Cap 76: Lo mucho que te amo

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Lydia

-Quiero agradecerles a todas las personas que estuvieron durante el proceso y que me motivaron a seguir. Sé que muchos por ahí apostaban a mi fracaso y siento decepcionarlos, pero... -dijo levantando su premio -. Comencé esta aventura creyendo que lo único que quería en mi vida era que todos me amaran otra vez. Pero terminé pidiendo a Dios por tener de vuelta el amor de solo una persona. Al final aquí estoy, rodeado de amor, menos el que tanto pedí. Supongo que no todos tenemos finales felices. Disfruten del resto del evento. Gracias.
Mi corazón se desbocó. Puse mi mano sobre mis labios y me quedé de pie intentando decidir lo que iba a hacer. Temía acercarme y que me rechazara por todo lo que le hice sufrir. Pero más temía que no supiera.
Suspiré, llenándome de valor. Fui hasta los vestuarios, logré entrar luciendo mi identificación de mánager. Me encontré con un chico de traje que hablaba sin parar con alguien a través de sus auriculares. Lo toqué suavemente por el hombro, se volteó hacia mí y le pregunté si había visto a J. Señaló hacia la parte trasera que daba a un callejón.
Él estaba allí, con un cigarrillo y la mirada fija en el cielo. Pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer. Definitivamente estaba mucho más delgado que la última vez que lo había visto en el hospital. Tuve una sensación de hormigueo en mi estómago y mis piernas estaban temblorosas.
-J -lo llamé con voz tímida desde la puerta. Se volteó dando un brinco y el cigarrillo cayó de sus manos. Ladeó la cabeza.
-Lydia -dijo caminando lentamente hacia mí -. Me asustaste. ¿Qué haces aquí?
-Yo... quería hablar.
-Claro -se acercó más a mí, sin embargo, se detuvo antes de seguir -. Pero por favor, si es para contarme que te vas a casar, no. Ya lo sé y no creo que pueda soportar escucharlo otra vez.
-No, no es eso -suspiré largo -. Solo quería que supieras que... lo recordé todo. Sobre tú, yo y lo que ocurrió estos últimos años.
La lluvia comenzaba a caer con más intensidad.
Se quedó inmóvil, mirándome fijamente. Por unos minutos permaneció en esa posición y yo no sabía qué más decir o hacer.
Me llené de valor y hablé rompiendo el silencio.
-No quiero que olvides todo y me perdones, ni que vengas a mis brazos como si nada hubiera pasado. Solo necesitaba que lo supieras. Porque no podría vivir sabiendo que no tuve el valor de decírtelo -le di la espalda y comencé a caminar para salir de allí -. Deberías entrar -le aconsejé.
-No sé qué decir. ¿Cómo se siente?
-Raro, supongo -di la vuelta y bajé los escalones, uniéndome a él bajo la lluvia -. No entiendo cómo pude olvidar lo mucho que te amo.
Sin dejar más espacio entre nosotros se inclinó para besarme. Me levantó del suelo, cargándome en brazos. Las gotas de agua nos golpeaban el rostro. Me bajó a su altura y me volvió a besar, esta vez más urgente y profundo.
-Deberíamos irnos a otro lugar - sugirió -. Antes de que despierte de este sueño.
-Sí.

La lluvia se ha detenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora