Jimin.
Era de madrugada y una vez más no podía conciliar el sueño. Esto estaba matándome. Al cerrar los ojos solo veía su hermosa cara, el recuerdo de sus caricias sobre mi piel me hacía soltar algunos suspiros. Su risa que alegra mi corazón.
Estos días solo me había dedicado a autodestruirme a mí mismo. Sí, había estado bebiendo, comía poco o a veces no probaba ni un bocado.
Al llegar de la empresa me encerré en mi habitación, y sigo torturándome, pensando que si hubiera hecho las cosas diferentes desde un principio, lo nuestro hubiera tenido futuro. Todo esto es una maldita mierda.
Esa escena de Soobin siendo tan cercano a ella. No ha hecho más que repetirse una y otra vez.
Me puse de pie y salí de la habitación con dirección a la cocina. Abrí el refrigerador y debo decir que los pequeños pastelillos qué Jin compro se veían deliciosos. Tome dos y me serví un vaso de leche. Cuando iba a dar el primer bocado me detuve. Estos eran demasiados carbohidratos, y lo último que necesitaba era subir unos kilos, no podía permitírmelo. Así que tome de nuevo los pastelillos y volví a guardarlos tal y como estaban antes de que los tomará. Me limité a beberme el vaso de leche.
Cuando volví a ponerlo sobre el tablón de la cocina. Vi entrar a Namjoon con una amplia sonrisa, ni siquiera había notado que no estaba en casa. Así que me apresure a lavar el vaso y quise salir de ahí a toda prisa. Pero el líder me tapó el paso.
-Jimin no podemos seguir así.- Se cruzó de brazos. No obtuvo respuesta de mi parte, solo desvié la mirada con una seriedad impresionante -Lo lamento, en serio, siento mucho que lo de ustedes terminará.
-Con eso no arreglas nada, y no es suficiente.- Lo miré por primera vez -Yo la quiero a ella conmigo...
-Lo sé, pero solo quería protegerte. No quería que sufrieras.
-No necesito tu protección, no soy un niño y tú no puedes tener el control de todo.- Dije con dureza en la voz. Baje la mirada, no quería demostrar ningún tipo de emoción. Pero mis emociones ya estaban a flote. Yo no estaba bien, y no era un secreto para nadie.
-Jimin.- Me llamo al ver que no respondía nada.
-Buenas noches.- Pase por su lado y salí de la cocina. Al llegar a mi habitación me dejé caer en la cama, fijando mi vista en el techo.
Tuve una idea, me senté de golpe en la cama. Tome mis cosas y fui directo al estudio. Después de acomodar todo, arreglarme un poco para no lucir fatal. Me senté frente al escritorio. Prendí la cámara comenzando así un live. Salude a ARMY, me entretuve leyendo los comentarios y respondiendo preguntas de los fanáticos.
-Hoy fue un día largo, debería estar durmiendo ahora mismo. Pero no podía hacerlo, así que pensé en venir a saludar a Army.- Exprese con un tono dulce -Leeré algunos comentarios.
Seguí leyéndolos, y respondiendo.
-«¿Cómo se cura un corazón rotó?, terminé con mi novio».- Pensé un poco antes de responder -No hay una receta o algo que haga qué se cure por arte de magia. No podemos evitar el sufrimiento. Pero estoy seguro de que habrá algo o alguien que puede ayudarte a que el peso sea menor. Trata de enfocar tu energía en algo que te guste hacer y en las personas que te quieren.
Era lo mejor que podía decir por ahora. Me encontraba en la misma situación y no tenía idea de como sobrellevarlo. Aunque ella en realidad jamás fue mi novia.
-«¿Por qué eres tan guapo?.»- Leí el comentario y no pude evitar sonreír un poco -No lose, supongo que mis padres se llevan el crédito. Ja, ja, ja gracias.
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Mi Vida Entre Tus Manos. (PJM & MYG).
RomanceEnamorar a un ídol, no es más que una estúpida ilusión adolescente, algo irreal. Deje de creer en esas cosas hace mucho. Lo único que podías conseguir de alguien como ellos era un buen polvo. Noches de pasión desenfrenadas, no sin antes firmar un re...