Capitulo 29

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—Se trata de mi hija, licenciado? con una mirada ligeramente confundida, lo que me impulsa a ser lo más rápido y claro posible en mis palabras. —Sí, asiento con seriedad, regresé con Teresa. Hemos estado juntos desde hace meses, pero preferí no decirles nada antes porque quería respetar su espacio y evitar agobiarlas. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho ella ha cambiado.

La reacción de doña Refugio es más serena de lo que esperaba. —Me alegra saber que mi hija está haciendo cambios positivos en su vida. comenta con un suspiro, aunque su expresión parece sugerir una mezcla de nostalgia y tristeza que no puedo ignorar. Es evidente que esta noticia despierta una serie de emociones en ella, y estoy dispuesto a escuchar cualquier preocupación o pregunta que pueda tener al respecto.

—Teresa está embarazada. Digo sin más y ellas me miran con una cara de sorpresa que no sé muy bien que me expresan, no sé si es felicidad, emoción o tristeza.— En serio? Pregunta Juana viéndome directamente a los ojos.

—Sii, es una niña. Mi suegra me mira muy sorprendida y comienza a llorar, Juana la calma.

Pov Teresa

Mi celular comienza a vibrar miro los mensajes de un número desconocido y entro a verlos.

—Hola Teresa, sé que el último mensaje que esperas es el mío y créeme que no quiero molestarte pero necesito decirte algo muy importante.

—Soy Fernando.

Me quedo sumamente sorprendida al ver el mensaje mi mente empieza a divagar varias cosas, decido no responder, pero miles de cosas se me vienen a la mente.

Borro el mensaje y decido irme a mi habitación , comienzo a ponerme mi pijama y me coloco una bata, me quedo acostada un rato tratando de dormir pero simplemente no puedo, suelto un suspiro, cierro mis ojos y no sé cuánto tiempo pasa exactamente pero me quedo dormida un rato después me levanto y miro que Arturo todavía no ha venido, bajo hasta la sala y miro la luz prendida de su despacho, de seguro ya llegó y está ahí.

Entro y lo miro viendo unos documentos levanta su cabeza y nuestras miradas se cruzan, él se levanta y viene hasta mi. —Como estás mi amor?

—Bien, hoy no he tenido tanta hambre. El solo me sonríe y me da un beso en la mejilla. Por alguna razón se me viene en la mente el mensaje que me dejó Fernando pero no quiero pelear con Arturo, siento que él va desconfiar de mí, a si que opto por no decirle nada. —Que pasa mi vida en que tanto piensa. La voz de Arturo me hace verlo a los ojos. —Nada mi amor.
—Y como está mi princesa, pregunta el emocionado tocando mi vientre. Se baja y queda hincado frente a mi, le da pequeños besos y comienza hablar con mi panza. —Como está la nena de papi, ya falta poco para conocerte mi niña, muero por cargarte en mis brazos.
Sonrío por todo lo que dice y luego se levanta

—Hoy miré a tu mamá. Cuando Arturo menciona que ha visto a mi madre, siento un torbellino de emociones que me sorprenden. Las preguntas inundan mi mente y apenas puedo contenerlas. —¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Viste a mi madrina? ¿Te dijeron algo sobre mí?, lanzo las preguntas una tras otra, consciente de que he soltado un torrente de interrogantes de manera impulsiva. Pero la verdad es que no puedo evitarlo, el deseo de saber cómo están, de asegurarme de su bienestar y expresarles cuánto las amo y las extraño es abrumador.

Arturo me mira con dulzura y me acaricia la mejilla, transmitiéndome una sensación de calma.
—Tranquila, mi amor, me dice con ternura, ellas están muy bien. Se ven saludables y felices. Sus palabras son un bálsamo para mi ansiedad, pero aún así, necesito más detalles. —Les hablé de nosotros y de nuestra hija, continúa, y mi corazón se acelera de emoción ante la idea de que hayan hablado de nosotras.

Teresa 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora