?

-Heather..

-¿MI MADRE TE USÓ PARA VIGILARME DURANTE TODO ESTE TIEMPO?

-¡No es eso!

-¿Y entonces qué es? -Podía ver la desesperación y el enojo que tenía, pero no sabía si era hacia mí o hacia su...mamá....mierda.

-es que tus padres estaban demasiados preocupados por...

-No puedo creer que...

-Heather...

-¿y todo lo que pasamos juntos? ¿Era una farsa para...cuidarme?

-¡No! Escucha, esto no tiene nada que ver con lo que pasamos desde el primer día de clases en donde te conocí. Yo...

-no quiero pelear contigo de nuevo, Sam.

-yo tampoco.

-¿y entonces?

-Heather, no me importa nada con lo que acordé con tu mamá, los momentos que pasamos juntos fue porque los quise pasar a tu lado. No porque alguien me dijo que te tengo que cuidar. Me gusta estar contigo y te adoro. Eres genial, hermosa y perfecta porque yo solo lo vi sin que nadie le dijera que tenía que reconocerlo. Me gustas tal y como eres, me gustas porque eres única, me gustas porque eres divertida y aventurera.
Me enamoré de ti no porque me dijeron que lo hiciera, me enamoré de ti porque tú hackeaste mi sistema operativo y me hiciste quererte como loco.

Oh dioh mio.
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-Michelle

You Are My Best Gift.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora