18. Heather

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Las clases estaban canceladas por una semana.
Mi mamá tenía un día libre por esta ocasión por seguridad y yo no entendía por qué.
Ella sonreía y se veía totalmente en paz. Como si hubiera hecho algo genial.
Estábamos en su cuarto reparando su gotera porque mi papá no la había tapado bien. Mi madre me sostenía un pequeño banco de madera en donde estaba literalmente parada de puntas mientras tenía una espátula moldeadora en la mano y en la otra, un recipiente pequeño con un poco de cemento blanco que quedó.
El banco se movía, lo que me daba escalofríos y miedo al caerme. Lo cual me hacía temblar de los nervios.
-mamá... En el nombre de todos los muchachos con los que has salido en tu juventud, hazme el favor de tener ese banco firme. -mi mamá rió y respondió a favor.
-¿por qué tardas tanto?-preguntó
-Es que... -examiné la espátula- no soy muy profesional... - me volteé hacia el techo- y creo que nos pasamos un poco de agua con la mezcla...- miré el cemento fresco recién aplicado en el techo y de repente una gota de la mezcla colocada me cayó en la cara, llendo casi al ojo.
-¡AHH!-grité. Y por estúpida, olvidé que estaba en parada en un banco de un metro, que tuvimos que alargar hacia metro y medio porque soy muy bajita.
Ahora me preguntaba ¿qué clase de persona aceptaría un puto banco de metro y medio? Literalmente, me caí de espaldas contra el suelo y me estaba muriendo porque se me fue el oxígeno de los pulmones y había caído sobre un cosmético de mi madre que estaba en el suelo.
Respiraba con mucha dificultad y no deseaba moverme.
-¡HEATHER!- gritó mi mamá con preocupación. Ella rebuscó entre las cosas de su cuarto y me limpió la cara con un pañuelo húmedo. No soy doctor, y menos mi madre pero algo que sí sabíamos era que tenía que volver a mi nivel normal de respiración. Ella me sentó y me tranquilizó para luego ayudarme a respirar.
Me sentía en un puto parto. La gente tranquilizándome mientras no respiraba bien a causa de un ERROR, y un dolor horrible esparciéndose en mi cuerpo poco a poco.
Mi mamá me obligó a respirar como embarazada en su momento de parto a malas. Me tranquilicé y después de unos minutos respiraba con más facilidad.
-¿estás mejor?- mi mamá tenía la cara llena de preocupación.
La miré como si fuera una broma de mal gusto.
-Sí, mamá -dije seriamente mientras me acomodaba los lentes- ya puedo respirar. -Me levanté y contemplé la gotera tapada. Mi mamá también se había levantado y me puso una mano en el hombro.
-Bien hecho.-dijo con una sonrisa forzada. Ella se veía algo incómoda y falsa.
Suspiré con cansancio.
-Sí.... Me voy- señalé ligeramente el pasillo con mi pulgar - quiero recostarme para entrar a otro mundo. -dije seriamente. Iba a iniciar mi camino hacia al cuarto pero mi mamá me tomó del brazo y me miró otra vez con preocupación.
Le eché una mirada para saber de qué se trataba, y ella ya había abierto los labios para hablar, pero ninguna palabra salió de su boca.
-¿qué pasa? -pregunté mientras me acomodaba el cabello.
Ella me volvió a ver de la misma manera y seguí esperando lo que tenía que decir. Estuve esperando durante medio minuto y mi mamá volvió a tomar fuerzas y esta vez, se obligó a hablar, aunque había un gesto de disgusto en su cara.
Sabía que no iba a ser bueno.
-Heather... ¿Has... Experimentado con...drogas? -preguntó con un tono tranquilo. Eso me hizo ponerme nerviosa, lo cual me hizo confundirme: porque nunca me he drogado.
Solté una risa ligera.
-¿por qué preguntas eso? -dije con la sonrisa en el rostro, como si no tomara enserio la cosa.
-Pues, porque el jueves te fuiste a perderte en el tráfico... Durante muchas horas y... -ella hizo una pausa- te bebiste las botellas y latas de alcohol. -sus manos estaban toqueteándose entre ellas. Un signo de nerviosismo de mi madre. -y últimamente te encuentro demasiado..
-¿normal como para se una adolescente de quince años? -dije con las manos extendidas.
Ella aclaró su garganta.
-Rebelde, iba a decir. -ella miró sus manos con nerviosismo y luego se volteó a mí como si tuviera algo en su mente que no encajara bien.- ¿tu padre y yo te hemos hecho algo que...?
-mamá... Si me emborracho no significa que me drogo. -aclaré. Puse una mano en la cintura para tener más actitud- si me quedo en el tráfico es porque fue un error. Y no lo volveré a cometer. -aclaré- Ahora la cosa es: ¿por qué preguntas eso? Ustedes no han hecho nada, simplemente...
-te comportas así.- mi mamá terminó la oración. No me gustaba discutir con mi madre, y en realidad no sabía si estábamos discutiendo. Era difícil saber.
Dejó la oración en el aire. Durante un rato estuvimos calladas sintiendo el silencio incómodo. Cuando mi madre dice las cosas suenan un poco mal. No sé como era eso posible, pero pasaba. Y todos piensan lo mismo, por eso mi padre aclara más los asuntos que mi madre, simplemente por esa razón.
Y mierda que deseaba que mi padre estuviera aquí.
- ¿con qué dinero? -pregunté- ¿con qué contacto obtendría droga? -hice una pausa y mi madre tenía una mirada como si yo supiera la respuesta.
-Heather... -mi madre me miró con incomodidad. Como si tuviera que hacer algo malo sin la intención de hacerlo. - Ese chico -ella hizo una pausa- Sam. Eh.. ¿Te ha dicho que...?
Y la cosa estaba empeorando.
-Disculpa...-hice una pausa en la conversación- ¿por qué estás metiendo a Sam en esto? -pregunté en un tono ligeramente enojado. Como si no entendiera la razón de la conversación. ¿A dónde íbamos? - Mamá, ¿qué tiene que ver Sam con que según me drogue? No tiene ningún sentido
-Heather, -ella puso un tono de autoridad- investigué sobre él... Creo que te cae mejor juntarte con Bailey... ¿No? -mi madre es nerviosamente rara. Creo que me estaba tratando de alejarme de tener un segundo amigo. Y Sam era un buen amigo.
-¿qué sabes de él, mamá? -dije en defensa- ¡es un buen chico! Él no me dijo que bebiera, él no me hizo pararme en el tráfico y el no me indujo a tomar drogas -la miré a los ojos - ¡ni siquiera tomo drogas! - Alcé mis hombros con un tono agudo en mi voz para aclarar inocencia.
A los pocos segundos recordé cuando Sam me había preguntado lo mismo sobre las drogas cuando amanecimos crudos. ¿Acaso tenía mala pinta? Yo pensaba que mis lentes me hacían ver muy nerd y anti-social pero, creo que está de moda usar lentes y drogarse porque, ahora piensan que soy una pinche marihuana.
Mi mamá suspiró con tranquilidad.
-de acuerdo. -concluyó- te creo. Enserio Heather. Espero que no....
-Ya lo sé, mamá.
-Tú sabes que...
-Lo sé...
-de acuerdo, pues. -ella acomodó sus manos en la cintura y se volteó a contemplar la gotera tapada.
-de acuerdo -dije con incomodidad y salí rápidamente del cuarto deseando morir encerrada.

You Are My Best Gift.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora