Capitulo 53

372 19 4
                                    

Pov Teresa

Abro mis ojos y sigo acostada en el pecho de Arturo, trato de levantarme y me muevo para no despertarlo,
Lo miro y se ve súper tranquilo durmiendo, inevitablemente le doy un beso corto en sus labios, acaricio su pelo y sonrío, aunque en el fondo estoy molesta, me da gusto que ya esté aquí.

Sé que lo que está pasando es muy difícil, pero siendo sincera en el fondo de mi corazón me da un ligero gusto, no por mateo si no por lucia, no quería que fuera parte de nuestras vidas, y aunque suene egoísta eso es lo que siento, pero al mismo tiempo me duele ver que Arturo está sufriendo.

Después de despertarme, me dirijo directamente al baño para ducharme. Al salir, noto que Arturo ya no está en la cama. Supongo que se ha ido a cambiar a la habitación donde ha pasado la mayor parte de los últimos meses. Suelto un suspiro mientras comienzo a cambiarme. Opto por un vestido blanco de manga larga, lo suficientemente corto para ser coqueto pero elegante, y lo complemento con unos tacones rojos que aportan un toque de audacia a mi atuendo. Mientras me visto, mi mente divaga entre emociones encontradas. Me coloco un labial rojo fuerte y me arreglo todo el pelo.

Finalmente lista, tomo mi cartera y me dirijo hacia el cuarto de Estrella. Al entrar, la encuentro ya despierta, con una sonrisa adorable en su rostro. miro que Lore ya la cambió, busco un pequeño moño y se lo coloco en su pelo, sus dos dientes cada día están saliendo mucho más rápido lo que hace que mi corazón se contraiga un poco, está creciendo muy rápido. La cargo en mis brazos y la cubro de besos por todas partes, disfrutando de cada risita que escapa de sus labios. La miro y ella sonríe lo que hace que yo suelte una risita  —Papi, exclama con alegría, pero rápidamente la corrijo con una sonrisa. —Dime mami, amor, papi no. le respondo amorosamente, mientras ella extiende su manita hacia la puerta con un brillo travieso en sus ojos. Suelta un lloriqueo y vuelve a decir papi, Sigo su mirada y me encuentro con la figura de Arturo parado en la entrada de la habitación. —Papi si, dice Arturo acercándose y la carga.

A lo que estrella comienza a sonreír como loca, la miro y levanto mis cejas. —Intrusa, ya sé a quien amas más. Arturo comienza darle besos y la abraza como loco. Lo que me demuestra que la extraño mucho.

—Papi, casi se vuelve loco sin ver a su princesa. dice eso mientras le da besos a estrella en su frente.

—Papiii. Vuelve a decir estrella y yo simplemente los veo embobada.

Minutos después bajamos a la sala y Lore sirve el desayuno, Arturo coloca a estrella en la alfombra frente al sofá y ella comienza jugar con el oso de peluche que Arturo nos regaló, nos sentamos a comer y el ambiente entre nosotros lo siento un poco tenso, sé que tenemos que hablar pero no sé si sea yo la que tengo que dar el primer paso, comemos callados y prácticamente solo miramos a estrella, minutos después Arturo rompe el silencio entre nosotros —Te vas a ir conmigo. Dice sin más.

—Porque. le preguntó con el ceño fruncido.

—Porque si, tenemos que hablar.

—Y lo haremos en el carro? Le preguntó confundida.

Él no dice nada y simplemente se despide de estrella dándole unos besitos, se separa de ella y me mira —Te espero afuera, en el carro.  luego sale de la sala y solo lo miro, me despido de estrella y la abrazo. —Te amo mi amor, te voy a extrañar. Le doy un último beso.

—Adiós Lore, te la encargo mucho ya sabes cualquier inconveniente no dudes nada en llamarme.  Lore asiente y salgo de la sala.

Una vez dentro del auto, me ajusto el cinturón de seguridad mientras Arturo comienza a conducir. Durante todo el trayecto, el silencio es nuestra única compañía, y aunque hay muchas palabras flotando en el aire, ninguna de ellas encuentra el camino hacia nuestros labios. Al llegar al trabajo, Arturo detiene el coche y antes de salir, su mano suave y cálida se posa en mi mentón, obligándome a mirarlo a los ojos.
—Después de trabajar, te vas a ir conmigo, me dice con firmeza, su voz llena de suavidad . —Tenemos una conversación pendiente, mi amor. No quiero que hablemos de esto en el trabajo, añade.

Teresa 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora