Capítulo 28

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Dos meses después

Pov Teresa

Hoy es el cumpleaños de mi mamá, pensar en ella me pone sensible, saber que no le hablo y no le puedo dar un abrazo me agobia internamente, aveces no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, suelto un suspiro de tristeza y bueno solo espero que la pase muy bien.

Lore me prepara el desayuno con su habitual amabilidad, pero a pesar de eso, siento un hambre voraz que parece no tener fin. Mis antojos no disminuyen en absoluto; al contrario, cada día parecen aumentar en intensidad y frecuencia. Además, me encuentro constantemente agotada, con una fatiga que parece no tener explicación. En las últimas dos semanas, he faltado al trabajo, aunque Arturo insista en que necesito descansar, me resulta difícil quedarme quieta. El aburrimiento me consume cuando me encuentro sola, y cada día se vuelve más difícil soportarlo.

La voz de Lore rompe el silencio y me saca de mis pensamientos. —Ya has pensado en el nombre para la nena, señorita. me pregunta con una sonrisa cálida. La miro, sumida en mis pensamientos, y me doy cuenta de que realmente no he considerado cómo llamarla. Acaricio mi vientre, buscando inspiración, pero no logro encontrar una idea clara.

—Aún no lo he pensado... ni siquiera lo he hablado con Arturo. respondo con sinceridad. La sonrisa de Lore se amplía, irradiando dulzura y comprensión, lo que me reconforta en medio de mi indecisión.

Arturo y yo hicimos una buena elección al contratarla, es muy eficiente, y aunque en los últimos dos meses no he cruzado muchas palabras con ella, siempre me pregunta cómo me siento con respecto a mi embarazo y eso sin duda se me hace muy tierno.

Pov Arturo

Hoy es un día especial, es el cumpleaños de la mamá de Teresa, es una mujer a la que aprecio profundamente. Aunque ella piensa que Teresa y yo hemos terminado nuestra relación, siempre hago un esfuerzo por mantenerme en contacto, preocupándome por su bienestar y mostrándole mi cariño. La quiero mucho y me gustaría que por fin se reconcilien, tal vez al saber que va ser abuela la ablande un poco.

Estaciono mi auto en la vecindad y bajo con un pequeño regalo y un ramo de flores en mano. Al entrar a la casa, me encuentro con un escenario animado, muchos niños corren y juegan por todas partes, llenando el ambiente de risas y alegría. Los miro y solo imagino cuando mateo y mi hija tenga la edad de estos niños, llenaran la casa de tanta felicidad. Subo las escaleras y la puerta está abierta, me paro frente a esta y observo a muchas caras conocidas, les doy una pequeña sonrisa.

Es evidente que han organizado una pequeña fiesta para celebrar el cumpleaños de mi suegra, rodeándola de todas las personas que la aprecian. Mariano y Gutberto se acercan a saludarme efusivamente, estrechando mis manos. Juana me sonríe y yo igual lo hago la saludo y le doy un pequeño abrazo.

Sin embargo, mi atención se centra en doña Refugio, la cumpleañera. Me acerco a ella con el regalo en mano, y nuestros ojos se encuentran con una complicidad. La abrazo con ternura y le deseo un feliz cumpleaños, expresándole mi gratitud por su presencia en mi vida.

Pov Teresa

Me detengo frente a la habitación que pronto será el refugio de mi hija, y me maravillo al ver cómo el color blanco de las paredes transforma el espacio, infundiéndole elegancia y delicadeza. Cada detalle que visualizo en mi mente sobre cómo quedará una vez completada me llena de emoción. Ya estoy ansiosa por comprar todo lo que aún falta para su llegada, la mejor cuna, el coche más seguro, cada artículo tiene que ser el mejor para mi bebé.

Una oleada de felicidad me embarga al pensar en esta pequeña intrusa. Me llena de alegría saber que ella no tendrá que enfrentar las mismos dificultades que yo experimenté en mi propia infancia. Me estremezco al imaginar siquiera la idea de que alguien pueda lastimarla o hacerla sentir mal, el simple echo de pensarlo me estresa. Jamás permitiré que sufra como yo lo hice, que sea humillada o menospreciada. Estoy dispuesta a convertirme en una verdadera Fiera por ella, a defenderla con uñas y dientes de cualquier amenaza que se atreva a acercarse y hacerla menos.

Me siento en el pequeño sofá de la habitación y acaricio mi vientre con ternura, sintiendo los movimientos suaves y reconfortantes de mi pequeña intrusa. A veces, me resulta surrealista estar viviendo esta etapa de mi vida, una que nunca imaginé experimentar de esta manera. Un suspiro escapa de mis labios mientras me sumerjo en el mar de pensamientos sobre cómo será mi bebé, qué rasgos heredará de su padre, qué aspectos serán más similares a los míos. Es un viaje emocional lleno de expectativas y amor puro, un sentimiento tan abrumador que nunca creí posible hasta que ella llegó a nuestras vidas.

Pov Arturo

Observo a doña Refugio con atención, consciente de que debo comunicarme con ella de manera clara y concisa. Sin embargo, la voz de Juana interrumpe mi concentración, distrayéndome por un momento. —Se ve mucho más guapo licenciado. comenta Juana con una sonrisa, y no puedo evitar devolverle el gesto agradecido. —Muchas gracias Juana,  respondo con sinceridad, apreciando sus palabras. —Yo igual la miro diferente, se ve mucho más feliz.

—Lo estoy, gracias a usted, me ayudó mucho con la adopción de mi hijo.

—Es mi trabajo, y lo hice con mucho gusto. Es lo menos que usted se merece. Su felicidad es mi mayor recompensa, y me alegra haber podido contribuir de alguna manera a su bienestar.

La conversación da un giro cuando Juana pregunta por mi vida personal. —Y cómo va todo con su novia, y Luisa su bebé ya está muy grande verdad. siento un nudo en el estómago al recordar las complicaciones en mi relación con Luisa y la tensión con Lucia. —Todo un poco complicado, respondo con sinceridad, sin entrar en detalles.

—Lucía y yo no estamos juntos y con Luisa hemos estado distanciados últimamente. —Entiendo, responde ella. La situación me pesa, pero prefiero no profundizar en el tema en este momento.

siento la necesidad de abordar un tema importante con ustedes, anuncio con determinación. La expresión confundida en el rostro de ambas mujeres no pasa desapercibida, pero invito a mis suegra a sentarse frente a mí para poder explicarles con claridad lo que tengo en mente.


Hola chicos solo quiero saber si pueden ver la foto porfa!!!

Teresa 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora