Llegamos a la casa y Arturo carga a la bebé en sus brazos, en la puerta está Lore con un brillo de emoción. —Que bueno que ya vinieron, moría por verlos y conocer a la pequeña princesa. Habla Lore con una sonrisa en el rostro.
Al entrar a la casa, fui recibido por el grito de "Bienvenida", lo que inicialmente me asustó. Al encender la luz, me encontré con caras familiares: Alexa, Liana, Pablo, Ernesto, Miguel e Isabela. Alexa se acercó con una sonrisa y me abrazó, gesto que devolví con gusto, aunque mi mirada recorrió a cada uno de ellos con una sonrisa forzada. Sin embargo, al ver a Ernesto, sentí un coraje. Fue su culpa que Arturo y yo tuviéramos una pelea y me terminara, y apenas lo miré le hice mala cara. Él simplemente solo me miró . Desvié la mirada hacia Isabela, quien siempre parecía estar embobada viendo en Arturo, lo que me provocaba una mezcla de molestia y lastima por ella porque no me interesa si Arturo y yo terminamos jamás van andar.
Liana se acerca a mí con una sonrisa y ella sin duda me cae tan bien la abrazo y me susurra —Felicidades bonita, le agradezco y le doy una sonrisa ligera. todos quieren ver a la bebé y yo simplemente solo deseo dormir me siento sumamente cansada.
Alexa sostenía a Estrella con una expresión de absoluto encantamiento. —Se parece tanto al papá, comentó mientras acariciaba su cabello rubio. Liana asintió . —Es verdad, agregó, mientras las miraba maravillada.
La voz de Isabela se unió al coro de elogios hacia Estrella. —Tienes razón, Alexa, dijo Isabela con una sonrisa. Es igual de hermosa que el papá. Mi mirada se desvió hacia Arturo, quien parecía ajeno a todo, sonriendo como si estuviera en su propio mundo.
Sentí una punzada de celos al escuchar las palabras de Isabela, pero no quería arruinar el momento. Opté por contener mis emociones y tragué en seco mi enojo. Aunque por dentro quería gritarle a Isabela, decidí guardar silencio y disfrutar del momento con mi hija mientras todos la conocen.Unas horas después, tras la partida de nuestros amigos, me permití un suspiro de alivio y decidí darme un baño relajante. Al salir, vi a Arturo recostado en la cama con Estrella en sus brazos, y la escena me llenó de ternura. Me acerqué a ellos y juntos contemplamos lo adorable que era nuestra pequeña. —Creo que le tienes que cambiar el pañal, comentó Arturo.
Tragué saliva ante la idea, pues nunca antes lo había hecho, en el hospital, eran siempre las enfermeras quienes se encargaban de ello. La preocupación y el miedo se mezclaron en mi mente mientras buscaba la pañalera. Finalmente, saqué el pañal y miré a Arturo,
—Cámbiala tú eres el papá, él me mira confundido y sacado de onda. —Teresa yo no puedo nunca lo he echo.—Yo tampoco puedo Arturo, tienes que hacerlo tú.
—No yo no, tú eres la mamá. Suelto una risita porque sin duda esto es cómico pero al mismo tiempo me genera ansiedad, nunca he echo algo como esto.
—Arturo yo la parí y el dolor fue sumamente horrible a si que hazlo tú.
Lore entró en la habitación y tanto Arturo como yo la miramos con una sonrisa cómplice, pues ambos pensábamos lo mismo: Lore sería la encargada de cambiar el pañal de Estrella. Nos levantamos de la cama y Lore se acercó a la bebé con confianza.
—Lore, ¿podrías encargarte de cambiarle el pañal? Ya eres toda una experta en esto. Arturo y yo somos un par de torpes en estas cosas, le pedí con una sonrisa.
Lore soltó una risita y tomó el pañal de mis manos. Con habilidad, desvistió a Estrella y comenzó a cambiarle el pañal y a ponerle su pijama. Arturo y yo la observábamos embobados mientras nos explicaba cada paso con paciencia. Gracias a sus instrucciones, la tarea no me resultó tan difícil como temía. Estábamos agradecidos de tener a Lore para guiarnos en esto, sin duda me da mucho miedo lastimarla o no hacerlo bien.
Unos minutos después, me encontraba amamantando a mi bebé mientras ella succionaba con fuerza de mi pecho. Sus ojos se encontraron con los míos, y en su mirada pude ver mi reflejo. Era asombroso cómo algo tan pequeño y nuevo podía tener un impacto tan grande en mí.
Siendo honesta, nunca he sido una persona especialmente aficionada a los niños, y la maternidad nunca estuvo en lo más alto de mi lista de prioridades. Sin embargo, al ver a esta pequeña intrusa, toda mi percepción cambió. La pura belleza y la inocencia que irradiaba hacían que mi corazón se derritiera. Era una experiencia totalmente nueva y abrumadora, pero también profundamente conmovedora. A pesar de mis dudas y temores iniciales, estaba empezando a descubrir un amor incondicional y una conexión inexplicable con mi hija. Me acuesto en mi cama mientras sigo amantándola hasta que se queda dormida, Arturo entra a la habitación y se la doy.
—Descansa Teresa, yo la llevaré hasta su cuna.Lo miro y veo que todavía está esa barrera entre nosotros algo que todavía me duele, solo deseo que duerma aquí conmigo y por un momento se le olvide su enojo, él sale con estrella en sus brazos y simplemente trato de dormir pero se me hace imposible, por alguna razón me siento sensible con ganas de llorar.
Tiempo Depues
Hoy finalmente comenzaré a trabajar, lo cual me llena de alegría, aunque también me entristece un poco porque no quiero dejar sola a Estrella. Lo bueno es que solo trabajaré a medio tiempo, así podré seguir pasando tiempo con mi hija.
Mi relación con Arturo sigue igual que siempre; apenas cruzamos palabras. Sin embargo, él me dijo que siempre se quedará a vivir con nosotras porque tampoco quiere alejarse de Estrella. Esto me tranquiliza mucho, aunque Lore nos ayuda bastante, Estrella ya reconoce muy bien a su papá y se pone inquieta cuando pasa mucho tiempo sin verlo.
Cada día la pequeña intrusa, está mucho más grande y su belleza aumenta con el tiempo. He dejado de amamantarla y ahora le doy fórmula. Le doy su biberó antes de acostarla en su sillita. Cuando la cargo, me sonríe y me quedo embobada mirándola. En ese momento, Arturo baja las escaleras y nuestras miradas se encuentran. Se acerca a Estrella y le da besos tiernos, mientras yo los observo en silencio.
De repente, Arturo me mira con esos malditos ojos verdes que me vuelven loca —¿Quieres irte conmigo?
una pregunta que me resulta sorprendente. —No, me iré en mi auto. El solo asiente —Puedo cárgala, me pregunta y yo se la doy el la coloco en su silla y comienza a jugar con ella, yo los miro en silencio y es inevitable no sonreír.Aunque cada día me siento más distante de él. Incluso llegué a pensar que tal vez estaba interesado en otra mujer, pero luego me di cuenta de que solo estaba imaginando cosas, Arturo siempre quiere estar con la bebé. Lo único que nos separa es su resentimiento por lo de Fernando. Está enojado y no sé cómo acercarme a él para resolver las cosas. Pero me moriría si se enamorara de otra, primero lo mato, aunque no estemos juntos el siempre va ser mío.
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Teresa 2
RomanceEsta historia es una continuación de la telenovela Teresa producida en televisa. Comienza a partir del final oficial.