Capítulo 74: Sentir algo así

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Jordan

Esperaba que el viaje de dos horas hasta la maldita tienda tuviera buenos resultados. Cuando llegamos al lugar, mi chofer me indicó que debía bajarme. Esperé a que ambos de mis escoltas lo hicieran primero para asegurarme de que nadie se interpondría en mi camino. No deseaba que un paparazzi tomara fotos entrando a una tienda de vestidos de novia.
Pero lo menos que imaginaba era encontrar a una persona conocida saliendo: Grace.
Ella me miró extrañada y sonrió.
-J ¿Qué haces aquí? -dijo, luego de darme un beso en la mejilla.
-Vine de compras -al ver su ceño fruncido, aclaré de inmediato -. No es para mí. Mi cuñada se va a casar nuevamente. Quería que supiera que la apoyo, por eso decidí regalarle el vestido de novia y me recomendaron esta tienda. Así la puedo traer cuando vaya a comprarlo.
-Lo mejor será que nos vayamos de aquí -y comenzó a tirar de mi brazo - hay muchas tiendas más de estas en la ciudad. Podríamos ir a...
De pronto, a través de los enormes cristales de la tienda pude ver una figura que modelaba un traje de novia. Mi corazón amenazaba con salirse del pecho. Era Lydia. Había aclarado el color de su cabello, ahora era miel, más largo y liso. No podía creer lo bella que se veía. Pero algo martilló mi corazón al percatarme y me hirió en lo más profundo: el traje que usaba.
Dirigí una mirada vidriosa hacia Grace, que también lucía triste y me observaba apenada.
-Es...Lydia...se... ¿Se casa? -titubeé, con un nudo que se había formado en mi garganta.
-Será mejor que nos vayamos de aquí -aconsejó -. A mi casa.
Asentí, no es que pudiese hacer nada al respecto. ¡Qué jodido todo!
Una vez en casa de Grace, me dejé caer en una de las sillas del comedor. Había insistido en hacer un almuerzo. No quería discutir, pero era evidente que nada pasaría por mi garganta ahora mismo.
-Estás embarazada -señalé -. No deberías estar cocinando ni haciendo nada en general. ¿El tacaño de Dan no te paga una empleada doméstica? Debería subirle el sueldo.
Ella comenzó a reír y yo también lo hice un poco.
-No es mucho esfuerzo cocinar. Además, me gusta hacer las cosas por mí misma. Ya tendré tiempo de necesitar una empleada cuando nazca el bebé - pude ver que su mirada se iluminó -. Hacía tiempo que no nos veíamos. ¿Qué tal tu vida?
-Todo bien, en mi carrera supongo. Este mes es el estreno de Royal. Espero que todos vayan a verla.
-Lo sé. Dan no deja de hablar de eso. Está más orgulloso de ti que tu propia madre, creo.
-Sí, debería. Bueno, todos deberían - desvié la mirada hacia el paisaje que se veía desde la ventana -. Grace, ¿Lo que vi fue real?
Se giró apoyándose en la meseta, secando sus manos con un paño. Me miraba como buscando las palabras correctas.
-Lamentablemente sí. Tuve que mentirle y decir que iba a una cita médica porque claramente no puedo quedarme allí, callada, sabiendo que esto puede ser un error.
-Ya veo.
-J -dijo acercándose a mí y colocando su mano sobre la mía -. Los dos debemos aceptar que esta fue su decisión. ¿Recuerdas la conversación que tuvimos luego de que salimos del hospital? Me dijiste que creías que era la decisión correcta.
-Lo sé, pero yo... -no podía seguir deteniendo las lágrimas que comenzaban a agolparse en mis ojos - Yo sigo enamorado. Creo que más que nunca. No hay un solo minuto del día que no piense en ella. No olvido todo porque simplemente no puedo. ¿Qué voy a hacer?
No hubo respuesta, solo se acercó a mí y me ofreció su hombro para que pudiera llorar en él.
-Nunca imaginé sentir algo así por nadie -dije derrotado, aferrándome a ella.

La lluvia se ha detenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora