Capítulo 41

1 1 0
                                    


César sonrió al ver como Lucas volvía, con mucho entusiasmo fue hacía su hermano y lo tomó del hombro. En segundos pudo deducir que algo había pasado, porque él había vuelto y Sara ya no lo hizo.

— ¿Todo bien?

— No, no me siento bien.

— ¿Qué pasó con Sara? ¿Pelearon? —Preguntó al observar como su hermano deshacía el agarre y salía de la galería.—

Pasaron dos días en que Lucas y Sara habían terminado, esta vez era diferente. No fue causado por algún tercero directamente, fue ella quién decidió alejarse del hombre a quién amaba pero él no sentía lo mismo y no iba a rogar por un sentimiento.

— Espera, quiero hablar contigo. —Susurró Lucas al colocarse delante de Sara, ella pidió a sus amigas que la dejarán sola.— Quiero disculparme contigo.

— ¿Por qué? ¿Por no sentir lo mismo que yo?

— Quiero pedirte disculpas por haber jugado con tu corazón sin darme cuenta... De verdad te estimo, me caes bien y te quiero, eres una mujer hermosa, graciosa e inteligente; quiero disculparme por haber sido un cobarde, por ser un imbécil.

— ¿Y? ¿Solo eso...?

— No mereces a alguien que no sabe amarte y no voy a hacerte perder el tiempo,  tan solo quería que supieras de lo grandiosa que eres y agradecerte por todo este tiempo que pasamos juntos.

— No seremos amigos, odio esa idea estúpida de mantener contacto. —Aclaró Sara al mantener la mirada fija.— Adiós, Lucas.

×××

Ana:
¿Ivette?

Ivette:
Debemos hablar, te espero en mi casa a las tres en punto.

Ana:
Pero tú y yo no tenemos nada de que hablar...

Ivette:
Vendrás aquí o yo iré a ti, decide.

Ana:
Iré a tu casa.

×××

A la hora acordada, Ana tocó el timbre y la sirvienta la llevó hacía la sala en donde Ivette la esperaba con una copa de vino en la mano. Las ex mejores amigas se volvieron a ver después de cuatro años, la razón de ese momento y ahora eran la misma.

— Quiero que detengas ese hostigamiento.

— ¿Eres la abogada de Lucas? ¿Acaso él no puede decírmelo en la cara? ¿Te crees su madre o-

— Lucas te ah tratado con mucho respeto, no es que pueda mandarte al diablo simplemente porque tiene compasión y empatía. —Decía al colocarse delante de Ana.— ¿Por qué lo haces? ¿También es tu cargo de consciencia?

— Yo lo amaba, el hombre a quién amo se suicidó y todo pasó porque su mejor amigo lo dejó solo.

— ¿En serio? ¿Esa es la razón? Él te llamó y tú no respondiste esa llamada, deja de hacerte la víctima o la buscadora de venganza. —Ante sus palabras consiguió que Ana comience a llorar.— ¿Te hace sentir mejor echarle la culpa a alguien, cuando Bruno era consciente de sus propias decisiones?

— Detente.

— Lo amabas y para él era su mejor amigo, no puedes vivir de esa forma. —Ivette mantuvo el contacto visual, incluso cuando Ana se sentó sobre el sofá desconsolada.— No hagas esto, ni tú ni Lucas tuvieron la culpa, Bruno tomó una decisión y debemos aceptarla.

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora