La lluvia se ha detenido

Capítulo 78: Final

Lydia

La fiesta no pudo quedar mejor. Meses de preparación debían servir para algo. Cada detalle había sido revisado por mí incontables veces. Al final todo salió bien.
Lo único que faltaba era alguien. El recuerdo me hizo encoger un poco mi corazón. Necesitaba tenerlo junto a mí, besarlo, celebrar mis logros y los suyos. Pero también sabía que nuestras vidas eran así, no estábamos destinados a estar juntos todo el tiempo. Él tenía su carrera y yo la mía. Era como debía ser.
A unos minutos de la media noche, todos nos preparábamos para felicitarnos y tenía listo mi celular para llamar a Jordan. Marqué varias veces, pero no respondió. Suponía que estaba liado en su propia fiesta. No puedo decir que no me molestara, pero no podía hacer nada.
A la medianoche sonaron las alarmas y comenzó una lluvia de confetis dorados sobre nuestras cabezas. Grace corrió a abrazarme junto a Dan, los demás amigos cercanos repitieron la misma acción. Estaba tan ocupada recibiendo abrazos que no me percaté del sonido de mi teléfono. Inmediatamente lo tomé y me percaté de que era una notificación de Instagram, específicamente de la cuenta de Jordan.
Estaba realizando un directo. Toqué para unirme a este y llamé a todos para que se unieran también.
Ahí fue cuando lo pude ver: Jordan estaba de pie en la calle llena de luces (alguien sostenía el teléfono por él).
—Lo siento por no haber podido estar en el día más importante de tu vida. Pero te prometo que siempre estaré para ti de ahora en adelante.
Sonreí satisfecha, me habría encantado tenerlo cerca.
De pronto, en medio del directo señaló hacia arriba y la cámara lo siguió. Se podía divisar un edificio lleno de luces y en el último piso, una lluvia de confeti dorado dentro de la habitación.
En ese momento me di cuenta (y todos los que estaban en el directo también porque comenzaron a chillar) que era nuestro edificio. Jordan estaba justo enfrente, en la calle, en ese instante.
En su mano derecha sostenía una caja de terciopelo rosa pálido, que acercó a la cámara, dentro un anillo hermoso brillaba bajo los focos.
Salí corriendo inmediatamente, no podía esperar más y la presión en mi pecho se hizo más intensa aún. Tomé el elevador y pulsé el primer piso. Para mi sorpresa había arrastrado a media fiesta conmigo.
Supongo que todos aman un poco de romance ¿no?
Llegué hasta la calle donde estaba Jordan. En persona se veía mucho mejor, lucía un traje negro y vino. Su cabello oscuro un poco más largo.  Estaba más hermoso que nunca y la sonrisa en su rostro estuvo cerca de hacerme desmayar.
Corrí hacia él y me lancé a sus brazos. Sonrió y me abrazó, levantándome del suelo.
—Te extrañé demasiado —dije entre sollozos.
—No más que yo —correspondió, y nos besamos. Los presentes comenzaron a aplaudir y a gritar por nosotros.
Nos envolvimos en un beso profundo, lleno de necesidad. De pronto él se apartó de mí y miró a su lado. Sandro estaba de pie aun grabando toda la escena, me avergoncé por un instante, hasta que Jordan sacó el anillo nuevamente y se colocó de rodillas.
—Cariño, en este momento hay más de cinco mil personas en el directo esperando tu respuesta —me dijo en tono de burla.
Me mordí el labio inferior. Y él volvió a hablar.
—¿Qué dices? ¿Me dejas quedarme a tu lado para siempre?
—Claro que sí.
Sin más me lancé a besarlo otra vez. No podía imaginar ser más feliz que en ese momento.