Capitulo 22

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Los días han pasado y por fin termine de pasar todas mis cosas a la casa de Arturo, la habitación principal ha sido remodelada a mi gusto, es color blanca, enfrente de la cama hay un sofá pequeño, decidí poner una alfombra gris para equilibrar los colores, las cobijas son blancas y las almohadas negras, cerca de esta hay dos mesitas de noche, una de cada lado.

Las lámparas son de colores blancos, al igual que el clóset que sin duda es enorme, cabe toda mi ropa y mis zapatos, enfrente del sofá que está pegado a la cama está el baño, donde hay para mi suerte una bañera, bueno un jacuzzi y es muchísimo más grande de lo que imaginada, estoy tan feliz, amo esta casa.

Entro a la habitación y observo como está quedando todo, mi ojos brillan al verla la habitación tan impecable y limpia, es como siempre la soñé.

—¿Como le parece que está quedando todo señorita Teresa? –El hombre que decora y se encarga del mantenimiento me voltea a ver con una sonrisa.

—Está muy bien me gusta todo, solo prefiero que las cortinas sean color grises, por qué no quiero que cuando me despierte la luz del sol me pegue en los ojos.

—Entiendo señorita. –El toma las cortinas y las coloca.

......

—Por fin llegaste!! –Digo mientras Arturo cierra la puerta y yo camino hasta él para abrazarlo, él me da un beso corto y yo simplemente sonrío embobada.

—Me hubiera gustado estar toda la tarde ayudándote, pero tenía que resolver ese caso, era sumamente importante.

—No importa amor, me ayudaron en casi todo a si que no te preocupes, no hice casi nada. —Ven quiero que veas cómo quedó nuestra habitación.

Caminamos hasta el cuarto, el habré la puerta y queda impresionado. —Está muy bonito mi amor!!! Quedo perfecto, mucho mejor que antes.

—Obvio, mis gustos con los de tu secretaria no son ni parecidos. -hablo haciendo una mueca. El suelta una carcajada, se acerca al clóset e inspecciona todo maravillado.

Me mira nuevamente y me sonríe —Te compré algo.
Lo volteo a ver sorprendida —Ohhh el que ?
-Hablo emocionada. El saca de su bolsillo una caja pequeña y la habré. Hay un collar muy delicado de diamantes. Mis ojos destellan al ver lo hermoso que es, me veo reflejada en sus minis cristales, aunque prometí no ser interesada, no significa que no me gusten las cosas caras y que me regales este tipo cosas, amo los lujos, pero no cambiaría a personas que quiero y que me valoran, por algo como dinero.

Todos estos meses he aprendido que el dinero no compra la felicidad pero sin dinero no puede haber felicidad, suena complicado pero es fácil de entender.
El dinero es algo sumamente importante y sobre todo necesario, te saca de problemas y te ayuda a tener una vida tranquila sin deudas, pero no puede comprar el amor o la lealtad. Amo los lujos y regalos caros es inevitable, pero no elegiría eso antes que a las personas que quiero. Ahora estoy sumamente feliz, estoy muy contenta, todavía hay cosas que tengo que sanar y perdonarme a mí misma. Pero estoy viviendo lo que siempre soñé y desee.

Tengo a un hombre encantador que me ama y que amo, la conexión que tengo con él es única, es algo que no con todo el dinero del mundo podría comprar, me trajo a vivir a una casa hermosa, una casa que siempre anhelé y aunque no todo es perfecto, el tenerlo a él es más que suficiente.

—¿Te gusta?. La voz de Arturo hace que salga de mis pensamientos y lo miro como una estúpida enamorada.

—Esta hermoso mi amor. Él lo saca de la caja y me da la vuelta para colocármelo, hace mi pelo a un lado y su tacto con mi piel hace que esta se erice.

Teresa 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora