54. Heather

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No iba a hablar a nadie del tema de ayer por la noche.
El aire en familia esta callado, cortante e incómodo. Y nadie quería que fuera así, pero ninguno de nosotros hacía algo al respecto para cambiarlo y dar el primer paso.

Yo no pensaba dar ese primer paso.

Durante todo el transcurso de la escuela estuve pensando...¿y si todo lo estoy viendo mal?, ¿y si realmente no comprendo que, a comparación de otras personas con mi trastorno...yo soy una de las suertudas?

En el recreo no había comido. Mi estómago no rugía de hambre de tanto mantenerme ocupada pensando y pensando...¿debería conocer más sobre lo que está vagando en mi cuerpo?, es decir; ¿debería investigar aún más sobre mi trastorno?

No sabía a qué llegaría con eso, de verdad. Y no sabía qué sería ahora en adelante.

En vez de haber ido directo a la cafetería en donde Sam y Bailey me esperaban, me dirigí a la biblioteca escolar para perder el tiempo ahí rebuscando algo útil sobre de lo que estoy tratando.

¿Mi trastorno hablaba sobre algo morado?

Había tomado un libro sobre medicina y datos curiosos, tal vez tendría la posibilidad de hallar algo útil entre todos los artículos...
Me fui al índice y un tema del libro me llamó la atención de inmediato: "Trastornos hemorrágicos y/ó fiebres hemorrágicas, página 56"

No lo dudé. Me fui al número de página y comencé a leer absolutamente todo:
"Éstas fiebres afectan a los órganos, los vasos sanguíneos y altera la capacidad del organismo...." "...se encuentran en todo el mundo..." "...llegan a causar enfermedades leves" Esto no me está diciendo mucho.

Pasé de página y ahí estaba:
"Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI)..." "...las personas con esta enfermedad tienen muy pocas plaquetas en la sangre..." "En caso de los infantes, es probable que esta enfermedad desaparezca por cuenta propia, en los adultos con mayor frecuencia, sufren la enfermedad de manera cronológica."

De acuerdo...
Decidí tomarme un respiro y volví a leer:
"Llega a tratarse con distintos medicamentos para regular el conteo de plaquetas..." "No hay manera conocida de cómo prevenir el PTI." "...en casos extremos, llega a..."

Cerré el libro. No pensaba leer una palabra más. Me fui a un rincón solitario y casi invisible en el fondo de la biblioteca para sentarme y contemplar de nuevo mi vida.

¿Por qué todo estaba pasando muy rápido?, ¿acaso jamás sospechaste que tendrías un diagnóstico en realidad, Heather Nelson?

La verdad estaba en un estado en donde podía decirme: "¡era tan obvio!, ¿cómo es que lo pasaste desapercibido?...estaba a tus narices y ni cuenta le diste, la respuesta era más que simple y ni pudiste haberlo descifrado. Vaya, otra derrota para ti, tonta."

Y la verdad es que estaba comenzando a regañarme mentalmente por no haber reaccionado a mis pasados pensamientos que me habían invadido por un rato.

Entonces...¿podía curarme?, ¿podría ser normal por primera vez, durante todo este tiempo?... Y aunque todo eso fuera posible... también tenía chance de llegar a algo más... algo peor, algo fuerte.

Y a eso le tenía miedo.

Si yo sufría algo inesperado...¿qué sería de mis padres?, ¿qué sería de mi vida?, ¿qué pasaría con Bailey?....¿qué pasaría con Sam?

Mis nervios aumentaron. Traté de calmarme y recordarme que mañana sería ese tan esperado sábado. Mañana me encontraría con él y pasaría un buen rato...

O al menos eso espero.

Después de un buen rato llegó por fin la calma a mi cuerpo y terminando la escuela encaminé a casa rumbo a mi casita del árbol a pensar como solía hacerlo antes.

¿Por qué la vida no puede ser un simple paisaje lindo y admirable en la que todos pueden disfrutar sin excepción alguna?, ¿por qué siempre tenemos que lidiar con todo?, ¿qué la vida no se hizo para aprovecharse?, ¿acaso siempre tendremos que pasar por esto a la fuerza?, ¿por qué todos debemos de conocer esta sensación?

Me encontraba acostada boca arriba observando el techo de madera pintada de rojo. Las hojas del árbol estaban radiantes, recién nacidas y crecidas. Podía escuchar el tranquilo y relajante sonido que hacían las patitas de las ardillas que rondaban entre la casita mientras olía el simple y normal aire fresco y agradable que acariciaba mi cara.

Me sentía como antes: preocupada, insegura e incluso...sentía los problemas de mis padres volver, pero en un sentido mucho peor que el anterior.

Recordaba cómo mis padres sufrían su estrés en el trabajo para sacar más dinero y poder pagar la remodelación de la casa. Sí así es; la casa en la que he vivido varios años y apenas la estaban remodelando. Mi madre me tuvo en Arizona y meses después nos fuimos a Los Ángeles por placer y desde ahí, compraron la casa y apenas la remodelaron no hace mucho (y tampoco los cambios de apariencia eran muy drásticos...de hecho, simplemente la casa ocupaba nuevas tuberías y un cambio de madera).
Pero aún de haber sido muy pocos cambios, la madera era cara al igual que ese metal de los tubos.

En fin. Problemas, dinero, preocupaciones y mi trastorno hemorrágico. ¿Qué más podía pasar entre todo esto?

Simplemente quiero que todo esto cambie cuanto antes posible, y no tengo idea de cómo.

Uyyy esperen, que ya viene lo buenito :3
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-Michelle :)

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