CAPITULO 54. Drama en el estacionamiento.

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                            Jimin.

La hora del almuerzo llego y digamos que necesitabamos un tiempo a solas, así que, aquí estábamos en la sala de descanso deborandonos entre besos apasionados. Estabamos sobre el sofá de piel, mientras nuestros cuerpos se frotaban entre sí, mierda qué me tenía malditamente duro.

No iba a esperar más, necesitaba follarmela justo aquí, justo ahora. Anoche tuve que irme del departamento y me quede con las malditas ganas, pero, ahora iba a quitármelas enterrandome muy dentro de ella.

—Jimin.—Dijo mi nombre entre besos —Los chicos...los chicos pueden...venir.— Negué.

—Él que se quiere venir soy yo, preciosa.— Mordí su labio inferior. La escuche reír por mi respuesta.

—Jimin, hablo enserio.— Dijo mientras yo besaba sus hermosos senos.

—No vendrán, no te preocupes por eso.— Volví a tomar su boca, no parecía convencida con lo que acababa de decirle —Vamos preciosa, dejame follarte a como te gusta.— Una sonrisa retorcida adorno mi cara.

—Qué sea rápido y no vamos a desnudarnos, no quiero demorar en vestirme si alguien viene.— Asentí.

No tuvo que decir más para que desabotonara mi pantalón, lo baje lo suficiente junto con mi bóxer, liberando así mi ya formada erección.

—Gracias por traer falda.— Le mordí el lóbulo de la oreja. Esta mañana le pedí que usará falda para venir a trabajar, y así lo hizo, una ceñida a sus perfectas caderas que no hizo más que encenderme desde que la vi entrar a la empresa.

—Ya lo tenias planeado.— Asentí con una sonrisa pícara.

Hice a un lado sus bragas y de un solo golpe mi pene se introdujo dentro de ella. La calidez de su feminidad me abrazo y comencé a moverme dentro, saque sus senos de la blusa y mi lengua lamio sus deliciosos pezones erectos.

Apreté su pomposo trasero sin dejar de taladrar su sexo, mi mano se metió entre nosotros encontrando ese pedacito de carne, frote su clitorís, mi boca seguía dándole atención a sus senos, nuestros gemidos se entrelazaban y sabía lo cerca que estábamos de llegar al clímax.

Sus piernas me rodearon obligándome a entrar más profundo, mierda qué me sentía cerca de tocar el cielo con las manos.

Arqueo la espalda y se sostuvo de mi cuello al momento que su orgasmo la sacudía de placer, sus gemidos en mi oído me excitaron aun más, acelere y gemimos alto los dos sin importarnos nada. Mi líquido caliente se esparció dentro de ella y joder que rico se sentía.

Guardo sus senos y me recosté en su pecho tratando de recuperar la normalidad en mi respiración. Volví a besar sus labios, pero esta vez con más calma y no pudimos evitar sonreír.

Lo que nos duró poco al momento que la puerta fue abierta dejándonos ver a Eunji. Puta mierda.

—Mierda...— Se me escapó esa expresión en voz alta.

Saque mi miembro de su interior  e inmediatamente lo volví a guardar dentro de mi bóxer. Olivia cerro las piernas y se sentó de golpe en el sofá, tratando de acomodarse el cabello, mientras yo terminaba de subir el cierre de mi pantalón.

Eunji fingió no haber visto nada, volteando el rostro a otro lado de la sala, dándonos tiempo de acomodarnos la ropa.

—Jimin, pensé que estabas solo.— Tenía su mano derecha tapando el costado de su cara.

—Dame unos minutos.— Le dije, Olivia se paro dispuesta a irse, pero la jale a otro extremo de la sala.

—Dijiste que nadie vendría.— Estaba molesta.

Mi Vida Entre Tus Manos. (PJM & MYG). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora