CAPITULO 45. ¡Te amo, te amo!.

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                                     Olivia.

Habíamos llegado a casa de los ídols mayores, por fortuna todos estaban en sus respectivas habitaciones y no nos vieron llegar. Ahora que tenía la cabeza fría, no parecía lo más acertado mis acciones.

Tome la perilla de la puerta de la habitación y un carraspeo me detuvo. Volteo a mirar y ahí estaba el ídol.

—Jimin.— Con una mano coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Te vi llegar con él.— Me miró fijamente, con la mirada rota —Te beso.

—No debiste espiarnos entonces.

—Te estaba esperando por qué estaba preocupado. No estabas en casa.— Se acercó más a mí.

—¿Seguro era eso lo que te preocupaba?, o más bien lo que pudiera estar haciendo con él.— Así es, no pensaba bajar la guardia. Jimin no tenía ningún derecho a reclamar cuando él se acostó con esa engreída.

—¿Lo hiciste?.— Curvó sus cejas —¿Te acostaste con él?.— Estaba mirándome atentamente esperando mi respuesta.

—No tengo por qué responder a eso.

—Si lo hiciste.— Tenso la mandíbula. —En serio que lo hiciste, mierda.

—Ese no es asunto tuyo.

—Lo es.

—No, no lo es. No te confundas, tú y yo no tenemos nada y puedo acostarme con quién me de la gana. Así como tú lo hiciste con la engreída esa…— Lo confronte —¿Hanna se llamaba?.

—No sé quién te dijo…

—Te vi con ella, y sé que lo hiciste. De ahí venías cuando armaste todo el teatrito al verme bailar con Soobin.— Estaba aguantando para no quebrarme —La besabas y tocabas a tu antojo. Me fui a tiempo para no interrumpirlos.

—¿Qué hacías en esa área?.— Frunció el entrecejo.

—Yo… yo me perdí.

—Olivia escucha…— Negué con la cabeza —Por favor.

—No hay nada que decir, ambos estamos solteros y hacemos lo que nos da la gana.

—Pensaba en ti, quería que ella, fueras tú.

—Jimin. No digas eso.— Baje la mirada.

—Tú, tú y Soobin…— Sabía que no iba a quitar el dedo del renglón.

—Sí, me acosté con él.— Lo acepte sin más.

—Dijiste que no te interesaba.— Quiso reclamar —Quiero golpear el rostro de ese niñato.

—No vas a decir nada, ni vas a hacer nada.— Lo miro con seriedad pura —Es más... tú no sabes nada.— Hizo una mueca —No me mires así, tú te acostaste con esa.

—No debiste irte con él.

—Pero lo hice, así pasaron las cosas y no puedes cambiarlo, ni yo tampoco.— Estaba por entrar a la habitación.

—Olivia espera…— Me tomo del brazo. Mis ojos se encontraron con los suyos —Por favor, te extraño.— Se acercó sutilmente hasta que sus manos estuvieron ambas en mi cintura.

—¿Qué pretendes que pase entre nosotros?.— Dije casi en un susurro.

—Quiero tenerte.— Me acercó más a su cuerpo — Quiero que esta vez las cosas sean diferentes.

—¿Cómo serían diferentes?.

—Quiero que esta vez aceptes lo que sientes por mí. Quiero que seas mi novia.— Unió nuestras frentes —Mis sentimientos por ti no han cambiado.— Mi corazón galopaba con cada palabra. Pero mi estúpido razonamiento me recordaba las razones por las que decidí terminar lo que teníamos. Temía perder todo, no podía darme ese lujo. No podía volver a México como una fracasada.

Mi Vida Entre Tus Manos. (PJM & MYG). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora