Lydia
Entré en la ducha exhausta, había sido un día largo y lo único que deseaba era darme un baño y dormir.
Cuando terminé mi rutina de aseo, incluyendo secar mi cabello, usar mis cremas faciales y corporales me dirigí hacia la habitación.
Bruno aún no estaba allí. Suponía que aparcaba el coche. De pronto sentí su voz que me llamó desde la sala de estar.
-Cariño, ven aquí. Debes ver esto.
Pesadamente bajé las escaleras con mi albornoz y bostezando. Llegué al lugar y pude verlo sentado en el sofá frente a la tv. Me senté a su lado, pasó su mano por encima de mis hombros atrayéndome hacia él y me besó en la sien.
En la pantalla estaban a punto de emitir una película, iba aún por los créditos iniciales y ahí fue cuando lo vi: Golden J.
-¿Es una película de Jordan? -lo miré asombrada -. ¿Por qué quieres que la vea?
-Es el fruto de tu trabajo. Ayudaste a limpiar su reputación, influiste en su cambio de actitud, y, además, gracias a tus contactos obtuvo este papel. Fuiste el proceso, lo más lógico es que disfrutes el resultado, aunque sea de lejos.
-Vaya, ahora entiendo porqué se enamoró de mi -comenté, pero al segundo me sentí mal -. Lo siento, no quise decir eso.
-Está bien, ahora te tengo conmigo.
La película tenía una duración de una hora y cuarenta y tres minutos. Cabe decir que me hizo llorar en más de una ocasión. Era una historia triste de un amor imposible, de dos personas en épocas diferentes. Muy hermosa la verdad, y la actuación de Jordan me dejó sin palabras. Era un actor increíble, además de ser atractivo a morir, su talento era innegable. Entendía el por qué de su popularidad.
Ya casi al finalizar esta, la chica regresó a su época a través de un portal. Él la siguió hasta allí, renunciando a su estatus como rey y a su inmortalidad solo para estar con ella.
La chica cruzó el portal con lágrimas en sus ojos. Segundos después él apareció.
-¿Qué haces aquí? Esta es la última vez que podíamos cruzar el portal. No podrás regresar a tu reino. No puedes renunciar a tu vida solo por mí -le dijo la actriz mientras se acercaba a él y acariciaba su rostro.
-No hay nada sin ti -dijo él -. ¿De qué me vale un reino si la única persona que quiero proteger y guiar eres tú? O ser inmortal si tu ausencia me va a matar, mi vida ahora eres tú... Casi te pierdo una vez y no quiero volver a sentirme así. Me di cuenta de que te amo más de lo que creía.
En ese momento J besó a la actriz y levantó sus manos para tocar su rostro. La cámara enfocó para que se vieran mejor. En su muñeca derecha tenía colgado una cadena de plata con una inscripción que decía: 12-08-20.
De repente me separé de Bruno. Un dolor de cabeza muy fuerte me hizo caer del sofá y luego me tumbó de rodillas. Como una luz que prenden de pronto mientras estás en la oscuridad, me ardían los ojos. El dolor fue empeorando cada segundo que transcurría.
Y ahí pude verlo todo. Como una secuencia de imágenes en una pantalla gigante. Todos los recuerdos con Jordan. La cadena de plata que me había regalado con la fecha del día que le confesé que me gustaba. La frase que me había dicho mientras lo ayudaba a aprenderse el guion para la película, el beso y todo lo que siguió después de eso. El día en la playa, en el bosque cuando me cargó en brazos porque mi rodilla se había lastimado, cuando lo dejé plantado fuera de la pista de aterrizaje, todo vino a mi mente a la vez.
Mi respiración era entrecortada y mi cabello estaba hecho un desastre por restregarlo con mis manos.
-Amor -por un segundo olvidé que no estaba sola -. ¿Qué ocurrió?
-Nada, no pasa nada -dije mientras intentaba ponerme de pie con mi puño cerrado aún sobre mi sien.
-Claro que pasa, vamos de inmediato al hospital.
Asentí.
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La lluvia se ha detenido
RomanceLa pasiva y organizada vida de Lydia Frey se ve sacudida cuando le proponen trabajar siendo la representante de Jordan Greg, actor y modelo. Quien pasó de estar en la cima de su carrera, al fondo de esta, provocado por varios escándalos y situacion...