Jordan
Como era de esperarse, se planeó una gran fiesta para celebrar el fin de las grabaciones. Nos dirigimos hasta el lugar donde se llevaría a cabo esta. La decoración era hermosa, pero más lo era la chica que ultimaba detalles de pie. Toda la fiesta había sido detallada por una profesional, pero claro, ella debía poner de su parte.
Llevaba un elegante vestido de color miel, era largo, sensual y se ajustaba a sus curvas. En ese momento sentí envidia de este. Su cabello lucía brillante bajo las luces del salón. Me alegraba verla con zapatos altos, señal de que su rodilla estaba mucho mejor.
Me ajusté la corbata y me dirigí hasta ella. Tenía una necesidad imperiosa de tocarla, si no fuera porque se me adelantaron. Un imbécil de traje la tomó por detrás. Ella se tensó por un minuto, giró su torso y con una amplia sonrisa saludó al hombre. No pude ver quién era, pero me amargó la noche.
—Jordan, cariño, al fin te encuentro — Grace se acercó a mí —. Vamos a arreglar ese cabello y poner un poco de maquillaje.
Mi mirada se mantenía fija en un lugar. Ella siguió la línea de esta hasta que llegó al objetivo.
—Es Chris. Es el dueño del show. Era compañero en la universidad de su padre, le interesa una entrevista contigo —con su mano bajó mi cabeza poniendo un poco de polvos en mi nariz —. Es solo trabajo.
Esto último me hizo percatarme de que estaba intentando darme explicaciones. Tal vez Lydia le había contado lo que ocurría entre nosotros. Me hizo sentir un poco de esperanza.Cientos de reporteros se agruparon alrededor para captar quienes serían los afortunados invitados. Para las doce de la noche casi había una multitud fuera. Por supuesto, si invitas a cincuenta celebridades del mundo, es normal.
La fiesta no estaba horrible, pero me sentía tan amargado que nada se veía bien del todo. Odiaba todo a mi alrededor cuando estaba mal por ella.
Silencioso, me hallaba en la barra, planeaba tomar hasta perder la noción del tiempo. Desde mi lugar podía ver a Lydia conversando con ese pesado presentador, Chris creo que se llama. La miraba como si fuese un trozo de carne fresca, y él un lobo hambriento. Pero para mi alivio ella no estaba disfrutando la conversación en lo absoluto. De hecho, se veía bastante incómoda.
—Hey, Dan —dije mientras recorría el borde de la copa con mis dedos —. ¿p
Puedes hacer algo por mí? —él asintió pesadamente —. Llévate a Lydia de ahí. Inventa algo.
—¿Por?
—No se siente bien, está incómoda.
Dan levantó las manos y se puso de pie para hacer lo que le había pedido. Se colocó detrás de ella y le dijo algo al oído. Ella asintió, pidió permiso a la persona con la que charlaba y se fueron juntos hasta la terraza.
Al cabo de uno minutos él regresó, pero en lugar de sentarse a mi lado se puso frente a mí con los brazos en jarras.
—¿Quieres explicarme eso? —dijo señalando hacia Lydia —. Apenas salimos suspiró como si hubiese estado conteniendo el aliento. Hasta las gracias me dio. Estaba realmente incómoda.
Sonreí bajando la cabeza.
—¿Ves? Te lo dije. Tiende a hacer este gesto cuando no se siente bien, pellizcándose el brazo por detrás.
De repente me miró como si hubiese visto un fantasma.
—¿Y tú cómo mierda te diste cuenta de eso? —se sentó otra vez, lanzó una rápida mirada alrededor, y agregó en voz baja: —¿Qué está pasando entre ustedes?
—¿Tienes tiempo? —suspiré —. Es complicado.Nuestros invitados especiales al fin se habían dignado a aparecer. Denise, quien protagonizaba la película junto a mí, Fred y algunos actores secundarios del rodaje. Me alegré ya que la realidad era que Denise y yo habíamos desarrollado una amistad muy sana. Era una chica increíble, atenta y muy observadora. De hecho, fue la primera persona que se atrevió a preguntarme si me gustaba mi mánager. <<Es obvio>> había dicho.
Días atrás habíamos decidido dejarnos ver en algunas situaciones que ayudaran a especular si teníamos un romance en la vida real al igual que en la película. Los fans aman ver el amor de la pantalla reflejado en la realidad. Aunque nada iba más allá de ella con su mano entrelazada en mi brazo y algún que otro toque furtivo, pero lo suficientemente lento para ser captado por las cámaras. No teníamos ningún interés amoroso, de ninguna de las dos partes. Estaba consciente de ello, pero al parecer para alguien no era así. Por un momento dirigí mi mirada hacia uno de los extremos de la concurrida habitación y pude ver a Lydia en ella, con una copa en su mano derecha y otra sobre su cintura. Su mirada era una mezcla de rabia e incomodidad.
Pues ahí tienes, esto es lo que pasa cuando te da por ignorarme durante toda la noche.
ESTÁS LEYENDO
La lluvia se ha detenido
RomanceLa pasiva y organizada vida de Lydia Frey se ve sacudida cuando le proponen trabajar siendo la representante de Jordan Greg, actor y modelo. Quien pasó de estar en la cima de su carrera, al fondo de esta, provocado por varios escándalos y situacion...