Jordan
—¿Qué mierda está ocurriendo aquí?—¿Está muerta? Por amor de dios esta chica no respira.
—¿Deberíamos llamar a la policía?
Unas voces se escuchan a lo lejos, como en un sueño (o una pesadilla).
Golpes sordos en la puerta me hacen despertar. Intento levantar los brazos para apoyarme en el colchón hasta que me doy cuenta de que hay dos chicas descansando sobre mis hombros.
Miro los rostros de las desconocidas que me han dado diversión toda la noche. Son increíblemente sexis y hermosas y están completamente desnudas. ¡Uff! Ahora mismo estoy listo para otra ronda.
Pero los insistentes llamados me obligan a abandonar la comodidad de mi cama.
Voy hasta la puerta solo para encontrar a Sandro con el rostro descompuesto y los ojos salidos de las órbitas.
—Jordan, ha pasado algo —comienza Sandro quien parece que sufrirá un infarto en cualquier momento —. La chica con la que me fui anoche…ella…ella…creo que está muerta.
Mis ojos se abren como platos y mi mandíbula de desencaja.
—¿Qué mierda dices? —mi nuca se crispa de terror y mis piernas están temblorosas. Agarro el cuello de su camisa manchada de sangre y lo levanto del suelo —. ¿Qué mierda le diste?
—Solo era un poco de LSD.
—Y entonces cómo mierda va a estar muerta. Llama una ambulancia ahora mismo. Y llévenme con ella.
—Dan está con ella, dándole RCP.
—Pero, los paparazzi…
— ¡No importa! —le grito —. Llama ahora mismo.
Me obedece y lo sigo hasta la habitación donde ocurrió todo. Observo a Dan sobre ella tratando de revivirla.
Me acerco rápidamente, muevo a Dan y tomo los signos vitales. El latido de su corazón está casi imperceptible pero aún está ahí.
Vuelvo a dar RCP. Así dos minutos o más continuo mi labor. Vuelvo a comprobar su pulso y este ha aumentado un poco.
—¿Qué cojones pasa con esa ambulancia? ¿Llega o no? —grita Dan a mi lado.Al momento se escuchan unas sirenas, los paramédicos entran rápidamente en escena.
Me hacen a un lado y comienzan a reanimar a la chica. Doy la espalda y ahí están Sandro y Dan temblorosos mordiendo sus uñas.
Pongo mi mano en el hombro del primero y lo aprieto con disimulo, pero presionando firmemente.
—Al menos ten la decencia de vestirla — dice Dan observando con molestia a Sandro.
—Yo… lo siento, bro. Esto va a darte problemas… — me dice el aludido.
Y de seguro que así fue. Al menos una docena de periodistas estaban en menos de diez minutos fuera de mi casa y unos cientos en menos de una hora. Un completo show para esas hienas. Y yo se los he dado.
Cuando te pregunten cómo uno pasa de tenerlo todo a empezar de cero diles que esto involucra unas pocas pastillas de LSD. De seguro que es la mejor definición.
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La lluvia se ha detenido
RomanceLa pasiva y organizada vida de Lydia Frey se ve sacudida cuando le proponen trabajar siendo la representante de Jordan Greg, actor y modelo. Quien pasó de estar en la cima de su carrera, al fondo de esta, provocado por varios escándalos y situacion...