23. Sam

95 7 0
                                    

Cole en verdad tenía una feria de ciencias en su escuela.
Tuve que rogarle de rodillas a Ginger para que me dejara ir con él y encaminar hacia el glorioso partido en donde Jackson sería humillado frente a todos, y al final Cole le tuvo que decir que me tendría vigilado.
Y creo que no bromeaba.
-Yo lo tengo, Ginger -Dijo él - es un idiota, pero es mí idiota y lo sé controlar.
-Sé que esas ferias de ciencias son... Tardadas. -dijo en comprensión - los quiero aquí a las doce.
-¿doce?
-¿es muy poco?
-¡no, no! -dijo Cole- esa era la hora en la que tenía planeada llegar. El proyecto es demasiado elaborado.
-bueno. A las doce. Y no se te olvide ponerle ojos a Sam.
-de acuerdo.
Y Ginger hizo un gesto de aprobación para después irse a trabajar de nuevo.
Cole me había mirado de una manera que me dio a entender de que realmente no bromeaba frente a Ginger: ni de loco me dejaría ir a un partido de mi escuela cuando él debía de estar en su feria de ciencias.
-no me vas arruinar esta noche -advirtió con un tono de voz grave.
Yo pretendí disimular mi nerviosismo y traté de calmarme, pero poco después empeoré.
-Está bien -titubeé nerviosamente.
-está bien -dijo él con confianza
Luego de la conversación incómoda, me vestí de manera sencilla con un suéter gris para no hacer sospechas y preparé mi mochila con mis cosas básicas: mi cámara con mis últimas tres Polaroids, una libreta, lápiz y un libro.
-¿listo? -preguntó Cole mientras me miraba cerrar la mochila
-vámonos.
Y después de un buen rato, salimos hacia la calle cerca de las seis veinte.
-¿qué quieres hacer? -dijo él con seriedad, como si supiera perfectamente que voy a ir a un partido con Heather y Bailey.
-¿acompañarte? -dije con duda sarcástica
Cole soltó una risa irónica.
-Tú nunca irías a una feria de ciencias -dijo en defensa- y menos si es conmigo.
-Eres un tonto, vamos a tu.. Cosa. -Estaba por avanzar un paso cuando Cole me jaló bruscamente del suéter y me tuve que volver hacia él. -¿qué esperas?
-¡Dímelo, Sam! -exclamó él.
No tuve opción. Jalé a Cole del brazo hasta la esquina de la calle para que nadie nos oyera y tuve que revelarle la verdad.
-Quiero ir a un partido de fútbol de la escuela- Dije con rapidez, con un gesto en la cara preparado para recibir un grito enloquecido de mi mejor amigo.
-¿por qué quieres...? -dijo él con frustración
-¡Cole! -rogué
-¿por qué quieres ir a un maldito partido? -volvió a preguntar, cómo si fuera la cosa más estúpida del milenio.
-Es que Heather y...
-¡HEATHER! -soltó él - ahí vamos con Heather.
-Cole es que...
-¿es que acaso no puedes dejar de pensar un poco en esa chica y concentrarte en tu mismo? -dijo con coraje en su voz.
-No puedo, Cole -dije con importancia- ella...
-¡ELLA ES UNA CHICA! -gritó él
-¡PERO ES UNA GRAN CHICA!
Cole calló por un momento y me miró a los ojos.
-Sam, desde que conociste a Heather tus escapadas aumentaron y hasta te castigaron por ello -podía notar la decepción en la voz de Cole: desgarrador y muy fuerte. - ¿es que acaso no lo ves? -dijo para después soltar un suspiro- ¡enamorarte de esa chica fue lo peor que te pudo ocurrir en toda tu vida! -la frente de Cole estaba roja y podía saber que estaba ardiendo - ¡no puedes mentir a la gente de esa manera! ¡Es violación hacia tu propia vida, Sam!
-¡No me interesa, Cole! -Dije con coraje, él me conocía. Yo nunca cambiaría.
-PUES DEBERÍA
-¿POR QUÉ DICES ESO?
-PORQUE SI NO LE DICES LA VERDAD A GINGER Y A HEATHER, ¡LO HARÉ YO! -Cole parecía tomate, y sus ojos azules brillaban a no poder más.
-No te atreverías, Cole. Eres correcto y callado. -dije con odio- Todos pueden controlar a la persona más dulce y callada, ellos son blancos fáciles para abuso.
Cole bajó sus cejas en expresión de enojo serio.
-¿te acabas de dar cuenta que no soy solo yo la persona que es así, Sam?
Callé de inmediato.
-¿Por qué yo sería así, Cole? -pregunté con un gesto despreciable. -Nadie puede mandarme a excepción de Ginger.
-Y de Heather. -terminó él. - Sam, al principio yo pensaba que eras un idiota. Pero un idiota en el buen sentido. Pensé que ella sería una pequeña fase de ti y luego la olvidarías -reveló él- Ahora me di cuenta de que realmente eres un idiota.
Mantuve la compostura, tratando de hacer notar de que sus palabras no me hacían daño. Pero me di cuenta de que posiblemente me pasé un poco de la raya con él y con todo mundo.
-¿enserio pelearemos solo por culpa de una chica? -dije con seriedad, tratando de poner lógica en su mente.
-Una chica que te está haciendo mal, amigo.
-Cole es que...
-La quieres, lo sé. -dijo con compasión- pero debes de entender de que hay cosas más importantes que irte a besuquear con tu novia en pleno tráfico de Hollywood.
-¡no me he besuqueado con Heather! -aclaré con inconformidad- y tampoco es mi novia.
-¡eso no interesa, Sam! -volvió al tema- debes de comprender que una chica no hará que tu vida sea de la manera en la que siempre pensaste que sería. -explicó él.
Callé incómodamente y recordé masivamente todo lo ocurrido a finales del año pasado.
-A que sí...
-¡DIOS, ERES UN MALDITO NIÑO DE KINDER!
-¿POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE SER ASÍ? -y los gritos comenzaron a aparecer de nuevo. Yo también estaba ardiendo y supuse a que estaba rojo. Era horrible, pero ninguno de los dos volvía a la normalidad. Solo empeorábamos las cosas.
-SOY COCIENTE DE LO QUE PASA, Y SOY REALISTA, ¿POR QUÉ NO PUEDES SER ASÍ?
-¡PORQUE YO NO SOY ASÍ!
-¡ERES UN CIEGO, SAM! -exclamó con ira- ¿qué es eso? -señaló mi cara- NADIE CREYÓ TU PUTA EXCUSA
Él se refería a mi nariz. Aún estaba algo moreteada y todavía me dolía, pero estaba sanando poco a poco.
Nunca había ido muy lejos con Cole, y creo que se me olvidó la manera en la que puede explotar. Las groserías, los gritos, la cara roja....
-Ya te conté Cole. -dije calmadamente, tapándome la nariz.
-Ya lo sé. Ahora quiero la verdad.
-¡No tienes que saberlo todo!
-¿por qué no me puedes decir, joder?
-¡porque no!
Él murmuró algo. Logré captar que era francés y me di cuenta a lo que se refería, pero traté de ocultar que había oído el insulto.
-¿qué dijiste? -dije con intención de intimidar.
-Nada, francesito.
-eso creí, Jaguar. -Dije con el tono detestable de los chicos de la patineta.
-¿pero cómo te...?
-¡se hace tarde! -dije con hipocresía- me voy a mi partido, si es que no te importa. -Me volteé hacia el norte y comencé mi caminata hacia la escuela.
Me sentí mal al instante. Cole era como un hermano para mí. Y haberle dicho eso...
-¡SALÚDAME A TU FAMILIA FRANCESA DE PASO! -se escuchó de una distancia no muy larga.
Mi tristeza bajó y mi ira volvió a consumirme.
Me volteé mientras seguía dando mis pasos y le puse los dedos en el aire.
-CON MUCHO GUSTO, HORNY KATE.
Y comencé a correr. Dejé a Cole en menos de dos minutos mientras corría en medio de la calle a toda velocidad. Me sentía agitado, agotado y fatal. Una vieja sensación que me ha acompañado durante toda mi vida.
Traté de dejar atrás lo ocurrido hace unos minutos y me detuve por un momento para recobrar el aliento y mi ritmo cardiaco.
No podía creer que todo eso había pasado: ofendí a mi mejor amigo de una manera horrible. Y creo que pagaría las consecuencias de manera grave.
-tranquilo, Sam. -me dije para calmarme - lo arreglarás. Siempre hayas un modo de arreglar todo.
Y volví a mi trayectoria hacia la escuela, mi garganta estaba fría y reseca de tanto respirar agitadamente y mi corazón no dejaba de palpitar de manera alocada.
Tendría que ocultar mi actitud respecto a la pelea que acaba de tener con Cole.
Me dirigí hacia el área de deportes y fui hacia la cancha de básquetbol como Heather había dicho. Abrí la puerta para entrar y noté a una gran ardilla es decir, a la mascota de la escuela : La Ardilla de los Tomahawks.
De repente, Heather entró a la cancha por la puerta de la otra esquina del área con Bailey a toda velocidad.
Heather corrió hacia media cancha y se deslizó en el suelo de madera, dejándose caer a propósito con una sonrisa loca en la cara.
-¡HAGAMOS ESTO! -gritó para después levantarse y brincar con emoción.
Yo me acerqué a ella entre risitas y ella se volteó hacia mí. Creo que no había notado que había llegado.
-¡Sam! -dijo en asombro -¿desde cuando llegaste? -ella se acomodó el cabello.
-Bueno, pues cuando llegué tú entraste y te deslizaste por el suelo con estilo.
Ella rió y se acomodó los lentes.
-Gracias. - Y luego nos abrazamos cariñosamente como saludo.
Bailey se acercó a nosotros junto con la ardilla.
-Sam, él es Eddie. -señaló ella
La ardilla y yo nos saludamos con sencillez y luego me volví hacia ellas.
-am, ¿puedo preguntar por qué salieron tan... Así?
Bailey y Heather sonrieron con maldad.
-Acabamos de arruinar el traje de Jackson. -Dijo Bailey mientras veía a Heather como si recordara el momento.
-Será épico. -dijo Heather con la sonrisa en la cara. Ella y Bailey habían planeado todo: incluso se habían vestido con espíritu: Bailey tenía una playera corta color gris con la ardilla de los Tomahawks con dos hachas pintadas en cada mejilla mientras que Heather tenía un suéter negro con el logotipo del equipo. Ella tenía un paliacate rojo en su pelo y tenía una gran línea pintada desde su mejilla derecha, cruzando su nariz hasta llegar a su otra mejilla.
Heather se veía con más espíritu que Bailey...
Si algún día llego a salir con ella, por nada en el mundo la engañaría con otra chica.
-Samuel, déjame ponerte en perfección espiritual al equipo -Dijo sabiamente Bailey mientras tomaba su mochila y sacaba un paliacate color negro, similar al de Heather. Ella me lo vendó en la frente, me sentía Chuck Norris listo para la acción. Ella rebuscó en su mochila otra cosa y sacó una crayola color negro.
-wow -me alejé un poco de ella- ¿qué me vas a hacer?
Ella me miró como si fuera un idiota.
-déjame ponerte en espíritu, Sam -murmuró ella.
En el fondo, Heather y la ardilla comenzaron a platicar animadamente y no pude evitar dejar de verlos. Bailey me tronó los dedos en la cara, haciéndome despertar y volver a la realidad.
-Sam... ¿Por qué no me ayudas a traer unas cajas que dejé en el pasillo? -dijo en voz alta. Tratando de hacer que Heather oiga. -¡de acuerdo, vamos! -dijo rápidamente para después tomarme del brazo y me jalarme a la puerta del pasillo de donde ellas salieron.
Entramos en el pasillo y nos dirigimos a un cuarto vacío de mantenimiento.
Ella cerró la puerta y prendió la luz del pequeño cuarto sofocativo. Me recordó cuando Heather y yo quedamos atrapados en el tráfico de Hollywood. Una de las peores y mejores noches de mi vida.
Bailey se volteó hacia mí
-¿quieres dejar de actuar como un tonto y dejarme ponerte guapo para Heather? -ella quitó la tapa del lápiz grueso con frustración.
-¿qué estás dicien...?
-por dios -interrumpió. Ella tenía un tono como si estuviera harta de repetir lo mismo- te gusta, le gustas, ¿por qué no me dejan ayudarlos?
-¿qué acabas de...?
-¡Mi novio me engañó y lo único que más me interesa en esta noche es unirlos! -exclamó con calma
-¿ella te dijo que le gusto? -dije sin creerlo
-¡Sí, Sam! -dijo exasperación - ¿ahora me dejas hacer magia?
-¿enserio? -estaba colorado- Pero, ¿cómo te lo dijo? -dije con una sonrisa muy grande en la cara
-¡te he dado demasiada información! Déjame hacer esto...
-de acuerdo, de acuerdo... Tú haz lo que tengas que hacer...
Mi cara estaba cansada de tanto sonreír. Pero no podía evitarlo, le gustaba a Heather. La chica con la que pasé demasiadas cosas en tan poco tiempo logró fijarse en mí.
Era una sensación encontrada. Y era maravilloso.
Bailey pintó dos rayas deportivas en ambas mejillas y luego a acomodó mi cabello. Después de haber terminado, ella dio dos pasos atrás para mirarme.
-¿cómo estoy? -pregunté con las manos en duda.
Bailey sonrió.
-Estás muy bien, cuñado. -dijo levantando los pulgares.
No pude evitar una risa de la emoción. Bailey estaba a punto de abrir la puerta pero la detuve:
-¿debería preocuparme por Eddie?
Bailey soltó una risa
- Eddie es gay, Sam -dijo mientras me hacía un lado y después salimos del cuarto para encontrarnos en el pasillo.
Tuve una sensación de alivio por Eddie. Recordé aquél día en donde caí de la patineta.
Yo sólo estaba jugando, quería probar cómo iba mi coqueteo. Y al parecer hasta ella me dijo que era lindo, o bonito... Realmente no recuerdo la palabra exacta. Pero, hasta ahora, gracias a Bailey pude saber que en verdad le gusto y, es la mejor cosa que me ha pasado desde aquella noche en el tráfico.
-Ahora sí, enserio ocupo ayuda con estas cosas. -dijo Bailey señalando unas cajas escondidas debajo de un escritorio.
Ella tomó una caja pequeña y yo tomé la caja grande y un poco pesada. Nos dirigimos a la cancha y de lejos vi a Heather riéndose con la ardilla- Eddie. Bailey y yo dejamos las cajas a la orilla de las escaleras y después nos dirigimos hacia ellos.
-¿todo listo? -preguntó ella, dando una mirada a Bailey y a mí.
-sí. -dijo Bailey con la cabeza. -deberíamos prepararnos... El partido no tarda en empezar.
-espera, ¿y dónde están las personas que...?
-Ya están afuera, Heather -dijo la ardilla
No quiero volver a pensar en esto pero su tono de voz me reveló que en verdad es gay.
-A bueno, vamos por las cosas antes de que el equipo salga. -Heather sacó a Eddie y a Bailey con las cajas en los brazos para prepararse junto con las demás personas que estaban listas.
Yo me quedé sólo junto a Heather. Ella volteó hacia mí y me sonrió.
-¿qué te hizo Bailey? -dijo con una risa al final.
-Según ella, me puso en espíritu. -dije con una sonrisa oreja a oreja.
Ella soltó una risa y después se quitó la mochila para después abrirla y sacar cuatro películas Polaroid.
-Perdón por lo de tu nariz. -dijo ella extendiendo la mano con las cuatro películas hacia mí.
-Heather, te dije que...
-No me interesa. -insistió- las tienes que aceptar porque no tengo cámara instantánea y tampoco Bailey.
-Pero...
Ella sacudió la mano que ya estaba extendida, ella insistió tanto que, tomó mi mano y me dejó las películas en ella.
-acéptalas.
-Heather...
-tú cállate y acepta las películas. -luego ella me jaló para estar más cerca y me abrazó. Yo le devolví el abrazo al instante y se sintió bien. Se sintió muy bien.
-no sé como te voy a compensar esto... -dije mientras seguíamos abrazados.
-compénsalo con el mejor momento de la vida. -susurró ella.
Luego nos separamos y ella besó mi mejilla.
-Ahora tienes cuatro películas nuevas -me animó- suertudo.
Sonreí y después abrí mi mochila para dejar las cajas pequeñas de Polaroids y saqué mi cámara con tres fotos restantes.
-primero hay terminar esta película. -Prendí la cámara y poco después la ajusté a la luz del lugar y le tomé a Heather una foto mientras ella sonreía.
-¡voy a salir mal! -decía ella
-tú nunca podrías salir mal. -la miré
Ella sonrió ligeramente por mi cumplido.
-Tú tampoco.
Y la foto comenzó a revelarse: Heather salía perfecta con su sonrisa perfecta y su cara perfecta. La foto se convirtió en una de mis favoritas al instante.
Le enseñé la foto a Heather y ella se rió de si misma.
-¿por qué mi cara...? -ella no pudo terminar la oración porque la risa le ganó.
Yo me reía de ella.
-¡sales bien! -le dije- ¡siempre sales bien!
Poco después le di mi cámara y nos tomamos otra foto. Ambos sonreímos de manera normal y luego ella tomó la Polaroid ya revelada y me la dio para después tomar la última mientras me besaba la mejilla.
O sí. Ambos estábamos locos entre nosotros.
No habíamos tenido tiempo de ver cómo había salido la foto porque luego Bailey nos avisó que el partido estaba por comenzar. Guardé mis películas nuevas y mis tres fotos con Heather en la mochila.
Ambos salimos y llegamos hacia las escaleras junto con la ola de gente que estaba preparada para lo que se venía.
-¡Heather! -le gritó Bailey desde la primera fila más cercana al mejor ángulo para lanzar. Ella me tomó de la mano y fuimos al lado de Bailey que estaba acompañada junto a sus nuevos amigos de venganza.
-¿está por iniciar? -preguntó con ansias- ¿quién es el equipo contrario?
Bailey tenía la mirada en el área de juego.
-Mc Chargers - dijo sin dejar de mirar el lugar
-¿los que tienen un rayo? -preguntó Heather mientras se acomodaba sus lentes. Me di cuenta que nuestras manos seguían juntas y, para agregar; estaban entrelazadas por razón alguna.
No pude evitar sonrojarme, pero no me preocupé tanto porque creo que Heather no lo había notado. Ella estaba ocupada hablando con Bailey sobre el partido.
-¿y entonces en cinco entran? -dijo Heather, aún con la mano entrelazada en la mía.
-Eso creo, no tardan. -dijo otra chica que estaba al lado de Bailey.
Luego Bailey abrió la caja que había cargado cuando estábamos en el pasillo y comenzó a pasar serpentinas y latas de espuma a la gente de arriba y de abajo.
-Pásala -decía ella, y se la daba a la chica que le había hablado a Heather y la pasaba, mano por mano hasta asegurarse de que todos tuvieran algo con qué vengarse.
Heather tomó dos latas de serpentina y me dio una en su mano libre.
-será genial -dijo con una sonrisa oreja a oreja. Después Bailey la interrumpió susurrándole algo en el oído. Después ella volteó la mirada hacia mí y volvió a sonreír:

You Are My Best Gift.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora