Cassandra cumplía con las promesas que había echo, logrando que por primera vez aquella casa se convirtiera en un hogar.En este día el joven había decidido averiguar lo que había pasado con su hermano gemelo, aquel diario y el comportamiento de su madre solo lo llenaron de preguntas, era consciente que el único quién podría ayudarlo era su padre.
— Fue mi culpa, no podía deshacerme completamente de ese diario. —Susurró el señor Sergio al admirar el ventanal.— Tu madre y yo nos casamos muy jóvenes, estábamos tan enamorados que no soportamos vernos tan poco tiempo y cometimos una locura de enamorados. Al pasar dos años estuvimos esperando gemelos, tuve tanto miedo pero logramos superarlo juntos y nuestros hijos nacieron, los tuve en mis brazos...hasta que se los llevaron a la incubadora, la enfermera entró a la habitación con aquella mirada que te hacía ser consciente que algo malo pasaba; una mujer se había llevado a uno de mis hijos todo ese día estuvo lleno de angustia y desesperación, necesitaba encontrarlo, hice todo lo posible pero era como si la tierra se lo hubiera tragado y nunca lo volví a ver.
— Es por eso que mamá no se encuentra bien emocionalmente ¿Verdad?
— Ella lo llevó en su vientre, el dolor que yo sentí es mínimo a comparación del dolor que ella sentía... Pensé que podíamos superarlo, la llené de esperanzas y solo conseguí que tuviera un quiebre emocional, hubieron días que desaparecía y en las noches solo lloraba, pasamos años buscando a tu hermano, yo ofrecí tanto dinero y nunca lo devolvieron. —Ante aquella confesión aquel hombre que se mostraba tan serio cayó entre lágrimas.— Discúlpame hijo, no pude protegerte.
— ¿Por qué te disculpas conmigo? Yo-
— Te dejé solo muchas veces, estuviste solo desde pequeño y tu madre sin querer te lastimó; sé que es una excusa, pero ella sufrió demasiado y ahora está arrepentida, está demostrando que te ama así que cuando recuperes tu memoria dale una oportunidad de enmendar sus errores.
Al pasar unos días la casa de la familia Miranda recibió la visita del señor Armando quién venía en compañía de su esposa e hija. César e Ivette se conocen desde niños, debido a la amistad de sus padres se vieron obligados muchas veces a convivir y con el pasar del tiempo los padres decidieron emparejarlos, Ivette nunca descartó aquella idea solo para complacer a sus padres.
Durante el almuerzo para el chico le era imposible no desviar la mirada sobre Ivette, una mujer quién mantenía una sonrisa cálida cada vez que los mayores hablaban y cuando cruzaron miradas ella tenía esa vibra demandante, segura y sexy. Los padres los dejaron solos, dentro de la casa los jóvenes se encontraban sobre el sofá y entonces Ivette cambio de actitud, dejando a un lado la sonrisa amable prefirió fingir que nadie estaba junto a ella y comenzó a navegar en internet para pasar el rato.
— Así que somos novios... Quiero que me disculpes por mí falta de memoria, todavía ni me acostumbro a mi propia familia, me llevará tiempo poder recordarte.
— Ya no están nuestros padres, deja de fingir. —Ivette alzó ambas cejas al cruzar las piernas.— ¿Qué fue lo que hiciste como para fingir amnesia? Estas cruzando la línea.
— De verdad no me acuerdo de nada, ¿Por qué mentiría con algo tan serio?
— Porque siempre lo haces.
— Lo digo en serio, yo no-
— Está bien, lo que digas. —Al soltar un suspiro la mujer se puso de pie.— Quiero dejar en claro que nosotros no somos "pareja" porque exista algún sentimiento de por medio, nunca me gustaste ni tampoco yo a ti... Nosotros dejamos en claro que solo seríamos una pareja por conveniencia, ya sabes, somos la pareja perfecta ante nuestros padres, solo eso.
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••• Golden Boy •••
Teen FictionAl haber sido separados al nacer, dos hermanos gemelos se vuelven a reencontrar años después. Infancia, adolescencia y principio de juventud completamente diferentes, la hermandad es algo primordial y no existe un mejor amigo más que un hermano; sin...