La lluvia se ha detenido

Cap 14: Young House

Lydia

El calor era insoportable, decidimos hacer la fan meeting cerca de la playa. Para mi sorpresa, fue un éxito total.

Vinieron personas de todos los lugares, simplemente a ver a J hablar y escucharlo contar anécdotas. Sin hablar de la cantidad de reporteros que asistieron.

Era increíble cómo su carisma lograba lo que yo creía imposible. A pesar de todo, ellos lo amaban.

No pude evitar sonreír cuando una chica le preguntó si era gay, y finalmente había decidido dejarlo salir. Su expresión fue muy divertida, pero con cordialidad lo negó.

—Solo lo hice para demostrarles mi postura, y que sepan que, aunque no pertenezca a ellos, los apoyo de forma incondicional.

Sonreí satisfecha, no podía haber dado una respuesta mejor.

Cuando terminó, las personas se acercaron a pedir autógrafos y fotos con él.

—Tú eres su mánager, ¿verdad? —un chico vestido de traje se acercó —. Me llamo James Ríos. Soy periodista y represento a "Young House". Seguro que has escuchado hablar de nosotros.

—Sí, claro que los conozco. Un placer — dije extendiendo mi mano para estrechar la que me había extendido él —. Soy Lydia Frey.

Young House es una revista reciente que se había insertado en el mundo del marketing.

Aunque no era muy conocida, ya había usado varias imágenes de famosos para promocionarla. Y sus referencias eran excelentes. Sin duda, era prometedora.

—Nos encantaría que Golden J hiciera una sesión de fotos para nosotros. Puede ser en este mismo lugar. Claro, antes de que comiencen las grabaciones de su próxima película. No queremos importunar su regreso al mundo del cine.

Me mordí el labio inferior. En realidad, no me gustaba aceptar cualquier propuesta que me hicieran, pero sentía que esta sí sería una buena decisión. ¿Quién sabe? A lo mejor un día sería tan grande como People o Vogue.

Y aunque me costara aceptarlo, necesitábamos toda la audiencia posible, y los contactos que estos nos proporcionaran en el camino.

—Debo hablarlo con el resto de nuestro equipo, y con Jordan, por supuesto.

—Sin dudas. —Me extendió una tarjeta de presentación —. No dude en llamarme, estaremos esperando su respuesta.

Asentí y él se despidió con educación, antes de desaparecer entre la multitud. Jordan apareció unos minutos después, con sus guardaespaldas custodiándolos y separando la aglomeración de personas alrededor.

—Deberíamos irnos —sugerí.

—¿Quién era el tipo del esmoquin? — inquirió J.

—Pronto lo sabrás.